José I. Figueroa
17/01/17
Recuperar la confianza
Pronto veremos resultados en materia de transparencia y rendición de cuentas.
De la mano de la recuperación económica a través del desarrollo de infraestructura y la mano solidaria para con quienes menos tienen, el Gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA fijó entre las prioridades de este año aquellas premisas para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones.
La recuperación y consolidación de los espacios y estilos de vida asociados a la seguridad pública, van intrínsecos en todos los afanes, con parada puntual en el ataque a los cotos de impunidad a partir del imperio del Estado de Derecho.
No son eventos que se produzcan por generación espontánea o deriven de decretos, sino que significan tiempo, dinero y esfuerzo, compromiso hecho praxis, en todos los sectores públicos y privados.
Quienes pensaban que solo el cambio de gobierno -y partido en- marcaría el antes y después, ya habrán caído en la cuenta en la flexibilidad de las expectativas, concediendo tiempo y prolongando esperanzas.
Los conceptos son claros, vista la expresión del Ejecutivo, al tenor de la instalación del segundo periodo ordinarios de sesiones del Congreso Local de la que concluiremos, este será el año de los resultados.
Ejemplar resultará la afirmación del líder estatal de los constructores organizados JESÚS ABUD SALDÍVAR, aludiendo a las 400 empresas -en su sector- que cada sexenio nacen, crecen, se reproducen y mueren, para el beneficio de los individuos asociados al poder doméstico de temporada.
Su dicho anclado en el pasado, aclama al fin de ese pretendido fenómeno que no sólo empobreció la calidad del oficio gubernamental hecho obra pública, sino que abonando a la concentración de la riqueza en unos cuantos, multiplicó y recrudeció a pobreza de los más.
Ese clamor empresarial resultará más contundente cuando aluda al tiempo presente, para certificar que las malas prácticas del pasado han sido superadas, o igual, no se espere al “toro pasado” para hacer sus denuncias puntuales.
Ciertamente hoy se justificaría que en los espacios previstos por la ley, en materia de información pública, aun no se actualicen los contratos y licitaciones gubernamentales del último año y trimestre que ha correspondido al nuevo gobierno.
Ni los presupuestos recibidos ni los recursos aplicados.
Pero si está ahí -en la página oficial de gobierno- el Padrón de Proveedores, con todas sus altas recientes, como para ir viendo el perfil, antecedente y relaciones de las incorporaciones.
No daremos crédito a las afirmaciones de que para cobrar un pago de obra pública ya no se cobra el diezmo, sino el 35 por ciento de la asignación a los “beneficiarios” constructores, “por órdenes de arriba”, hasta que surja una denuncia formal de la víctima o sus líderes.
O que los constructores, sin chamba, andan rentando su equipo o agarrando “subcontratos” a empresas venidas de fuera, a los que terminan por renunciar porque los “precios castigados”, les resultan en pérdidas, más que utilidad.