LOS HECHOS

José I. Figueroa

16/01/17

Innombrado al Supremo

La semana que pasó, no pasaron muchas cosas.
Entre las tantas cosas que no sucedieron -habiendo sido esperadas por la opinión pública-, destacaron tres, de alguna manera relacionadas.
Presentado su informe anual de ejercicio al frente del Poder Judicial del Estado, el pasado jueves, HERNÁN DE LA GARZA TAMEZ no renunció a la presidencia del Supremo Tribunal de Justicia.
Y celebrada el sábado la última reunión de trabajo, durante el receso que inició un mes atrás, la Diputación Permanente del Congreso Local tampoco recibió del Ejecutivo la propuesta para elegir al relevo de BIBIANO RUIZ POLANCO como Magistrado de Número del mismo pleno judicial aquel.
Lo único que sucedió en la Permanente del Congreso y se aprobó con premura, fue la “renuncia” del Auditor Superior del Estado, MIGUEL ÁNGEL SALMAN ÁLVAREZ.
El nuevo periodo ordinario de sesiones inició formalmente ayer domingo en sesión solemne y en el transcurso de la semana ha de darse la primera reunión de trabajo, recibiendo los dictámenes emitidos por la Permanente, así como las iniciativas en curso.
Conforme al protocolo, lo no dictaminado por la Permanente se turnará a las comisiones respectivas que con los plenos, reanudan su trabajo ordinario y ellas las estudien y dictaminen en su momento.
En consecuencia, ahí no irá el tema de la propuesta del nuevo magistrado, sin detrimento de que en los días-semanas posteriores mande su propuesta el Ejecutivo y entonces se le dé entrada para turnarla a la comisión calificadora.
La especie, entre el foro judicial, es que si bien HERNÁN DE LA GARZA TAMEZ no ha presentado su dimisión a la presidencia del Supremo Tribunal, esto no quiere decir que no vaya a hacerlo, sino, más bien, se hace inminente.
Sus motivos tendrá y no será sencillo sustentarlos ante el pleno de sus pares magistrados, porque de ley, debe ser suficientemente argumentada la renuncia, en un procedimiento diseñado para evitar abusos, presiones y manipulaciones externas al interés de la administración de la justicia.
Claro, esa fue la intención del Legislativo, junto con la fijación de periodos sexenales discordantes entre el Ejecutivo y el Judicial, aunque en este sistema nuestro siempre se dan los recovecos para hacer valer las máximas del poder no escritas y más bien proscritas.
Si como cuchichean los abogados, en la sesión semanal del pleno judicial de los martes -mañana-, el actual titular del Poder Judicial renunciará al encargo, enseguida se armará el procedimiento para instalar a su relevo.
Eventualmente, dicen las mismas voces, el protagónico de la transición judicial lo personificará el más nuevo de los integrantes del pleno, un abogado acompañante de la carrera del actual gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, de quien fue secretario en el Ayuntamiento de Reynosa.
De su cambiante nombre no vamos a arriesgarnos a incurrir en incorrecciones, explorando el contexto.
Fue registrado de niño en el ex DF -hoy CDMX-, como RENÁN HORACIO ORTIZ; de adulto llegó a Reynosa, acreditándose como HORACIO ORTIZ RENÁN y ahora que llegó al Congreso, a su elección por el nuevo cargo, debió aceptar su nombre legal.
No aguantó mucho, pues hay trascendidos de que a sus 58 años de edad, tras 37 años de ejercicio de la abogacía -dos antes de salir de la facultad-, con 26 años de antecedente laboral en el sistema judicial y 17 años como fedatario público, finalmente tramitó la corrección de su acta de nacimiento, para llamarse como más le acomoda y más le conocen.
Por eso RENÁN HORACIO ORTIZ -nombre de su registro de nacimiento-, otra vez se llama HORACIO ORTIZ RENÁN y ahora sí es oficial, con acta y registro modificados.

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