José Inés Figueroa Vitela
14/08/2016
RRS senador… Curules en fuga
Cuando el actual presidente del Congreso Local y líder de sus pares a nivel nacional RAMIRO RAMOS SALINAS anunció sus aspiraciones por la candidatura del PRI al Gobierno de Tamaulipas muchos leyeron como que le tiraba a la alcaldía de su pueblo, Nuevo Laredo.
Cuantas veces fue menester aclarar lo hizo: yo no busco ser candidato a la alcaldía, mis aspiraciones son a la gubernatura.
Y recordó igual, cuando fue necesario, que en sus tiempos de dirigente del PRI municipal allá en el primer puerto municipal partidista, cada que le preguntaban por su intención de buscar un cargo de elección popular, lo rechazó… y en los hechos cumplió.
Ahora RAMIRO lo dice con todas sus letras: quiero ser candidato a senador para las elecciones federales cuyo proceso inicia en octubre del año entrante y desemboca en las urnas del 2 mil 18.
Y otra vez no es un deseo caprichoso o una ocurrencia “para ver qué pasa”; se remite a que, llegado el momento, el partido despliegue una medición estatal cualitativa y cuantitativa a la luz de las capacidades y el grado de aceptación entre la ciudadanía.
Finalmente, su perfil de legislador y operador político -condiciones indisolubles- se han probado no solo en el liderazgo del Congreso Local, sino en las presidencias de la CONALPRI que agrupa a los diputados locales priístas de todo el país y en la COPECOL, donde confluyen los de otras militancias partidistas.
Y el ejercicio itinerante de su gestión legislativa local le ha dado voz y presencia por las más variadas regiones del Estado.
Pero además, ahora, sí, de una vez lo aclara, si las circunstancias políticas del momento le marginaran de esa oportunidad de jugar por el Senado de la República, para el 2 mil 18 peleará con todos sus capitales por la candidatura a la diputación federal o la alcaldía neolaredense.
Mientras no acaba de definirse la sucesión en el mando partidista estatal, personalmente ha tomado la iniciativa en su municipio, sumando al fortalecimiento del instituto político, participando de cursos y capacitación hacia la propia estructura y los inminentes regidores locales.
En tanto en la actual legislatura el trabajo no acaba pues en la permanente se sigue dando entrada a iniciativa y se proyecta un periodo extraordinario de sesiones que ya no será en agosto, sino en el último mes del ejercicio, cuando también recibirán el último informe del ingeniero EGIDIO TORRE CANTÚ, la rebatinga está en su apogeo respecto de la siguiente legislatura.
La misma condición de mayoría que les dé el control sobre el órgano de gobierno del Congreso es la que está en juego, con todo y que el PAN hayan ganado la gran mayoría de las curules en juego en las urnas el pasado cinco de junio.
Los trascendidos son en el sentido de que personeros del PAN -léase del inminente gobierno de FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA- han estado “tendiendo puentes” -léase aceitando la mano- del virtual diputado plurinominal electo del Partido Verde Ecologista HUMBERTO RANGEL VALLEJO.
Quieren “ganárselo” de aliado para el ejercicio si no es que de plano para que se declare, en cuanto se instalen, miembro de su bancada, si se hace necesario.
En la contraparte, los priístas andan recordando viejas militancias y favores a los diputados de mayoría abanderados por el PAN y electos en los distritos 19 y 20 de Altamira, JOSÉ CIRO HERNÁNDEZ ARTEAGA y VÍCTOR ADRIÁN MERAZ PADRÓN.
Uno era el que repartía las despensas y otro los apoyos en numérico a las estructuras tricolores hasta que no resultaron candidatos y “se los pirateó” el PAN, nominándolos junto con la alcaldesa ganadora, igual surgida de las filas priístas.
En el PRI hace cuentas si con cinco diputados de mayoría y seis plurinominales, suman los de sus históricos aliados, dos de Nueva Alianza -de a uno por cada vía- y el pluri del Verde, a esos 16, le agregan los dos “neopanistas”, ya tienen la mitad de las curules en su buchaca.
En ese escenario, el PAN teniendo de entrada 16 de mayoría y eventualmente 4 de representación proporcional, empezaría a restar con los dos priístas en disputa, además, al menos, del histórico adversario de la corriente cabecista, el matamorense RAMIRO SALAZAR, -con pase libre desde la tercera posición plurinominal- con quien mantienen diferendos que a estas fechas se antojan irremontables.
Es decir, se quedarían con solo 13 escaños leales en las alegres cuentas tricolores y desbancados de la oportunidad de liderar y gobernar los tres años de la siguiente legislatura.