José Inés Figueroa Vitela
26/06/2016
La negación
Darle la vuelta a la página de la elección local del pasado cinco de junio para los partidos y actores políticos no acaba de dimensionarse.
En el PAN andan entusiasmados con el cambio de la dirigencia estatal, de parte de los cuadros dirigentes quienes andan pensando en el espacio que encontrarán acomodo en la estructura gubernamental para el usufructo del poder.
En público rechazan tal especie pero en corto las camarillas ya trazan las rutas destino de lo que mejor acomoda en sus aspiraciones o apetitos.
Son pocos, muy pocos, quienes reconocen que el triunfo del pasado cinco de junio se dio «a pesar de» las dirigencias partidistas, que el instituto político quedó mucho a deber al proyecto y lo que es más, ya en el poder, el reto se multiplica.
A dos, tres panistas de talacha hemos escuchado reconocer en la reestructuración de la dirigencia estatal partidista la necesidad de estar a la altura de partido en el gobierno o visualizar los frentes estratégicos, como la necesidad de consolidarse -ahora sí- en Reynosa, como el municipio más grande y dinámico del Estado.
Si la intención mediata es meterle gobernabilidad al Estado y fortalecerse como opción de gobierno para prolongar su estadía en el poder, el PAN y su inminente administración en Tamaulipas impera por una agenda seria, estructurada, priorizada, calendarizada y medida.
Si hay quienes piensan en ello y actúan en consecuencia, insistimos, pero sin los menos y falta ver hasta dónde reciben el aval y apoyo de las cúpulas.
En el PRI tamaulipeco los principales actores del pasado reciente seguirán jugando a las rondas infantiles.
Unos cantan el «lobo, Lobito estás ahí?» mientras danzan en el monte retadoramente mientras otros al son de «Doña Blanca» custodian a la doncella en espera del quijotismo que venga a salvarla.
Aquí, como allá y acullá no han entendido -o no han querido hacerlo- a qué se refería MANLIO FABIO BELTRONES cundo con su renuncia a la dirigencia nacional priísta advertía que lo que está en juego es el proyecto de nación.
En las reyertas prolongadas ya no por los espacios de poder, sino por simples candidaturas sin garantía de futuro, los personajes siguen fraccionando las potenciales huestes y cruzando enconos.
Evidentemente, en el PRI la competencia interna no concluyó en marzo con el proceso para la selección de candidatos, ni en mayo con las campañas formales y tampoco en junio con la elección constitucional.
En las tres elecciones se dieron casos de soberbia de los candidatos con proclamas de autosuficiencia apenas equiparables a la actitud de muchos de quienes no trascendieron en la competencia interna hasta la nominación, jugando las contras bajo la mesa.
Hoy las expresiones de varios de esos personajes no parecen haber variado cuando hablan o perfilan entre líneas la intención de andar camino del relevo de RAFAEL GONZÁLEZ BENAVIDES en la Presidencia del Comité Directivo Estatal del partido.
La actitud crítica, retadora, contestataria que sienten deberán asumir en su innovadora calidad de opositores la andan ensayando desde ya, descalificando a los de casa, de cuya reconciliación, hipotéticamente debería partir la reconstrucción del instituto político.
Por supuesto, no es un condición de orden general pero hay variados ejemplos de tales condiciones.
La renuncia de MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ a la Secretaría Adjunta de la dirigencia nacional del PRI resultaba tan natural e inminente como el nombramiento mismo, siempre asociado a su cercanía con MANLIO FABIO BELTRONES.
Igual, en la condición de ambos, como políticos de carrera, resultará en lógica no se irán a descansar a su casa, sino que pronto reaparecerán en la escena pública dando lustre a la dirección de andar camino de Los Pinos.
Hay quienes consideran muertas y sepultadas las aspiraciones presidenciales de MANLIO a partir del reciente saldo electoral en las entidades donde hubo elección local, endosándole las culpas de la derrota.
Otros creen, por el contrario, andando suelto, tiene más libertad de movimiento y el recurso a salvo de atemperar responsabilidades en cuanto pinte la raya respecto del poder constituido.
Como sea, MANLIO no es un proyecto acabado y al Presidente ENRIQUE PEÑA NIETO se le están acabando las cartas con AURELIO NUÑO de genízaro macaneando presuntos profesores, LUIS VIDEGARAY de menesteroso «bolseando» las sufridas economías populares y OSORIO CHONG torpe e impotente frente al embate de la delincuencia contra el pueblo.
¿ERUBIEL ÁVILA? Al gobernador mexiquense antes de entregar el poder el año entrante van a surgirle sus «sanbenitos» y habrá deberse cómo sale librado de ellos para intentar «volvérsele a colar» a PEÑA NIETO.
Definir el proyecto de nación que quiere el PRI -como lo aclamó el ex dirigente nacional priísta- pasa, por supuesto, por cerrarle el paso a las extremas derecha e izquierda -a las que aludió- y amagan con profundizar las crisis nacionales.
Pero también por hacer valer las propuestas que hicieron para este ejercicio y nada se asocian a los grandes problemas sociales, de seguridad y economía en el día a día del grueso de los mexicanos.