José Inés Figueroa Vitela
24/01/2016
Mensajes de más allá
En el PRI de Zacatecas “se cantó” la nominación del senador ALEJANDRO TELLO como virtual candidato único para la nominación a la gubernatura, adhesiones sectoriales de por medio.
Una semana antes los diferentes aspirantes habían entregado al dirigente nacional del partido MANLIO FABIO BELTRONES la carta compromiso que establece el «Acuerdo de Unidad por el Futuro de Zacatecas».
El documento, que centralmente establece el compromiso por escrito de los aspirantes de sumarse a quien resulte nominado y de éste incluirlos en su proyecto, en el caso de Tamaulipas, fue firmado entre el martes y miércoles pasado y hoy será entregado al alto mando partidista.
Ahora se dice que por la repuesta elección de Colima el domingo, eventualmente no será en esa fecha cuando se publique la convocatoria para el proceso interno tamaulipeco, como se había perfilado, pero si se da tal variante no pasaría de un día en su consumación.
Con la convocatoria publicada, se entiende, enseguida se vendrá el esperado “destape” y las sumas de los liderazgos de los sectores y las organizaciones adherentes más la confirmación del acuerdo de hoy con la integración de quienes no obtendrán la nominación.
De parte de los aspirantes con antelación hubo insistentes intenciones por conocer los supremos designios en una intención que parecía buscar más la forma de reacomodar sus horizontes si no estaban en las máximas consideraciones, que otra cosa.
Hasta en el PAN andaban urgidos por conocer el desenlace priísta para irle “tanteando el agua a los camotes”, guardando la convocatoria y decisión propia “hasta después que lo haga el PRI”, lo que daba cuenta de nerviosismo y preocupaciones.
En el último desenlace tricolor, el zacatecano, las alusiones a “la unidad” como primicia de triunfo resultaban tan remarcadas cuan atemporales, cuando que desde antes, el cuñado del Gobernador, PEDRO DE LEÓN MOJARRO, con la presunta anuencia de éste, ya andaba alineado tras la nominación de la coalición PAN-perredista.
Más adelantada, la misma coalición opositora en Durango, ya había oficializado la nominación del senador panista y líder nacional de los alcaldes priístas cuando EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES fue su vicepresidente, titulando ambos las capitales de los respectivos Estados.
La propia elección de Colima va a segunda vuelta ahora, porque pese a haber ganado -con mínima diferencia- el candidato priísta IGNACIO PERALTA, se le cayó el triunfo por infidencias de un colaborador del gobernador MARIO ANGUIANO, cuyo aspirante no prosperó en la nominación de su partido.
En la columna Bitácora del director -Excélsior- PASCAL BELTRÁN, entre los motivos para que “El Partido” optara por conceder a tres gobernadores la preeminencia de sus propuestas para la sucesión el “reducir la deslealtad de los gobernadores hacia su partido”.
Se refería a los casos consumados de Durango, Chihuahua y Tlaxcala, donde ESTEBAN VILLEGAS, ENRIQUE SERRANO y MARCO ANTONIO MENA fueron impulsados por los gobernadores JORGE HERRERA, CÉSAR DUARTE y MARIANO GONZÁLEZ.
No necesariamente tendría que ser aquel calificativo la motivación.
Visto está -hoy Zacatecas con las particulares aquellas de andar “tirando pa´l monte” desde enantes-, aquello no ha sido una constante de orden general, pero además, ENRIQUE PEÑA NIETO, como supremo elector en su partido, en su persona y en su oficio, mantiene una alta carga federalista.
Como la salida del PRI de la Presidencia de la República se caracterizó por el acendrado centralismo de temporada, su regreso, con PEÑA NIETO se fundamentó en la suma de las corrientes políticas regionales -los gobernadores de los Estados-, lo que estará fresco en la memoria política nacional.
Con alguna excepción que confirmará la regla y explicará la compleja particularidad territorial en cada zona, las experiencias contemporáneas han dejado constancia de que la opción doméstica resulta más rentable, electoralmente hablando.
Por supuesto, existen fórmulas, estrategias para apuntalar cualquier proyecto, pero en el desconocimiento de las primicias aquellas el objetivo se encarece, se vuelve cuesta arriba y en los niveles de competencia de temporada, el amago de la derrota se hace perenne.