LOS HECHOS

José I. Figueroa

21/12/15

Un Consejo muy serio

El Instituto Electoral de Tamaulipas y su Consejo, están empeñados en dar un manejo meticuloso a sus responsabilidades.
Por eso cuando desde el Partido Acción Nacional dejaron correr expresiones cuestionando los alcances de su oficio, pretendiendo descalificarles, no dejaron de sorprenderse: la contundencia de sus acciones no dejaban espacio a dudas.
Dos semanas de trabajo intenso revisando expedientes, empatando perfiles contra los requisitos de ley, recomendaciones del Instituto Nacional Electoral y criterios dispuestos, además, no podían tirarse por la borda en la dinámica de una declaración, hecha denuncia.
En la sesión que conoció del caso se perdieron las explicaciones puntuales y hubo quienes, en los espacios mediáticos, se quedaron con las tronantes denuncias de “parcialidad” y “falta de paridad” argüidos por los opositores.
Que si el 40 por ciento de los recién electos Consejeros Municipales y Distritales son militantes priístas y eso afecta la imparcialidad en la conducción del proceso electoral y que si no se respetó la paridad de género cuando solo 11 de los 43 consejos municipales son presididos por mujeres.
Aunque en el proceso selectivo los aspirantes estaban obligados a reportar su militancia -y se han dado casos de ciudadanos inscritos en padrones de partido sin saberlo-, tras las revisión de los registros del INE se encontró, del universo de Consejeros Electos, más del 70 por ciento no reportaban alguna militancia.
Ciertamente, en el otro menos del 25 por ciento, la mayoría están inscritos en el PRI, sin faltar los de otros partidos.
Pero la militancia nunca fue impedimento para aspirar a las consejerías electorales; de hecho, militar -en un partido- debería ser lo propio de todo ciudadano en cuanto alcanza la mayoría de edad, reflexiona el consejero presidente JESÚS HERNÁNDEZ ANGUIANO.
Además la convocatoria fue abierta a todo ciudadano y no podía negársele el inscribirse por pertenecer a algún partido político; por supuesto, la condición de dirigente, como el de haber ocupado otras responsabilidades de dirección pública se manejan aparte.
Conclusión: ni son tantos como mencionaron en su denuncia los panistas y no se encuentran en una condición de ilegalidad los nuevos consejeros distritales y municipales, ni la autoridad -el Consejo Estatal Electoral- que los nombró.
La paridad se cuece aparte.
Casi un cuarto de siglo ha pasado desde que en 1992 en la ley se hizo la recomendación a los partidos de promover la participación de las mujeres en sus candidaturas.
Diez años después, en el 2 mil 2 se estableció la primera cuota -del 30 por ciento-, en el 2 mil 8 -previo paso por el fenómenos de “Las Juanitas”- se hizo obligatoria y para este año alcanzó la condición paritaria.
Y a estas alturas en los partidos dicen “seguir batallando” para encontrar los cuadros femeninos competitivos en el campo electoral, pese a disponer de recursos fiscales etiquetados de años, precisamente para promover la capacitación y desarrollo político de las mujeres.
“La equidad de género es progresiva, no puede establecerse de manera absoluta de un día para otro por decreto, especialmente en los órganos de dirección electorales donde se requieren perfiles especiales que pasan por conocimientos, experiencia y liderazgo”.
La explicación de la consejera comisionada para la paridad de género MARÍA DE LOS ÁNGELES RENTERÍA establece que la paridad, además, va inmersa en cinco criterios que definen la idoneidad del aspirante: democracia, prestigio, cultura electoral y participación ciudadana.
Y tampoco es “tan dispar” como lo asientan los denunciantes.

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