LOS HECHOS

José I. Figueroa

17/09/15

Obviedades políticas

Que los cuadros priístas actuantes de Reynosa hayan reclamado sea considerado el municipio a la hora de las definiciones del partido en el proceso sucesorio estatal no trasciende en la petición misma.
La naturaleza de esa ínsula en su condición económica y de mayor concentración urbana, a más, en la cuna del principal proyecto opositor -puestos en el antecedente de ser el PAN hasta el último proceso la segunda fuerza política del Estado- impone en las proyecciones de cualquier proyecto político, no se diga en el oficial.
No será por necesidad obligado que de allá surjan los candidatos para la justa estatal pero las consideraciones se hacen obligadas.
Más allá del dicho -que algunos elevan a la condición de acuerdo-, trasciende el hecho de sentar en la misma mesa a todos los personajes del priísmo que representan nichos de influencia en la política doméstica.
Allá también los triunfos que en el pasado tuvo la oposición -en este caso el PAN- en su momento fueron alimentados de la dispersión, resistencia o confrontación que desde dentro dieron priístas a las decisiones electorales de su partido en los respectivos procesos.
Los más, en su momento, entendieron que más valía “estar dentro” aunque no fuera en los roles protagónicos, que vivir el ostracismo y hasta la persecución de la contra instalada en el poder local.
Desde la víspera de su unción y hoy no ha cambiado la escena, el alcalde PEPE ELÍAS LEAL ha sabido conservarse como punto de encuentro de esas expresiones políticas, ejerciendo un liderazgo municipal que lo eleva a la escena estatal.
Es ciertamente un aspirante de respeto a la nominación priísta al Gobierno estatal donde llegado el momento se medirá contra los demás perfiles y proyecciones que su partido disponga.
Y júrelo, con la diplomacia, activos y empuje característicos en él, si resulta no ser el nominado, se sumará al partido y quien trascienda en esa empresa prologando las libertades para que hacia la sucesión municipal trascienda la carta que de mayores garantías.
Adjetivos y “asegunes” en torno a la escena aquella son más bien hijos de elucubraciones fáciles y a ratos perversas.
En esto de la larga lista de aspirantes tricolores a “la grande”, hay a quien mandaron, quien pidió permiso y se lo dieron, quien interpretó que así era y los que sienten el peso de las inercias, el derecho y/o la razón les asiste.
Tales condiciones aplican igual para los efectos de las aspiraciones que cada vez a más ritmo se mueven en pos de las nominaciones a las presidencias municipales.
Allá en Reynosa el más movido ha sido NETO TERÁN ROBINSON, el más sólido RIGOBERTO GARZA FAZ, el más arrojado BETICO VALDEZ RICHAUD, el más cuidado SERAFÍN GÓMEZ y las damas -MARÍA ESTHER CAMARGO FÉLIX y AÍDA ZULEMA FLORES PEÑA- las más discretas.
Otros ex alcaldes y políticos emergentes igual declaran aspiraciones en cortito tratando de reverdecer aprecios electorales.
En Matamoros el también ex alcalde ALFONSO SÁNCHEZ GARZA “trae permiso” de arriba y por ello no le para al activismo, lo que tampoco quiere decir que ya tenga amarrada la nominación.
En su momento será medido como los demás, en pros y contras amén de las necesidades específicas del proyecto superior.
La ventaja que tiene PONCHO en el antecedente de su anterior ejercicio municipal es que fue un rompimiento a las inercias de los viejos grupos enquistados en el poder local hasta el punto de la soberbia, pero tampoco es un personaje “químicamente puro” de la nueva clase política que llegó con el sexenio.
Hay quienes son de la idea que quien resulte candidato a la gubernatura llevará mano como fiel de la balanza a la hora de las nominaciones para las alcaldías y diputaciones locales que después vendrán.
Serán más bien nostálgicos de tiempos idos hace buen rato.
No dudamos que opinen y eventualmente saquen alguna nominación para espacios estratégicos igual en el Congreso que en dos-tres alcaldías empatadas en el proyecto.

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