Locuras Cuerdas

Jorge Chávez

7/02/17

jchavezm@hotmail.com

La participación ciudadana frente a la alternancia

Preciso es reconocer que el hombre es cosa pasmosamente vana, variable y ondeante, y que es bien difícil fundamentar sobre el juicio constante y uniforme. Michelle de Montaigne.
Como tamaulipecos somos privilegiados de vivir en esta etapa histórica que nos ha tocado presenciar con asombro constante. Hemos sido testigos de la historia en una dinámica que bien pudiéramos catalogar con un concepto, sin el menor temor a equivocarnos: Hechos inéditos.
A riesgo de parecer un poco atrasado en la descripción o análisis de los hechos inéditos que como tamaulipecos nos tocó vivir, quiero abordar el punto desde la perspectiva de la participación ciudadana ante el cambio dado el año pasado.
Para explicarme mejor traigo a colación alguna circunstancia que se veía lejana en la concepción que teníamos de nuestro mundo en los años 70’s. Vivíamos gobernados por un partido hegemónico, del cual pocos lo disfrutaban y muchos lo padecían. No se vislumbraba una posible salida del PRI de la casa de gobierno en Ciudad Victoria. Quien aspiraba a una carrera política y contemplaba su llegada a la gubernatura del Estado, no lo podía concebir sin formar parte del PRI. La misma concepción se tenía para llegar a Los Pinos en esa época. Es decir, el concepto de llegar a la más alta envestidura de gobierno, estatal o federal, era más parte de la política ficción que de la política real.
Pues bien, el orden que concebíamos en muchas cosas que nos eran cotidianas ya no está vigente, y eso lo debemos valorar para saberlo aprovechar como ciudadanos inteligentemente involucrados en su comunidad para que los cambios que ahora nos conforman los sepamos utilizar y no caer en un gatopardismo, es decir, que todo ha cambiado para quedar igual.
Como ciudadanos ya hemos ejercido la alternancia en el ámbito federal, hemos vivido sus virtudes y sus defectos, nos dimos cuenta que no hay porque temer a la alternancia pero también que la corrupción no era privativa del entonces partido en el poder, los que llegaron también supieron aprender a ser corruptos. En 12 años de alternancia en Los Pinos nos dimos cuenta como ciudadanos que la solución no se limita a votar y botar a los malos gobiernos con el voto, sino que debemos sumar la participación ciudadana a la dinámica de quienes llegan al poder político máximo. Estatal o federal.
En el ámbito estatal tenemos la oportunidad de aplicar lo que aprendimos en la alternancia federal, no dejemos, como ciudadanos, solo al gobernador Cabeza de Vaca, él ya hizo lo más difícil, llegar al poder. Pero tengamos presente que la alternancia per se no es la solución a nuestros problemas. La alternancia no es el fin en sí misma, es un medio para avanzar en la búsqueda de la madurez democrática a la que debemos aspirar. Lo que sigue es ejercer una participación ciudadana inteligente que cuestione cuando haya que cuestionar y que avale a su gobierno cuando así lo amerite la situación.
Alguna vez leí que “todo fluye, nada permanece”, un apotegma que se le atribuye a Heraclito de Efeso y que se utiliza como punto de partida de la teoría del cambio, yo agregaría de la teoría del constante cambio que se proyecta con el aforismo: Lo único constante es que todo cambia.
Si Heráclito se subiera a la máquina del tiempo y llegara a visitarnos aquí en Tamaulipas ratificaría con denodada pasión que el fundamento y la razón de toda esta existencia que nos ha tocado vivir en este fascinante Estado tamaulipeco, están en el cambio incesante y constante que algunas veces tarda en llegar pero simplemente llega.
Si queremos, como ciudadanos tamaulipecos que ese cambio sea el óptimo y no sea un gatopardismo, nos toca buscar y encontrar los cauces de participación para que este gobierno sepa que no está solo en la tarea de gobernar.
El tiempo hablará.

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