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Locuras Cuerdas


Jorge Chávez

21/03/17

Expo Orienta Universidad 2017: El valor de educar

Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, enseñando a los recién llegados al grupo cuánto deben conocer para hacerse socialmente válidos. Enseñar es siempre enseñar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no puede ser maestro, por mucho que sepa…tan crucial en la dialéctica del aprendizaje es lo que saben los que enseñan como lo que aún no saben los que deben de aprender. Fernando Savater. El valor de educar.
Dice el pedagogo Juan Delval que una reflexión sobre los fines de la educación es una reflexión sobre el destino del hombre. Esta semana pasada tuve el gusto de asistir a la “Expo Orienta Universidad 2017” que se llevó a cabo en las instalaciones del auditorio Mundo Nuevo en la ciudad de Matamoros, donde pude respirar una serie de emociones inherentes y propias de la juventud que sueña y anhela la construcción de su futuro. Me sentí profundamente emocionado al ver la energía de tantos jóvenes que en un poema binario de su vida presente imaginaban su realidad y realizaban su imaginación. En medio de tanta algarabía, propia de los jóvenes y en este contexto de la feria de las universidades recordé aquellas palabras del propio Savater cuando dice que llegar a ser humano del todo, es siempre un arte, ya que todo en la sociedad humana tiene una intención decididamente pedagógica. Hoy quiero abordar dicho tema con la intención de darle el relieve y la importancia que merece, pues se trata de una de las más sustanciales razones del por qué de la vida del hombre, que tiene que ver con la educación.
Me quedé gratamente fascinado ante la emoción con la que los participantes se acercaban a las diferentes ofertas de universidades para seguir creciendo en las ciencias de alta complejidad, pues en su búsqueda se transpiraba que parecían entender que la manera de obtener los mejores fines es quizá olvidarse de ellos y actuar como si los medios fueran los fines. Y es que en esta etapa de sus vidas, el alma máter que escojan como medio tiene el valor de un fin, pues estos se desprenden de aquellos como el día de la noche.
El que cualquiera sea capaz de enseñar algo, no quiere decir que cualquiera sea capaz de enseñar cualquier cosa, esa es la razón de ser de las instituciones de nivel superior y en estos muchachos la emoción del futuro académico se ve en los ojos y lo que pude constatar es que en nuestra heroica Matamoros hay un ejército de estudiantes que anhelan una vida con fundamento académico que les permita ser útiles a la sociedad a la que pertenecen; esto debe ser una responsabilidad colectiva y quienes ya tenemos camino andado y vivimos de esta tierra fronteriza debemos abonar mucho o poco, para que el mayor número de jóvenes logren concretizar su sueño de convertirse en profesionales de un saber hacer que les dé empaque existencial a ellos como individuos y a nuestra ciudad, entendiendo, y cito nuevamente a Fernando Savater, que la primera titulación requerida para poder enseñar formal o informalmente y en cualquier tipo de sociedad es haber vivido: la veteranía siempre es un grado y por esa razón los ciudadanos comunes no debemos permanecer ajenos a esta actividad que nos incumbe.
En otro tenor, pero del mismo tema, lo propio de una sociedad que aspira a ser excelente es aterrizar en forma óptima la justa combinación de amor y pedagogía. No podemos solamente amar a nuestros jóvenes como hijos o como estudiantes y no poner a su alcance las opciones de educación que les permita templarse y realizarse a plenitud como seres humanos, ya que si teniendo la posibilidad de educarse académicamente les permitimos renunciar a la enseñanza y con ello se conformaran solo con el amor, perderían no solo su rasgo distintivo de homo sapiens sino un océano de oportunidades de vida ya que el amor posibilita y sin duda potencia el aprendizaje, pero jamás podrá sustituirlo.
Muy bien por los organizadores de esta feria de opciones universitarias, pero también debemos mencionar en calidad de reconocimiento a todas las universidades que participaron con su “enorme” granito de arena al hacer acto de presencia. Personalmente recorrí los módulos de cada una de las universidades, en su mayoría locales pero también un buen número de alternativas foráneas. Son este tipo de actividades las que dan lustre a nuestra tierra y que siembran en la mente y conciencia de nuestros futuros universitarios el tan anhelado sentido de pertenencia que hace que una ciudad funcione mejor.
Las generaciones se empujan unas a otras, sobre todo entre los universitarios, y apenas si uno hace algo, ya se perfila alguien que amenaza con hacerlo mejor. Esa es la dinámica natural de la esencia humana y no podemos quedarnos de brazos cruzados; y en lo referente a la educación hay que tener una fe absoluta en lo que se hace, con los fines bien claros y con acciones contundentes como lo fue la “Expo Orienta Universidad 2017”.
Hoy más que nunca, el tiempo hablará.

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