Nuestros Columnistas Locales
Locuras Cuerdas
Jorge Chávez
18/01/18
Las masas y los individuos
Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende el hombre varios escalones en la escala de la civilización. Gustave Le Bon.
En estos días de intenso frío surge entre mis amigos la polémica en torno al concepto “sensación térmica”, algunos dicen que es una falacia y un claro invento de los entes meteorológicos como “The Weather Channel” con unos intereses comerciales inexplicables y recónditos y concluyen que la temperatura es una sola y punto. Asumen que la susodicha sensación térmica es muy subjetiva ya que no existe manera de medirlo y que es solo el criterio muy cuestionable de un ser humano.
A mis amigos incrédulos y denostadores de dicho concepto les comento que en lo personal sí creo en dicho argumento ya que he “sentido” muchas veces más frío o más calor del indicado por los meteorólogos, si bien es cierto que es un elemento subjetivo, también lo es que es una herramienta muy útil que nos advierte que hay fríos o calores de diversa intensidad y en ese tenor abrigarnos un poco más o un poco menos, según sea el caso.
Otro punto bastante discutible es cómo definir a los usuarios de redes sociales, ¿son individuos enfrente de un monitor o son masa detrás de una computadora? Tendremos que ver con lupa acciones y perfiles de los usuarios de este nuevo instrumento que ha venido, no solo a cambiar, sino a revolucionar la forma como nos desenvolvemos en la vida.
Según Gustave Le Bon, existen varios elementos para definir a una masa, colectividad o muchedumbre y estas son, primero que nada la desaparición de la personalidad consciente, inmediatamente después, el predominio de la personalidad inconsciente para seguir con el contagio y sugestión de sentimientos e ideas puestas por una mente inteligente y manipuladora en una única dirección. Bajo esta definición y en función de cómo obran los individuos en el anonimato que les brinda navegar en las redes sociales detrás de su monitor, aun y cuando son individuos frente a su computadora, podemos expresar que la suma de todos hace una masa. Entremos en detalles.
Muy querido y dilecto lector, nos guste o no, las redes sociales son en la actualidad un fuerte viento virtual que nos puede llevar de un lado a otro en el campo de las ideas. En el inicio de su precampaña, las redes sociales consideraban a Donald Trump una broma de mal gusto frente a personalidades de abolengo político como Jeb Bush, Ted Cruz o Marco Rubio, entre otros; algo pasó en las redes sociales y las masas del vecino país cambiaron de parecer; existe la sospecha de que la inteligencia rusa instigó y motivó por medio de ideas surgidas en páginas de internet diseñadas en San Petersburgo dicho cambio. Esto nos lleva a suponer y entender que un individuo en una masa es un grano de arena entre otros granos de arena que el viento arremolina a su voluntad.
No hay una lógica contundente para definir la conducta de estas muchedumbres virtuales, pero es definitivo que las masas crean tendencias y además, no admiten dudas o incertidumbres y siempre recurrirán a extremos. Permítame darle un ejemplo que se comentó en La Mesa de Vallevisión el martes pasado. En alguna ocasión aquí en México, el año pasado, surgió en redes sociales la idea de que el IMSS cobraría las consultas, la gente en masa lo creyó íntegramente, de esta referencia podemos deducir que las imágenes evocadas en la mente de las masas son aceptadas por ellas como realidades indiscutibles.
En este fluir de ideas es importante entender que todos hemos sido en ciertos momentos parte de una masa, yo en lo personal recuerdo algunos conciertos o juegos de futbol en estadios, incluso frente a mi monitor y mi teclado me he comportado con la irresponsabilidad que brinda el anonimato colectivo y he sido, válgame lo contradictorio del punto, un individuo masificado, por sus frutos los reconoceréis decía el Señor Jesucristo; y si recordamos nuestra conducta en dicho momento podemos asumir que en la mente colectiva las aptitudes intelectuales de los individuos se debilitan y, por consiguiente, se debilita también su individualidad. Concluyo entonces que lo heterogéneo es desplazado con gran desparpajo y, olímpicamente, sin el menor empacho por lo homogéneo y las cualidades inconscientes obtienen el predominio. Nos convertimos en forma momentánea sin pretenderlo ni planearlo, y más bien llevados por las circunstancias en minotauros existenciales.
La conclusión parcial nos puede llevar a que la masa, no las personas, es siempre intelectualmente inferior al individuo aislado pero es posible que, desde el punto de vista de los sentimientos y de las acciones que dichos sentimientos provocan, la masa puede, dependiendo de las circunstancias, ser mejor o peor que el individuo.
Hay mucho por abonar en este tema de las redes sociales que hoy en día es nuestro abrevadero cultural obligado.
El tiempo hablará.