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Locuras Cuerdas


Jorge Chávez

28/11/17

Horizonte de los mexicanos: Felices o filósofos.

Preguntando a Sócrates si era mejor casarse o no casarse, respondió: «Hagas lo que hagas te arrepentirás. Pero, cásate, si tu matrimonio sale bien, serás feliz; y si sale mal, serás filósofo».
La clase política nacional parece más insuficiente que de costumbre. El presidente EPN sabe perfectamente que en la democracia que nuestro país vive hoy, resulta muy complicado para él afirmar quién ganará pero sí puede decidir quién participará aunque en la “nominación” de ayer fue preciso con el elegido sin credencial de partido, aunque insensato con el derrotado con credencial de partido. Diestro pero bastante arriesgado.
Ya es la última semana de noviembre, y de acuerdo a la tradición histórica no se llega diciembre sin conocer a quien será el ungido para la candidatura priísta a la Presidencia de la República. En ese tenor la nominación más temprana fue la de Carlos Salinas, un viernes 4 de septiembre de 1987, la más tardía fue la de Luis Donaldo Colosio un domingo 28 de noviembre de 1993. La de nuestro actual presidente fue un domingo 27 de noviembre de 2011. Quizá a capricho de EPN o por una cábala política quiso que su heredero fuera nominado en la misma fecha pero con un día de diferencia, de domingo a lunes, de tal forma que para efectos prácticos el PRI ya tiene a quién lo representará en las elecciones del 2018 en la persona del Dr. José Antonio Meade Kuribreña (JAMK). Con esta acción pasamos de la fase de porras a la fase de matracas como se vio ayer cuando el dandy nominado visitó a las organizaciones del partido que tentativamente lo postulará.
Pues bien, en breve estaremos totalmente inmersos en la parafernalia propia de la competencia electoral que concluirá en teoría el primer domingo de julio del 2018, aunque probablemente ya estamos inmersos en ella; en realidad podemos decir que estamos agarrando vuelo y que sentiremos a plenitud el vértigo de la competencia una vez que conozcamos a todos los competidores electorales para el 2018. Solo falta conocer al candidato del autodenominado Frente Ciudadano, quienes no terminan en ponerse de acuerdo, todo hace indicar que será Ricardo Anaya ya sea por el Frente o por el PAN.
Un punto de mucha relevancia es mencionar que si al fin de cuentas los candidatos van a ser AMLO, Ricardo Anaya y JAMK yo les suplicaría muy atentamente que nos ahorren del erario el presupuesto destinado a las precampañas, de lo contrario sería la simulación más cara de la historia jugar a una competencia interna de cada partido para que al final queden los ya pronosticados de mucho tiempo atrás.
El objetivo inmediato de JAMK es conservar completo al PRI, un partido al cual no pertenece; vender la idea de que, a como están las cosas solo él puede ganar y que al ganar él ganan todos, suena un poco complicado. Supongo que el juego de Osorio frente a JAMK es aquellas palabras de Héctor Aguilar Camín: Si no me han puesto como ganador, me tienes que dar un ungüento serio para la ardida que me va a quedar.
Por otro lado mi dilecto y querido lector, déjeme decirle que acorde con la historia reciente no estaríamos muy errados en recordarle aquellas palabras que en su momento expresó el columnista Germán Dehesa cuando dijo que las elecciones para presidente en nuestro país se asemejan mucho a escoger de que me quiero morir: cáncer, hipertensión o diabetes.
No se enfrasque con sus amigos o familiares en batallas campales por el candidato de su preferencia, todos tienen cola que le pisen, así que si le vienen con aire pontificio mencionándole “detalles” del suyo no se enoje ya que seguramente lo que sucede es que Usted está mal informado y no conoce los pecadillos del rival y consuélese con aquella idea de el gran filósofo griego Sócrates con respecto al matrimonio, escojas a uno, o a otro, con el paso del tiempo nos daremos cuenta si votamos bien. Si este es el caso, seremos felices, pero en la remota situación que todo salga mal nos haremos grandes ciudadanos filósofos.
Prepárese para indigestarse con 40.5 millones de spots de los partidos y eventuales candidatos independientes, además de los 18.5 millones que corresponden a las autoridades electorales, para un gran total de 59 millones de promocionales. Mi ansiedad ante tan desconcertante horizonte mediático se convierte en hilaridad, risa de nervios o risa de resignación. Todo esto a partir del 14 de diciembre. El irónico que me habita me dice con un aire de petulancia: Feliz Navidad.
Viene un tsunami mediático electoral; a sus muy queridas novelas o programaciones preferidas agréguele las cantaletas de todos los candidatos del “Tú la traes y no me la pegas”. Los verá hasta en la sopa. Disfrútelo, sólo se vive cada seis años.
El tiempo hablará.

 

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