Locuras Cuerdas

Jorge Chávez

28/02/17

Posverdades, rumores y calumnias

Los hechos desaparecían bajo un chisporroteo frenético de exageraciones, invenciones, chismografías, calumnias, y vilezas, donde parecía salir a flote toda la maldad, la incultura, las perversiones, resentimientos, rencores y complejos de la gente…compensaban su ignorancia con su morbo y su insolencia. Mario Vargas Llosa. El héroe discreto.
Hoy más que nunca nos encontramos inmersos en la influencia, a veces perniciosa, de las afirmaciones que se lanzan por medio de la tecnología electrónica, ya sea por internet a través de las redes sociales, ya sea por WhatsApp o cualquier otro medio que lleve la información a velocidad vertiginosa y que al saturarnos de ella, no nos permite el análisis necesario para valorar su veracidad.
Viene a colación el presente escrito debido a que este fin de semana pasado recibí vía WhatsApp una foto alterada de un evento del gobierno del estado de Oaxaca y donde se podía leer en la lona principal: “Día de la Vandera”. Posteriormente recibí la foto correcta sin el error ortográfico aludido. Muchos optaron por creer en el error a pesar de haber recibido la foto correcta.
El neologismo de estos días denominado “Posverdad”, que describe la situación en la cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales. Se resume como la idea en “el que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad”.
En mis días de estudiante en la Facultad de Comunicación recuerdo que en la clase de periodismo analizamos el concepto de “Rumor”. A los estudiantes de entonces se nos dijo que los rumores son proposiciones diseñadas para ser creídas, y que se transmiten de persona a persona, habitualmente de forma oral, sin que existan datos para comprobar su veracidad. Se trata de especulaciones no confirmadas que se intentan dar por ciertas con un objetivo determinado, y que condicionan el comportamiento de los demás por encima de la información objetiva. Al no ser información contrastada, rara vez se difunde de forma abierta, aunque esto no impide que se extienda de forma rápida.
Quienes usan esta herramienta parten del nefasto aforismo, “Calumnia, que algo queda”, dicha expresión llegó hasta nosotros a través del filósofo y escritor inglés Francis Bacon en su obra, de 1625, “De la dignidad y el crecimiento de la ciencia”, que a la letra decía: “Calumniad con audacia; siempre quedará algo”.
Es importante saber que la “Posverdad” es descendiente directo del rumor. Y bien podemos afirmar que es una herramienta útil para quienes anhelan llegar al poder en las próximas elecciones del 2018. Los políticos que la usan indiscriminadamente saben que gran parte de sus ventajas se sustentan precisamente en el uso maquiavélico de esta herramienta de nuestros tiempos y la utilizan con una procacidad descarnada para demonizar a quienes obstruyen su camino al poder, es decir atribuyen a sus oponentes cualidades o intenciones en extremo perversas y sin el más mínimo sustento que verifique sus afirmaciones. De esta forma crecen en el terreno fértil de la crisis y el caos mediático y político que ellos mismos crean.
Cabe señalar que los políticos tradicionales en su mayoría, e incluso los del actual gobierno federal nos tienen decepcionados por diversas circunstancias y que esta situación per se, es tierra fértil para que creamos todo lo que parece verdad; esto con cierto impulso de nuestra voluntad que se apodera de tal “posverdad” sin el dictamen de nuestro raciocinio. De tal forma que a partir de ya vale más oírlos que creerlos.
Muy a colación rescato para usted, amigo lector, un fragmento de la novela “El héroe discreto” de Mario Vargas Llosa que nos puede traer luz al respecto del rumor que crea la “posverdad” y entender que no hay nada nuevo debajo del sol y que a la letra dice: “La función del periodismo en ese tiempo, o, por lo menos, en esta sociedad, no era informar, sino hacer desaparecer toda forma de discernimiento entre la mentira y la verdad, sustituir la realidad por una ficción en la que se manifestaba la oceánica masa de complejos, frustraciones, odios y traumas de un público roído por el resentimiento y la envidia. Otra prueba de que los pequeños espacios de civilización nunca prevalecerían sobre la inconmensurable barbarie”. Hasta ahí la cita.
A partir de ya y con miras al 2018 seremos abordados con verdades a medias que pretenderán moldear nuestra voluntad de voto. Venga de quien venga, cuestiónelo todo y en la medida de sus posibilidades verifíquelo todo, incluso la información que hoy le brindé en esta columna.
El tiempo hablará.

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