Locuras Cuerdas

Jorge Chávez

31/08/17

Gamboa, Fouché y El Tapado

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. Eclesiastés 1:9.
El jueves 24 de agosto se le preguntó a Emilio Gamboa Patrón (EGP) coordinador de la bancada priísta en el Senado al respecto de la nominación del candidato de su partido (PRI) para la presidencia de la República y su respuesta fue que hay cuatro posibles en su partido cuando en realidad son seis: José Antonio Meade, actual secretario de Hacienda; Miguel Ángel Osorio, secretario de Gobernación; Aurelio Nuño, secretario de Educación, y José Narro Robles, ex rector de la UNAM y actual secretario de Salud. El senador Gamboa no tuvo empacho en dejar fuera de su lista a Eruviel Ávila, actual gobernador del Estado de México y a Enrique de la Madrid Cordero, secretario de Turismo.
Esta declaración no es poca cosa viniendo de quien, de acuerdo a los registros de la historia desde 1982 no se ha equivocado con un tema clave: saber quién será el candidato priísta en las elecciones presidenciales. Su participación fue clave en la decisión de Miguel de la Madrid Hurtado de nominar a Carlos Salinas de Gortari como su sucesor.
A EGP podemos catalogarlo como el Joseph Fouché de la política actual mexicana. Fouché fue un político francés que ejerció su poder durante la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico. Fue la figura política más influyente de su época en Francia, operaba usualmente en el silencio, la discreción era una de sus características. Sus detractores lo consideraban políticamente obscuro y hasta perverso. La carrera política de Fouché se caracterizó, sobre todo, por su habilidad para asegurarse su propia supervivencia y por mantenerse en el poder a toda costa, independientemente de quien ocupara la titularidad del poder. Junto con Talleyrand, que a bote pronto me hace recordar a Manlio Fabio Beltrones, fueron los amos de la política francesa y eran en extremo hábiles en sus campos. Pues bien, cualquier parecido entre el político francés Fouché, que vivió hace más de doscientos años y el senador Gamboa es mera coincidencia.
Este político hábil puede que no sea de su agrado querido lector, pero es alguien a quien debemos enfocar para poder entender la política actual mexicana; y precisamente es quien de seis candidatos priístas ha reducido la lista a cuatro, y podemos asumir con un alto grado de certeza que no lo está haciendo solo sino con la anuencia del presidente EPN, que, nos guste o no, es un hombre con experiencia en el manejo de las fuerzas internas de su partido y ha creído conveniente usar los servicios del senador EGP, tal como en su momento Napoleón se sirvió de Fouché, y en este caso iniciar el dionisiaco y atractivo juego de la sucesión presidencial en su actual capítulo de El Tapado con su hijo natural el Dedazo.
EPN ha llevado a estos cuatro aludidos con diversos personajes que podemos llamar representativos de la sociedad mexicana incluyendo al icónico empresario Carlos Slim, siempre con la compañía de nuestro Fouché tropical EGP, dando vida al instrumento de El Tapado, una figura que creíamos fenecida y que tuvo vigencia durante setenta años y que EPN ha considerado necesaria para poder mantener el control de su sucesión para el 2018.
Mucho se critica el uso de esta forma de hacer política, El Tapado y el dedazo, que marca el inicio de la sucesión presidencial pero en una cultura como la nuestra, tan efervescente, tan cálida y tan intensa no puede ser de otra forma a riesgo de terminar quebrantados y divididos. EPN sabe que esta forma para nombrar a su candidato surgió en los años veinte cuando en la época post revolucionaria Plutarco Elías Calles se dio cuenta que era imposible nombrar un candidato por medio de consensos y que cualquier intento de acuerdos terminaba siempre en la muerte de una de las partes. De esa forma el fundador directo del PRI e indirecto del PAN, no olvidemos que Manuel Gómez Morín fue subalterno suyo, dio inicio a su maximato y a esta forma de nombrar candidato presidencial.
Dicho sea de paso, en la época de Ruiz Cortines hubo un slogan que decía: “El tapado fuma elegantes”, aunque el verdadero tapado que fue López Mateos fumaba cigarros delicados.
Los hechos marcan que la democracia directa en los partidos no es conveniente, al menos no en el PRI, recordemos que en 1999, en la era del entonces presidente Ernesto Zedillo la nominación de Francisco Labastida en contraposición de Roberto Madrazo dejo bastante lastimado a este instituto político con los resultados ya conocidos por todos. De ahí que EPN usando los servicios del senador EGP y haciendo un análisis histórico y de costo beneficio no tendrá empacho en nombrar de manera totalmente unipersonal a quien será el candidato a sucederlo en el puesto por el PRI porque puede y porque quiere.
El tiempo hablará.

 

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