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Locuras Cuerdas


Jorge Cárdenas

21/02/17

Matamoros y Brownsville. Tenemos historia

Las acciones son mi única medida, el único medio de grabarme en la memoria de los hombres y aún en la mía propia; quizá sea la imposibilidad de seguir expresándose y modificándose por la acción lo que constituye la diferencia entre un muerto y un ser viviente. Memorias del emperador Adriano.
A un buen porcentaje de la humanidad nos gusta resumir nuestra vida en una fórmula, a veces jactanciosa, presumiendo nuestros pocos o muchos logros y otras veces, quejumbrosa de tal forma que nos quejamos de todo para justificar nuestras filias y fobias que nos conforman; por lo regular nos recriminamos a nosotros mismos o al entorno en que nos desempeñamos. El recuerdo nos fabrica, somos en buena medida nuestra historia.
La Heroica Matamoros y la ciudad de Brownsville son una región con rica historia y abundantes tradiciones que guardamos a través de las generaciones. Desde hace ya setenta y nueve años, en lo que hoy llamamos con un alto sentido de pertenencia a esta franja fronteriza, “Fiestas Mexicanas” por el lado mexicano y “Fiestas del Charro” por el lado americano.
Es muy importante rememorar las razones del por qué inició esta tradicional celebración fronteriza en esta región que en forma binaria nos conforma y nosotros la conformamos como ciudadanos que somos. Valorar los orígenes es amar nuestra tierra.
Para detallar un poco la historia de esta fiesta ciudadana, permítame decirle que estas celebraciones tienen su origen en 1937, cuando la economía de nuestra región se encontraba totalmente deteriorada por “La Gran Depresión” que vivían los Estados Unidos y que por nuestra cercanía nos afectaba sustancialmente. Se necesitaba alguna actividad que pudiera fortalecerla. Es así como surgió la idea de celebrar estas fiestas binacionales que ahora son tradicionales, con objeto de atraer mutuamente a sus vecinos, es decir, los de Brownsville querían que los de Heroica Matamoros fueran para allá y los de la Heroica Matamoros necesitaban que los de Brownsville vinieran para acá y fue en 1938 cuando se dieron los primeros festejos. Es importante señalar que una crisis originó una gran fiesta de hermandad entre ciudadanos de una misma región y de dos países diferentes para hacer una sinergia total que curara la adversidad del momento.
En buena hora los protagonistas locales de la historia de ambos lados de esta frontera de aquel entonces, dejaron una valiosísima huella con sus acciones y que hoy son una herramienta política que cobran un valor fundamental frente a las circunstancias tan caprichosas de la dinámica de los cambios con respecto al nuevo inquilino de la Casa Blanca en Washington.
Hoy toca a los protagonistas de la historia actual dar lustre con sus acciones, y entender que más que un simple saludo, es honrar el legado de quienes fundaron estas Fiestas Mexicanas y Fiestas del Charro. El saludo binacional que llevarán a cabo el alcalde de nuestra Heroica Matamoros, Jesús de la Garza, Chuchín, y su homólogo de la ciudad de Brownsville, el Mayor Antonio “Tony” Martínez será en esta ocasión de muy especial valor histórico por el entorno tan particular en el que palpita el ámbito internacional. El abrazo de los dos alcaldes será en esta ocasión de muy especial relevancia para reafirmar los vínculos históricos de amistad, particularmente esto, hoy, no es poca cosa.
Gracias a los orquestadores de esta tradicional fiesta fronteriza que inició en 1938, el alcalde de nuestra Heroica Matamoros el señor Ladislao Cárdenas y el administrador de la ciudad de Brownsville, Robert Runyon, quienes en lugar de lamentarse con “justa” razón ante las siempre combativas olas de la economía mundial, pusieron a trabajar su talento y nos heredaron estas acciones que desde entonces, año con año se celebran en nuestra región en el mes de febrero y que son, como bien se comenta en “Las memorias del emperador Adriano” acciones que se han grabado en nuestra memoria y que hoy son de especial valor frente al complicado entorno internacional.
El tiempo hablará.

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