Jorge Chávez
13/07/17
Un PRI tamaulipeco que debe activarse
No queremos luchar con el viento, con el aire; lo que resiste apoya. Requerimos una sana resistencia que nos apoye en el avance político de México. Jesús Reyes Heroles. (JRH)
Hace algunos meses pretéritos abordé el tema relativo a la necesidad de que el PRI de Tamaulipas asumiera su papel de oposición, el día de hoy creo que esa necesidad se ha convertido en urgencia pues la alternancia verdaderamente democrática y óptima requiere de verdaderos contrapesos entre los tres poderes existentes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial pero para que el empaque democrático sea más eficiente y de verdadero beneficio para los tamaulipecos requiere de elementos alternos como el efectivo liderazgo del partido más importante de oposición, que nos guste o no, en nuestro Estado ese papel le corresponde a este instituto político aludido, el PRI, quien ha navegado en estos primeros meses de la ya mencionada alternancia con una presidencia de membrete en la persona de Amelia Vitales con un reparto de políticas fingidas o equivocadas que más tiene que ver con la simulación que con el de una auténtica oposición.
A riesgo de verme reiterativo y monotemático quiero rescatar y aterrizar las palabras de JRH en el sentido de que lo que resiste apoya y que la verdadera plenitud del poder político demanda casi por igual, la existencia de quienes lo apoyen y de quienes, responsablemente, se le opongan. Esto pareciera una verdad política de Perogrullo pero en los hechos no lo es tanto. Lo que parece es que los legisladores priístas están descabezados y que no pretenden asumir su papel de verdadera oposición, cada quien jalando para su lado, así hubiere entre ellos uno con espíritu demócrata y de oposición y que sus intervenciones sean más que de propuestas estúpidas y engaña bobos, verdaderas críticas frente al Ejecutivo y no solo para aparecer a cuadro y satisfacer su ego personal y mediático con propuestas insustanciales.
Suponiendo sin conceder que ese espíritu de oposición se diera en uno de los once diputados locales con los que este partido cuenta en el Congreso local tamaulipeco, sino cuenta con una presidencia de partido que le haga eco, le dé empaque y lo fortalezca y que no sea una presidencia de utilería en que se ha convertido la actual dirigencia interina, amén de la poca o mucha fuerza en que se pueden convertir los 8 diputados federales sumándose a esta oposición responsable; sin esos dos elementos inherentes para operar como una auténtica y sobre todo respetable oposición que sirva de crítica y contrapeso frente al poder del gobernador establecido, la tan cantada alternancia en nuestro Estado será solo un gatopardismo, es decir todo cambio para seguir igual, habrá sido un “Quítate tú para ponerme yo” con los mismos vicios inherentes a la naturaleza humana que se sabe con mucho poder político pero sin tener en frente los necesarios, hoy urgentes contrapesos, propios de toda auténtica democracia y que sin ellos, ese mucho poder se puede convertir en un poder absoluto el cual si nos asomamos a la historia inmediata de nuestro Estado con los anteriores gobernadores, podremos ver cuán nefasto ha sido tal poder absoluto en un gobernador sin contrapesos. De ese tamaño es la responsabilidad del PRI en Tamaulipas.
Es increíble que el partido que fue derrotado en nuestro Estado, después de más de ochenta años de gobierno sea determinante para que los beneficios de la democracia y la alternancia no se queden cortos y se conviertan con el paso del tiempo en una entelequia política. De los pésimos gobernadores que hemos tenido, todos ellos se formaron en un contexto de usos y costumbres donde no existían los verdaderos contrapesos y donde su naturaleza humana sólo aprovechó los incentivos que les brindaron la discrecionalidad y la opacidad de su situación sin oposición o resistencia auténtica.
El PRI tamaulipeco ha dilapidado el tiempo, tal parece que con la anuencia perversa de su líder nacional Enrique Ochoa Reza y no sabemos por qué razón ha dejado pasar casi diez meses para tonificar su nervio y musculo político del que puede y debe hacer contrarréplica, y lo invade el miedo o la inexperiencia en su calidad de oposición para ser el órgano político que debata con el gobernador en un contexto de democracia pura que es precisamente lo que los tamaulipecos esperaban con la alternancia que no termina de llegar a nuestro amado Estado.
El tiempo hablará.