10/07/2015 – Desesperados y preocupados por encontrar una solución urgente, los maestros de secundaria efectúan una evaluación y diagnóstico exhaustivos del nivel de lectura y de la comprensión lectora de sus alumnos, porque una de las mayores problemáticas y desafíos que enfrentan y que poco les permiten avanzar en el calendario escolar es tener que repasarles las sílabas y las vocales a los adolescentes, quienes llegan a la secundaria sin saber leer y con un nivel de lectura y ortografía hasta menor que un niño de cuarto grado de primaria, reveló ayer el inspector general de Telesecundarias de la Zona 07, Arturo Díaz Mandujano.
Recalcó que la principal problemática, “es lectura, es compresión lectora, es que tengan los alumnos un mejor nivel de lectura y un mejor nivel de comprensión, a veces nos llegan alumnos con un nivel académico muy bajo, con el nivel de lectura muy deficiente, con un nivel de cuarto y tercer grado de primaria; en secundaria no es posible, no es posible porque el profesor no puede trabajar con el programa con el cual tenemos que cumplir si el alumno no sabe leer, y si no sabe leer no podemos avanzar en ninguna de las asignaturas, en ninguna, entonces ahí estamos atorados”.
Añadió que, “nos encontramos un buen porcentaje -de alumnos sin saber leer-; ya en primarias se está trabajando sobre eso porque estamos en Consejos Técnicos pero ya todos juntos, ya todos los supervisores de primaria estamos en las mismas reuniones, ya en primaria los filtros están bien marcados”.
Comentó que para revertir las problemáticas más graves en el sector educativo, el personal docente de las Telesecundarias de la ciudad efectúa evaluaciones para hacer un diagnóstico de los principales problemas que urgen cambiar a través de soluciones que se pongan en práctica durante el próximo ciclo escolar que inicia el mes próximo, dio a conocer el inspector general de Telesecundarias.
Reveló que uno de los problemas más graves que se tienen identificados es el deficiente nivel de lectura que tienen los alumnos de secundaria, a donde una cantidad significativa de estudiantes llegan hasta este nivel de estudios sin casi saber leer, porque para muchos les es envidiable el nivel de lectura de un niño de tercer grado de primaria, dijo el profesor.
“Estamos haciendo evaluaciones todavía en la medición de lectura y en la medición de comprensión lectora y de redacción y cálculo mental con los alumnos que están en tercer, segundo y en primero grado; esto con la finalidad de tener elementos suficientes, válidos, viables para hacer el diagnóstico del próximo ciclo escolar, un diagnóstico bien real, preciso, bien acorde para identificar exactamente que es lo que hace falta hacer, pero con puntualidad para no andar a mitad del ciclo escolar haciéndole ajustes a la ruta de mejora a mitad de año”, dijo Díaz Mandujano.
Subrayó que “a mitad de año si valen la pena los cambios pero es más complicado, porque se hacen ajustes sobre ajustes, y al final los resultados no son los que uno espera; si desde un principio, si desde antes de empezar hacemos el análisis bien, identificamos que es lo que verdaderamente si hizo mal y como lo vamos a atacar pero bien analizado y así vamos a avanzar; lo más importante es que ya para el próximo ciclo escolar que hagamos la reunión intensiva de todo el Consejo ya llevemos resultados, como están los alumnos que van a estar el próximo ciclo, que deficiencias graves padecen, pero también, que alternativas de solución tenemos, no andar viendo que vamos a hacer en los primeros meses del ciclo y poniendo en práctica algunas sugerencias, algunas estrategias para después darnos cuenta que no eran las más adecuadas”.
Comentó que “desde ahorita ya queremos regresar pero ya con elementos de juicio bien fundamentados, que es lo que vamos a hacer, cómo y cuándo lo vamos a hacer”.
Esencial la participación de los padres de familia
La supervisora de la Zona Escolar 212, Amparo Briseño Gallegos, dio a conocer que uno de los aspectos determinantes en la educación de los niños y estudiantes y que afecta en gran medida el desarrollo educativo de los menores es el ausentismo y la irresponsabilidad de muchos de los padres de familia que no están al tanto de lo que les sucede a sus hijos en la escuela, porque no en pocos casos, algunos papás ni siquiera saben que sus hijos tienen más de un mes de no asistir, y cuando se les avisa, poco les importa y no tienen interés por cambiar la situación.
“Si bien es cierto el maestro es el responsable directo, también necesita del acompañamiento del padre de familia, porque por ejemplo en ocasiones el padre de familia no sabe si su hijo va a escuela, en que condiciones llega a la escuela, si va realmente a la escuela, tenemos casos de ausentismo de los alumnos, que en realidad eso es lo que se le dificulta al maestro, dar una respuesta a ese rezago educativo, hay niños que no lograron un aprendizaje deseado durante todo el ciclo escolar; al estar revisando nos damos cuenta de que hay mucho ausentismo y que ahí es en donde no tenemos respuesta de los padres de familia aunque se les llame, se les invite a que sus alumnos concurran puntualmente a la escuela”, dijo Briseño Gallegos.
“Si tenemos ahí un buen número de padres de familia que no responden a ese llamado del maestro”, dijo la supervisora escolar.
La profesora, destacó que también poco apoyan muchos madres de familia cuando el niño es indisciplinado, “no tenemos el apoyo, a veces nos dicen que ya no pueden con sus hijos; si tu padre de familia en ese aspecto no pueden, entonces qué podemos hacer nosotros los maestros, muy poco”.
Abelardo López Guajardo