30/12/15.-Entre “Una nueva esperanza” y “El despertar de la fuerza” existen casi 40 años de diferencia. Eso se puede observar en la tecnología empleada, la edición, la animación, la música y hasta en los actores que dan vida nuevamente a sus personajes.
A Carrie Fisher no le ha ido bien en cuanto a críticas se refiere. De hecho, su reacción a ellas abrió un interesante debate sobre la juventud y la belleza a las que las mujeres se ven obligadas a rendir culto o avergonzarse por perderlas ante el paso del tiempo.
En el mundo occidental se cultivan la juventud y la belleza como si de virtudes o habilidades se tratara. Es común que a una mujer, en cualquier etapa de su vida, le digan “que bonita eres” como reconocimiento a su personalidad y talento. Este comportamiento social conducirá a algunas mujeres a obsesionarse por permanecer siempre jóvenes y bellas, aún en detrimento de su salud o estabilidad emocional.
La princesa Leia apareció en pantalla cuando Fisher tenía 21 años; ahora a sus 59, y tras una vida tan tormentosa como la de cualquier otra persona, es imposible que no se vea como una mujer madura y mayor.
Esto que parece entendible y obvio no lo es para todos aquellos que han lastimado los sentimientos de la actriz al criticar sus arrugas, su peso y talla, así como las cirugías que han pasado por su rostro.
Varios usuarios de redes sociales y fanáticos se han preguntado si Fisher ha envejecido bien. En respuesta la actriz pidió un alto, pues su cuerpo «no ha envejecido tan bien como lo he hecho yo”.
“Mi cuerpo es el estuche de mi cerebro, me transporta hacia donde hay rostros que tienen algo que decir o ver”, continuó la actriz en Twitter acompañando sus reflexiones con fotografías de Gary, un perro que adoptó como parte de su terapia para afrontar el trastorno de bipolaridad que le detectaron a los 29 años.
Agencias