9/08/2016 – Diana Villenas comienza su discurso en inglés, pero cambia al español cuando recibe miradas inexpresivas, lo que ocurre a menudo. Es una venta difícil en cualquier idioma.
Campaña para hispanos
«¿Está usted registrado para votar?», pregunta Villenas, de 21 años, estudiante de ambientales en la Universidad St. Thomas de Houston. «¿Quiere estarlo?». «No, gracias», responde en español el hombre de barba y gorra negra de beisbol. Otro niega con la cabeza con un celular junto a la oreja, al igual que el hombre con el sombrero tejano negro y la mujer de la blusa amarilla. Incluso el hombre con una camiseta con la bandera estadounidense la rechaza. Mientras la música de banda suena desde un escenario cercano en un gran festival hispano junto al estadio de los Texans de Houston, Villenas y otros voluntarios de Mi Familia Vota, un grupo no partisano que fomenta la implicación civil de los latinos, se dirigen a los posibles votantes. Descubren que la mayoría no pueden votar porque son menores de 18 años o inmigrantes recientes que no tienen la ciudadanía estadounidense. Sin embargo, muchos otros simplemente no están interesados.
Latinos en Texas
En Texas viven 10.2 millones de hispanos, el 19 por ciento de la población latina de Estados Unidos. Descontando a los que no son ciudadanos y a los menores de 18, unos 5 millones de hispanos de Texas podrán votar en los comicios de 2016, pero se estima que menos de la mitad se registrará y menos aún irán a las urnas. En las elecciones de media legislatura de 2014, menos de 2.3 millones de hispanos en Texas dijeron en los sondeos del censo que estaban registrados para votar, en torno al 46 por ciento de los casi 4.9 millones que podían optar al voto, y unos 300 mil menos de los que dijeron haberse registrado en 2012. La participación en 2014 fue peor que la de dos años antes: un 22 por ciento de los hispanos de Texas con derecho a voto, frente al 39 por ciento de los comicios anteriores. En todo el país, el 48 por ciento de los hispanos dijeron que habían votado en 2012, una cifra que cayó al 27 por ciento en las elecciones de 2014.
Importancia del electorado
Ese electorado por aprovechar explica por qué, a pesar de que la mayoría de los residentes del estado serán hispanos en torno a 2030, Texas se ha vuelto cada vez más conservadora. Ningún demócrata ha ganado un cargo estatal allí desde 1994, la racha de derrotas políticas más larga en todo el país. Algunos hispanos respaldan causas conservadoras en Texas como los valores religiosos o el rechazo al aborto, pero en general, los latinos de todo el estado tienden de forma mayoritaria hacia los demócratas, al igual que las comunidades hispanas de otros estados. Una participación más alta de este sector de población en las presidenciales de noviembre no hará que el estado se tiña de azul demócrata, pero dado el aumento de población entre los hispanos, incluso pequeñas mejoras podrían marcar una gran diferencia en el futuro. Lo difícil es conseguirlo. «Deberíamos saber qué demografía no equivale a destino», señaló Henry Muñoz III, veterano organizador comunitario de San Antonio, que ahora sirve como presidente del comité nacional financiero del Partido Demócrata. Las costumbres de voto de los hispanos se parecen a las de asistencia a la iglesia, comentó Mario Salinas, subdirector en Texas de Mi Familia Vota. «Si uno crece en una casa donde mamá y papá van a la iglesia, uno irá de adulto. Si no, probablemente no», dijo Salinas. «Si los padres no votan, los hijos no lo harán».
Agencias