Regeneración sin estructura en Tamaulipas
5/01/2019 – La talacha en el partido Regeneración Nacional tiene que ser enorme, porque en Tamaulipas carece de estructuras que le permitan dar una batalla electoral, como institución política.
Ya no tiene efectos que le produzcan votos en cascada como ha sucedido en proceso electoral reciente, debido a la candidatura presidencial del ahora titular del Poder Ejecutivo, Andrés López Obrador.
Los tiempos del aventurismo político se quedaron atrás. Ahora están obligados a demostrar que no son producto de las circunstancias.
Incluso, eso de ofrecer oportunidades a candidatos que militaron o militan en otros partidos políticos, es probable que sea un factor en contra para las votaciones del primer domingo de junio venidero, con las cuales se renovarán las curules del Congreso del Estado.
Renato Molina Arias, quien fue confirmado a fines del año pasado como delegado de Regeneración Nacional en la entidad, lanzó campanas al aire, al aseverar que están en condiciones de ganar las elecciones legislativas de junio, aún sin el llamado efecto López Obrador.
Desde luego, el hombre no habla sobre la falta de estructura que tiene su partido y debería de considerar que, para crearla, requiere de recursos y mucho tiempo.
Alguien tiene que decirle al representante, que en el comité nacional y el propio presidente de la República considera de lujo, porque logró seis de las nueve diputaciones federales y la fórmula de Senadores, además, claro está, la presidencial, cuya derrota más dolorosa fue para el partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés.
En su oportunidad, el delegado de Regeneración, señaló que van a posicionar buenos perfiles para establecer desde una perspectiva política la llamada cuarta transformación, situación que debe leerse como la intención de lograr la mayoría en el Congreso del Estado y de esa manera convertirse en el fiel de la balanza en el gobierno de la entidad.
Para remachar su expectativa, Molina Arias, hizo ver que su partido está afianzado entre los tamaulipecos y que nadie los parará, pero, la verdad es que todo está por encimita y los resultados obtenidos en la elección de julio pasado, tienen como denominador común el factor López Obrador, que ha influido en la producción de votos desde hace 18 años.
La diferencia está en que, en las dos elecciones presidenciales de hace seis y 12 años, sirvió para meter gente a las Cámaras Legislativas y a los ayuntamientos y fue, hasta este julio cuándo el político tabasqueño logró que los votos sirvieran para sacar adelante su proyecto político.
Por su lado, el presidente del Consejo Estatal de Regeneración, José Antonio Leal Doria, sí tiene los pies sobre la tierra y para nada opina como el delegado del comité nacional, porque definió la situación de su partido y, aunque no se trata de emergencia alguna, sí sabe que tiene que reorganizarlo, conformar los comités municipales y distritales, poner a trabajar personas de carne y hueso en cada una de las instancias, además, no pensar en que requiere de invertirle al partido, porque ahora son el que está en el poder y como tal deben de comportarse.
Hasta fecha puso a la transformación o reinvención de su partido en Tamaulipas, enero, mes en el cual dedicarán horas de trabajo a la reorganización, motivo por el cual, deberá venir a respaldar a los regeneracionistas, la dirigente nacional del partido, la mujer del nombre falso, Yeidkol Polevnsky, quien, en realidad se llama Citlali Ibáñez Camacho.
En aquello que sí coinciden el delegado y el presidente del Consejo estatal de Regeneración, es en el alcance que tendrá el trabajo de López Obrador, aunque el primero de ellos porque como candidato dejó bien posicionado a su partido y el segundo señala que, para ganar las elecciones contará mucho el trabajo realizado por el jefe de las instituciones nacionales.
La conclusión es que, como quiera el efecto López Obrador estará presente en las elecciones legislativas estatales del primer domingo de junio venidero.
Por demás está decir que, en la entidad, los partidos con mejor estructura para ganar elecciones son Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, conocidos como los partidos grandes y que, desde siempre, se han enfrentado por los cargos electorales, pero, de hace dos o tres elecciones a la fecha, el PAN ha crecido y el PRI disminuido.
Ante ello, creemos que, sí las elecciones fueran en este mes de enero, las posibilidades de que Regeneración Nacional ganase la mayoría del Congreso del Estado, son muy remotas, dado que carece de estructura propia y sus logros se deberán a personas de la política que tienen otro tipo de ideología, pero, se hacen llamar regeneracionistas por conveniencia, no por convicción.
El licenciado Leal Doria, no puede dejar que vengan desde el comité nacional a intervenir el partido en Tamaulipas, porque, es él y nadie más, quien tiene el contacto con los grupos políticos que comen ansias por ser tomados en cuenta por la nueva izquierda.
Asimismo, no debe de titubear ante todo tipo de prospectos que buscarán la nominación como candidatos del partido en el poder federal y tendrá que distinguir entre aquello que serán útiles y los que puedan poner en riesgo el triunfo distrital, solo porque dejaron sus partidos de origen y quieren entrar con calzador a la corriente lopezobradorista.
El delegado del comité nacional de Regeneración, anunció hace unas semanas que llevarán a cabo encuestas para saber quiénes podrían ser buenos candidatos a diputados locales, para proponerlos a las asambleas que, con la estructura ya elaborada, les conviertan en los abanderados para las votaciones del dos de junio venidero.
Ganarle al PAN sin estructura en Tamaulipas y mantener al PRI como tercera fuerza electoral, no es nada sencillo, de ahí que, todos quienes tienen cargos de dirección en Regeneración de esta entidad, tienen que emplearse a fondo, ya que, los triunfos en las votaciones federales y locales del año pasado, en nada serán igual que las legislativas que vienen.
Al baile vamos.