Gaceta

Raúl Terrazas

11/01/18

Ramiro, Ramón y Enrique

Muy buena contienda electoral podría librarse en Nuevo Laredo, sí Ramiro Ramos Salinas y Ramón Garza Barrios le jugasen la silla al actual alcalde, Enrique Rivas Cuéllar, que está apuntado para la reelección, porque, desde la perspectiva de su partido, el PAN, con su trabajo se ha ganado la autorización para convertirse otra vez en candidato.
El asunto es que podría no existir, ya que, la mira de Ramos Salinas no está puesta en la alcaldía, sino en una de las dos senadurías que estarán en disputa en la elección federal de este año.
Garza Barrios, sí estará en la boleta, porque, la medición realizada entre los ciudadanos para determinar qué tan posicionado se encuentra para ser candidato, de un partido diferente al PRI, que ya le dio la oportunidad de ser alcalde y diputado por su tierra, mismo que dejó para buscarle por el lado de los izquierdistas que manipula el tabasqueño Andrés López Obrador.
La buena contienda sería entre estos tres personajes, Ramiro, Ramón y Enrique, si consideramos que, que el primero de ellos, reviviera el proyecto de hace tiempo, la presidencia municipal nuevoladerense.
Según información de la oficina de Garza Barrios, la población le respondió al cien, es más hasta dicen que lo quieren más que antes, por eso es que, sus encuestas están listas para entregarlas, ya sea directo a López Obrador o a su equipo de trabajo, para que, desde ya lo consideren como la carta que dará la pelea al actual alcalde del PAN y a los que lleguen por los otros partidos políticos, así se trate de Ramos Salinas.
Varios procesos electorales para la alcaldía de Nuevo Laredo, permitieron demostrar que, cuando la gente se identifica con algún producto político, va directo a votar por él a las urnas, como sucedió con el fallecido Benjamín Galván Gómez, quien logró superar a su adversario del PAN, Salvador Rosas Quintanilla, con casi cuatro votos por uno, 3.72 para ser exactos, es decir, 83 mil 250 contra 22 mil 330.
Lo único malo en esa elección fue que, la participación ciudadana en las urnas fue muy reducida, de un listado nominal de 295 mil 158 electores en la lista nominal, acudieron 113 mil 799, que representaron menos del 40 por ciento, en un escenario donde el PRD era una gran fuerza política, apenas obtuvo tres mil 917 votos, el Partido del Trabajo mil 138 y el entonces Partido Convergencia Ciudadana 963.
La votación de Galván Gómez, fue mayor que la obtenida por su antecesor, Ramón Garza Barrios, ya que, por él sufragaron 74 mil ciudadanos, 10 mil menos que el asesinado ex alcalde. Incluso votaron más por el difunto que por el actual presidente municipal, Enrique Rivas Cuéllar, que tuvo 78 mil 119, le ganó con cinco mil 131 boletas,
Después el PRD se cobró la afrenta y al tener como candidato a Carlos Cantú Villarreal, lograron llevar más personas de izquierda a las urnas, aunque el sufragio fue para el PAN, porque el ex alcalde fue candidato de este partido y no del PRD.
Hay quienes creen que el grupo compacto de López Obrador, logró bajar el tono triunfalista a los manejadores de la nueva corriente de izquierda y hasta podría dejarlos fuera de la jugada, porque no son garantía de votos ni para ellos, ni para el precandidato presidencial.
Además, esto es cierto si pensamos que muchos andan a la facilita, léase en espera de candidaturas plurinominales, ya sea para senadores y diputados federales.
Si fuese lo contrario, Héctor Garza González, ex candidato a gobernador de la entidad por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, ya estuviese anotado para la precandidatura a la alcaldía de Reynosa y, no en espera de la postulación plurinominal para senador o para diputado federal, a sabiendas de que, los votos que produzca López Obrador, servirán para escaños y curules.
Ojalá que la competencia que se avizora en Nuevo Laredo por la presidencia municipal, se repita en muchos municipios de la entidad, para que el grado de legitimación sea más alto.

Los otros
Dicen que, como el dos de octubre en México, el 10 de enero en Tamaulipas, nunca se olvida, guardadas todas las proporciones y el significado de cada fecha.
Una fecha como la de este miércoles fue en la que el líder para muchos y cacique para otros, Joaquín Hernández Galicia, fue detenido en el municipio de sus amores, Madero, para luego ser encarcelado por delitos que hasta la fecha son cuestionados desde la perspectiva de la opinión pública, ya que, entre ellos estaba el de posesión de armas, aunque desde una perspectiva política se dijo que era la venganza del presidente Carlos Salinas de Gortari, contra el petrolero, porque apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que fue su adversario en la elección de 1988.
El 10 de enero de 1989, Tamaulipas y México se cimbró con el «Quinazo», como fue bautizado el hecho sucedido hace 28 años. En todo ese tiempo de distancia, producto de las relaciones con el PRD, los hijos de Hernández Galicia, obtuvieron cargos públicos en las urnas, en especial, la alcaldía de Madero y en la actualidad, Joco, como conocen a Joaquín Hernández Correa, hijo del líder petrolero, es diputado local, pero, por el PAN.
A la par con el taller para personal de medio de comunicación sobre el uso de la aplicación móvil para la captación y validación del apoyo ciudadano para los candidatos independientes, los 23 que tienen la autorización del IETAM para buscar el sí de los tamaulipecos que viven en más de una docena de municipios, usan de manera efectiva esa herramienta de manera que, ya tienen más de tres mil apoyos transmitidos a través de la tecnología.
El asunto es que deben de apurarle, porque la aplicación es una herramienta, pero, no la solución a cumplir con lo previsto en la Ley Electoral, de entregar los documentos que avalen su pretensión y que, a partir de ello puedan convertirse en candidatos independientes a alcaldías de Tamaulipas.

 

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