Raúl Terrazas Barraza
29/10/2017
En 10 días, 20 mil millones a comprobar
El más contento con las observaciones que hizo la Auditoría Superior del Estado, ASE, a los 43 municipios y 100 organismos públicos descentralizados de la administración estatal, es el diputado Joaquín Hernández Correa, quien fuera alcalde de Madero por el PRD.
La razón, muy sencillo, ya tiene elementos para hablar hasta de contubernios con los auditores anteriores, si recordamos que, en los primeros meses como legislador panista en el Congreso del Estado, la agarró en serio contra los anteriores directivos de la ASE.
Desde luego, esto no tiene nada que ver con la obligación de los que resultan responsables de las observaciones, para que, antes del 10 de noviembre solventen una a una cada observación realizada por el auditor Jorge Espino Ascanio.
Solventar quiere decir comprobar a los que revisaron las cuentas públicas del ejercicio fiscal del año pasado, con todo detalle la comprobación que ya presentaron y, en caso de que falten documentos, también durante ese tiempo tienen que conseguirlos y llevarlos a la oficina del Siete Berriozábal y Anaya, que, dicho sea de paso, día a día tiene infinidad de visitas de personas que llegan de todos los municipios de la entidad para entregar documentación.
El monto de lo observado por el equipo de trabajo de Espino Ascanio, ronda los 20 mil millones de pesos, algo que, de entrada se escucha alarmante, sin embargo, una vez que se cumplan los tiempos para la solventación y los responsables de ayuntamientos y de organismos desconcentrados, lleven los datos, podríamos hablar de que otra cifra muy diferente será la que llegue al Pleno Legislativo, instancia que será la encargada de aplicar sanciones y establecer requerimientos, hasta por la vía penal.
Siempre decimos que lo más difícil de los encargos públicos es la salida de quienes tienen responsabilidad en el manejo de recursos para programas y políticas públicas, porque los que revisan, encuentran cosas que no están bien dado que, la vara de medir es diferente.
Además, las cuentas públicas son, por lo regular motivo de escándalo ya que, se prestan para todo tipo de especulaciones políticas y llegan a convertirse en armas de dos filos para los que manejaron recursos y no tuvieron la precaución de revisar que todo estuviese bien, revisado por su gente y por expertos que debieron de contratar para no dejar ningún cabo suelto.
De esta manera, la moraleja es bien simple, más vale inversión bien aplicada para la revisión de los números, que mega escándalo porque dichos números no cuadran.
Y, lo peor es que ex alcaldes, ex funcionarios municipales y ex directores de organismos públicos descentralizados, tienen que salir de donde se encuentran, para dar la cara y responder por las observaciones a documentos que ellos siempre creyeron que estaban bien soportadas.
Debe ser una situación demasiado incómoda, porque se les verá con montones de papeles y medio escondiéndose, para que la gente no se percate de que las cuentas no les salieron.
Respecto a La Quinita, como le dicen al médico Hernández Correa, debió de aplaudir en público y gritar en privado que sus planteamientos, respecto a la forma en que los anteriores funcionarios de la Auditoría Superior del Estado hacían su trabajo le despertaron grandes dudas y que, tenía razón, porque los nuevos ya detectaron mal fundamentada la comprobación de unos 20 mil millones de pesos.
Obvio, esto no quiere decir que se los hayan llevado o que los hicieron perderiza, no hay claridad en las comprobaciones y eso es lo que tienen que demostrar a los contadores de la ASE, para que puedan librarse de que sus cuentas públicas sean rechazadas y a partir de ello les finquen responsabilidades administrativas y penales, por las que deben de responder en función de la ley.
Al hablar de organismos públicos descentralizados, se refiere, además de COMAPAS, a instituciones educativas, de asistencias social y comisiones estatales de diferente índole, como la de Vida Silvestre.
Por cierto, en este escenario de observaciones a quienes deben de entregar cuentas de los dineros que manejan, se dio en nombramiento del director de Asuntos Jurídicos de la institución, Aarón Joel Medina Ladrón de Guevara, quien recibió de manos de Jorge Espino Ascanio, el documento que le convierte en nuevo funcionario.
La posición del diputado Hernández Correa, sobre lo que deben de comprobar los anteriores alcaldes del ex sólido sur, como se conoce a la región de Madero, Tampico y Altamira desde que su padre dejó de ser el cacique, fue radical, ya que, consideró como una grosería para los ciudadanos el hecho de que tienen que hacer llegar documentos para comprobar 335 millones del municipio donde radica él, 438 millones del puerto jaibo y 340 millones de la tierra de Cuco Sánchez, quien, falleciera hace 17 años, un seis de octubre, pero, del año dos mil.
Los otros
Aunque hay quienes se quejan porque el tránsito vehicular en esta capital se ve alterado por las obras de reencarpetado del primer cuadro de la ciudad, la verdad es que, vale la pena, porque hace muchos, pero muchos años que no se les daba una buena mano de gato.
Incluso, nos recordó la época en que el profesor Ramón Durón Ruiz fue alcalde de Victoria y atendiera los reclamos de los habitantes de la calle Cero, desde Morelos hasta Carrera Torres, que durante muchos años estuvo en pésimas condiciones y, se reencarpetó y desde entonces se mantiene en un estado que va de regular a bueno.
El contador Oscar Almaraz Smer, jamás debe de dudar que trabajar en la recuperación de pavimentos y mantener en acción las brigadas de bacheo, es una de las mejores formas de responder a las expectativas que los ciudadanos se trazaron, cuando le dieron su voto para que condujese la administración municipal de la capital de Tamaulipas.
En asuntos de política victorense, hay que decir que aún se barajan varios nombres de prospectos a la candidatura para la presidencia municipal, es decir, faltan algunas semanas para que haya solo dos finalistas, en el entendido de que de entre ellos saldrán aquellos que competirán con el actual alcalde, de quien se asegura va por la reelección, aunque su partido confirmará la decisión con oportunidad.