Raúl Terrazas
16/10/17
Independientes fuera de foco ciudadano
Si consideramos la poca respuesta que hay de ciudadanos para las candidaturas independientes a las presidencias municipales de la entidad, es probable la otra opción establecida en las leyes electorales, la reelección de los actuales alcaldes ganó más terreno del imaginable.
Frente a ello, son los partidos políticos los que tienen que apresurar las cosas para determinar lo que harán de aquí a febrero, cuando tienen que definir a sus prospectos para esos cargos, que, debido a la concurrencia con las elecciones federales, se llevan a cabo en esta entidad.
Sin los alcances de la Reforma Política del 2014, las elecciones locales tendrían que llevarse a cabo hasta el 2019, cuando deban de llevarse a cabo las de carácter Legislativo para renovar el Congreso de los Diputados.
Es más, en los partidos políticos como el PAN y el PRI, las candidaturas independientes no ejercerán presión para lanzar a sus candidatos y lo que es mejor, será muy poco la competencia en las urnas, por tanto, estamos en un escenario parecido al de 2016, en el cual la competencia por los votos está entre ellos.
Como la tercera fuerza electoral en que se convirtió el Partido Movimiento Ciudadano, ante los votos que jaló para ese membrete el matrimonio Cárdenas Dávila, enfrentará una realidad diferente, porque ya no son los perredistas los de la batalla izquierdista, sino los del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, el de López Obrador, que trata de hacerse de espacios con promesas al viejo estilo de la política, ofrecer candidaturas y cargos de partido para defender el voto de los ciudadanos.
En los actuales alcaldes, tanto el PAN como el PRI tienen hombres y mujeres que pueden resolver la elección concurrente del 2018, si pensamos de manera estricta en votos, el asunto es que, desde una perspectiva de partido, existen factores que obligan a repensar el respaldo para que repitan como candidatos a las presidencias municipales.
El ejemplo más claro, en el caso del PAN, es el alcalde de Madero, Andrés Zorrilla Moreno, a quien, no respaldarán para la alcaldía, debido a las diferencias que existen con la dirigencia estatal, la municipal y desde luego, con funcionarios de la administración estatal.
Si del PRI se trata, en el municipio vecino, se manejan otras opciones, en lugar de la candidatura para la reelección de la maestra Magdalena Peraza Guerra, eso sí, con una gran diferencia respecto al panista de Madero, que ella sí gana la elección de nuevo.
Respecto a la percepción de los ciudadanos sobre las candidaturas, es seguro que existen grandes dudas de por medio, al no ser un tema que agrade a las personas tomar en cuenta, de ahí que pueda detectarse con facilidad un mayúsculo interés por la reelección en lugar de candidatos sin partido.
Esto genera extrañeza, porque hay municipios como Victoria, donde la candidatura del doctor Xicoténcatl González Uresti, captó la atención de varios sectores del municipio, de ahí el buen resultado obtenido en las urnas, ya que, fue la tercera fuerza electoral de Victoria.
En función de esa percepción inadecuada, sucede el señalamiento en el sentido de que, si el actual director del Hospital General de Victoria, participa otra vez como independiente, podría no sacar la misma cantidad de votos que en el 2016, situación que le obliga a replegarse y pensar sólo en mantenerse como independiente a fin de respaldar proyectos como el de Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, que va en pos de la Presidencia de la República sin partido, como logró ganar en el 2015 las elecciones locales de la entidad vecina.
Los otros
Aunque todavía no está definido al cien por cien, sería el 29 de noviembre venidero cuando se lleve a cabo el relevo en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Entrará el ingeniero José Andrés Suárez Fernández, quien ganó las votaciones con el respaldo de poco más del 90 por ciento de la comunidad universitaria y saldrá el contador Enrique Etienne Pérez del Río, quien cumplió con la etapa y el tiempo al frente de la UAT.
Es asunto de días la diferencia entre la llegada de éste último y la salida de su antecesor, José Leal Gutiérrez, ya que, el evento de hace casi cuatro años se llevó a cabo el seis de diciembre y el cambio será siete días antes.
La UAT está en el proceso de transición y aunque hay espacio para los reconocimientos, que, ganados a puso son entregados por alumnos y maestros de las distintas Unidades Académicas el contador Etienne Pérez del Río, en forma paulatina se ha observado que éste, se pasa a la fila de atrás, para que el futuro Rector haga suyo el escenario.
Desde que fue declarado como Rector electo, el ingeniero Suárez Fernández, ha asistido a infinidad de eventos en su calidad de secretario de Gestión Escolar, pero, con la representación del titular de la Rectoría, como sucedió en la reciente reunión del Noreste del país a la que acudieron unos 150 representantes de universidades para hablar sobre la planeación integral y el desarrollo de la educación superior, hace unos días.
Hablar de la transición en la Universidad, equivale también a decir que está en proceso la conformación del equipo de trabajo para el rectorado que sigue, eso sí, sin descuidar ni un ápice la conclusión del período que corre y que, vence el 29 de noviembre próximo.
Dicen los que saben que el actual Rector fue muy duro para defender los recursos financieros de la Universidad y que, una actitud similar tiene que asumir el ingeniero Suárez Fernández, ya que, se trata de una estrategia que funcionó y sirvió a las Unidades Académicas para quitar personas que no eran gratas, ni académica ni financieramente.
Como un buen acontecimiento político fue considerado en el norte de la entidad el Informe que rindió ante los electores de su distrito el diputado Edgardo Melhem Salinas y a cuyo evento acudieron sus compañeros de Cámara, entre ellos el responsable de la bancada priísta, César Camacho Quiroz, quien, además fue dirigente nacional del PRI.
Hay quienes creen que el hijo de don Moisés Melhem Kuri, podría ser excelente carta para competir en la fórmula para ocupar un escaño en la Cámara de Senadores para el siguiente período.