Raúl Terrazas
26/08/17
Monreal y Batres noqueados
Nada más para que los oportunistas del partido que fundó Andrés López Obrador, el llamado Movimiento de Regeneración Nacional, sepan de que se trata el asunto de ponerle todo en charola de plata al tabasqueño, la definición sobre la precandidatura para el Gobierno de la Ciudad de México, no fue ni para Martí Batres Guadarrama y mucho menos para el zacatecano, Ricardo Monreal Ávila.
La nominada es Claudia Sheinbaum Prado, esposa de uno de los líderes de movimientos universitarios que brincaron a la política, Carlos Imaz Gispert y que fue secretaria de Medio Ambiente en la administración del Distrito Federal cuando estuvo como titular, el propio López Obrador.
La realidad es que, cuesta trabajo entender el acelere que tuvieron los dos ex perredistas, ya que, desde siempre, las preferencias del político tabasqueño están a favor de la actual titular de la delegación de Tlalpan, debido a que es de las que tiran el lápiz para los documentos que, en su calidad de seguidores de López Obrador, deben de elaborar.
La mejor prueba de esa cercanía que existe entre ella y el dueño del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, podríamos decir que se consolidó cuando se incorporó a la campaña presidencial del tabasqueño en calidad de vocera, porque fue artífice para trasladar al PAN a la tercera posición, mismo sitio al que mandó al PRI cuando el candidato del tricolor fue su paisano Roberto Madrazo Pintado.
Del PAN perdió con él, quien fuera secretaria de Educación en la administración del licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Josefina Vázquez Mota.
Ahora bien, los perredistas de todos lados, incluso, los pocos que hay en Tamaulipas, se peguntan sobre lo que harán tanto el guerrerense como el zacatecano y, la verdad es que nada, no harán nada, por la sencilla razón de que, lo que son y lo que tienen en este momento se lo deben a López Obrador y bajo ningún motivo les conviene estar en contra de su decisión que para la delegada de Tlalpan, sea la candidata al Gobierno de la Ciudad de México en el 2018 y la segura abanderada para la presidencia del 2024, cuando hayan pasado los seis años del gobierno que seguirá al del priísta Enrique Peña Nieto.
Las cosas son demasiado claras, como el hecho de que veremos como director del DIF de la capital del país a Imaz Gispert, aunque eso no demeritará las luchas sociales en las que estuvo metido cuando pasaba por las aulas universitarias y que, todos los que se metan al Partido Movimiento de Regeneración Nacional, deben de pensar que llegará un día en que ella, la esposa de quien fuera líder estudiantil, se convierta en la voz que manda desde la izquierda que formó López Obrador, nutrida de los mismos de la izquierda que fundaron el PRD, pero que, están hartos de la forma en que se maneja en la actualidad.
La maestra Sheinbaum de Imaz, está bien aleccionada por el principal detractor de los partidos mayoritarios y aunque es más prudente, solo agregaremos que se impuso a las pretensiones ruidosas que traían los dos ex perredistas.
También se dice en voz baja que, si la mujer despacha en el Gobierno del Distrito Federal, podría manejar a lo que quede del PRD después de las elecciones del año que viene y, por ser una de las fundadoras también de ese partido, hasta podría adoptarlo, para tener a las izquierdas bien unidas, para la grilla del futuro.
Los otros
El diputado Alejandro Guevara Cobos se hizo a un lado para dejar libre el camino al ingeniero Sergio Guajardo Maldonado a efecto de que pueda fortalecer su proyecto de convertirse en presidente del comité estatal del PRI, en caso de que, en la Asamblea del Consejo Político estatal que será este sábado, sus simpatizantes sean más que los del reynosense Oscar Luebbert Gutiérrez.
La tarde del viernes, habló con representantes de los medios de comunicación para decirles que el ex delegado de SEDATU, representa una mejor alternativa para mantener la unidad de los militantes de su partido.
Al fin este sábado se determinará al sustituto del diputado Rafael González Benavides en la dirigencia del PRI y, quien quede tiene grandes cosas por hacer, desde el momento que, en la elección local del año pasado, perdieron feo y, si la meta es recuperar alcaldías en las votaciones del 2018, la realidad es que, así como, muchos insistieron varios meses para el relevo del comité estatal, se pongan a trabajar para revertir la situación electoral desfavorable que tienen.
Están citados 576 delegados priístas entre los que destacan legisladores federales y estatales, alcaldes, funcionarios de dependencias federales, representantes de los sectores y dirigentes de comités municipales, así como, de otras organizaciones del tricolor.
En el supuesto de que no acudan todos los que son consejeros, las posibilidades para los dos prospectos que quedan Oscar Luebbert Gutiérrez y Sergio Guajardo Maldonado, aumentan, porque el trabajo de proselitismo que llevaron a cabo en esta semana, les permitió estar en contacto con una buena parte de ellos.
El ex dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, dice tener más de 250 votos amarrados, sin embargo, el ex alcalde de Reynosa también dice una cosa parecida.