Raúl Terrazas
18/08/17
Veterinarios y universitarios
El jueves, fue el Día del Veterinario, motivo por el cual, las felicitaciones para los del gremio, estuvieron en todo lo alto, desde el momento que Victoria y la región centro de la entidad viven cientos de profesionistas de la veterinaria.
Esta celebración es una de las más antiguas del país, porque se estableció en 1853, el 17 de agosto, porque en esa fecha se creó la primera Escuela de Veterinaria con un decreto del presidente Antonio López de Santa Anna.
Para el arranque de las actividades, cuyos frutos se vieron en 1862, cuando egresó la primera generación de cinco médicos veterinarios, fue como agregada a la Escuela de Agricultura que funcionaba en el Colegio Nacional de San Gregorio, mismo que, al conjuntar las dos escuelas cambió de nombre para convertirse en el Colegio Nacional de Agricultura.
Hay que mencionar que la de México, fue la primera escuela del Continente Americano, ya que, según una revista electrónica de esta especialidad, hasta 1853 no existía en ninguna nación.
El Día del Veterinario tiene como objetivo reconocer el trabajo de los médicos que se encargan de la salud de los animales que sirven al hombre y que conviven con el hombre, para evitar la transmisión de padecimientos hacia las personas.
Victoria, es una ciudad que ha recibido siempre muy bien a todos aquellos jóvenes que, tras buscar las mejores alterativas para cursar la carrera de médico veterinario zootecnista, llegaron a esta capital para cumplir esa meta. De ellos, una parte se quedó porque, como decían antes, tomaban agua de La Peñita, se casaban con mujeres victorenses y se quedaban para buscar un espacio en la parte de la sociedad que les tocó vivir
La Facultad de Medicina Veterinaria que dirige en la actualidad el médico Edgar López Acevedo, es referente internacional, a lo cual se debió que en muchas de sus generaciones siempre hubiese alumnos de países latinoamericanos.
Esta institución también es de las de más antigüedad en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, fue fundada hace casi 60 años, un 17 de octubre de 1957 y la demanda de estudiantes jamás ha bajado, por el contrario, en este ciclo escolar que inició el pasado lunes, se abrió un grupo más, es decir, tiene cuatro de más de 40 alumnos cada uno, cuando, en años anteriores sólo iniciaban tres grupos y de menor cantidad de estudiantes.
Ya que andamos en asuntos de la universidad pública de la entidad, para menos que canta un gallo, tendrá rector nuevo, en virtud de que, el contador Enrique Etienne Pérez del Río, anunció a la Asamblea Universitaria que no buscaría la reelección, en la misma sesión a la cual se citó para aprobar la expedición de la convocatoria que servirá de base para elegir al nuevo titular de la Rectoría para el período 2018 al 2021.
De acuerdo a ese documento, para el día 19 de septiembre venidero, se tendrá la declaratoria de rector electo, en virtud d que ese día, se llevará a cabo la Asamblea de Resultados, sobre la votación de la comunidad universitaria prevista para el día 12 del mes entrante.
Hay un límite para la inscripción de candidaturas a la Rectoría de la Universidad y es el 23 de agosto, por tanto, la comisión constituida para llevar a cabo el proceso, auscultará a los participantes y antes de que termine este mes, podrá decir quienes cumplen y pueden llevar a cabo campañas entre los universitarios para buscar su respaldo a través del voto en las urnas que se instalarán en todas las Unidades Académicas.
El más visible de los a inscribirse como candidato a la Rectoría, es el ingeniero José Andrés Suárez Fernández, uno de los hijos de don Joaquín Suárez Fajardo, quien vino desde la Península de Yucatán para darle vida a las empresas que se dedicaban al ramo henequenero, en aquellos tiempos en los que, la producción y la industrialización de la fibra colocaron a la capital de Tamaulipas en la escena nacional e internacional.
Suárez Fernández perteneció al grupo del ex rector Humberto Filizola Haces, incluso, fue como él director de Agronomía de Victoria, solo que, para la expansión del grupo a la frontera, se abrió la Facultad de Agroindustrias y le tocó al ahora aspirante a la Rectoría fundar la Facultad, dejarla en funcionamiento a la perfección y retornó a Victoria, para convertirse en funcionario rectoral.
Sin embargo, cuando llegó a la titularidad de la Máxima Casa de Estudios el licenciado Jesús Lavín Santos del Prado, le hicieron la vida de cuadritos, porque, junto con Jorge Ariel Castellanos Hernández, trataron de eliminar todo lo que oliera a filizolismo, pero, no contaron con que Pepe Suárez Fernández aguantaría y ahora desde una posición como funcionario de la Rectoría, está en condiciones de aspirar a rector y a lo mejor lograrlo.
La única limitante, sería que apareciese un prospecto de esos de última hora y que lo deje fuera de la jugada, sin embargo, el hombre ya dialoga con los Consejos de las Unidades Académicas y con los universitarios para tratar de fortalecer el proyecto que trae entre manos desde hace tiempo y que, podría cuajar, desde el momento que su paso por Reynosa le permitió conocer a muchas personas de la actual administración estatal que, por mandato electoral de los tamaulipecos, Francisco García Cabeza de Vaca, como Gobernador tamaulipeco.
También pudiera darse el caso que alguno de los más de 20 directores de las Unidades Académicas Multidisciplinarias de la UAT, pueda registrar su candidatura a la Rectoría, porque, al igual que los funcionarios del equipo cercano al rector, reúnen todas las características necesarias para contender por el cargo.
Habrá que mencionar que hace mucho tiempo que la UAT no tenía un rector de cuatro años, que, desde nuestro punto de vista fueron suficientes para que un listado de grandes logros pudieran concretarse bajo la batuta del contador Etienne Pérez del Río y, aunque anunció que no se postularía para un segundo período debido al cuidado que debe de tener con su salud, la realidad es que sí la hubiera hecho por un período más.
Obvio, su determinación abre las puertas a nuevos líderes universitarios para que tracen líneas de acción en el mismo sentido de las estrategias actuales, porque tienen que ver con la consolidación de la UAT como institución educativa de buen nivel en el escenario regional y nacional.