Gaceta

Raúl Terrazas

29/12/16

Becas origen y destino

Interesante es a todas luces la determinación de los Diputados para reformar la Ley de Educación de la entidad para establecer un esquema jurídico que obligue a la difusión, promoción y transparencia de las becas estudiantiles.
Creen que con esto se resolverán las acciones anormales que se convirtieron en dudas respecto a la forma en que se asignan esos recursos para los estímulos educativos que el Gobierno de Tamaulipas invierte para que los jóvenes estudien y no pongan de pretexto que carecen de recursos para ello.
Las becas son estipendios o subvenciones total o parciales, pero temporales, que se concede a alguien para que continúe o complete sus estudios. También el término se usa para referirse a otro tipo de ayudas, como las destinadas a proyectos de investigación, una actividad deportiva o cultural, los que se ofrecen para obras artísticas o servicios, como becas para transporte, libros y aquellas que se destinan al pago de comedor.
Es también una beca toda aportación económica otorgada por instituciones educativas, como universidades y escuelas, fundaciones, empresas, bancos o cualquier entidad que tenga como objetivo formar a las personas.
De acuerdo a la naturaleza de la beca, el sujeto recibe la subvención de manera periódica y se compromete a realizar algún tipo de trabajo o estudio que redunde en su formación y por ello en su propio beneficio.
Ahora bien, si un estipendio es una cantidad de dinero que se paga a alguien por un trabajo realizado o por unos servicios prestados, lo que buscan los Diputados con la Reforma a la Ley de Educación, es que ese dinero no vaya a parar a manos de estudiantes que no lo necesitan, mientras que, a los que en realidad les urge para iniciar o continuar sus estudios, resulta que no puede acceder a los fondos que el Gobierno del Estado destina.
Los legisladores quieren que se difunda el asunto de las becas y por tanto que se promocione, palabras de dichas de manera literal dicen bien de ellos, sin embargo, no deben olvidar que aprobar las leyes o modificaciones, quizá sea lo más sencillo y aplicarlo, lo más difícil, si tomamos en cuenta que para realizar esas acciones son necesarios los recursos y por tanto, tienen que presupuestarse y etiquetarse a la dependencia que pagará por la difusión y promoción, en este caso, la Coordinación de Comunicación Social del propio Gobierno de la entidad.
Suena grandioso el fin de que las becas, porque buscan fomentar la permanencia y desempeño de las personas con mayores necesidades económicas, incentivar el aprovechamiento escolar y buscar que haya alumnos sobresalientes, todo bajo un régimen de transparencia.
Pero, que son las becas en el terreno de las realidades, muy simple, una gran ayuda para la economía familiar, porque además de asegurar la continuidad en los estudios de un joven, se evita que, por invertir en la educación se dejen de comprar cosas necesarias para el funcionamiento adecuado del hogar, alimentos, ropa, pago de servicios y desde luego la atención con recursos a otros hijos que no pudieron acceder a los estímulos educativos.
Cuando el Diputado Oscar Martín Ramos Salinas, habló de las reformas a la Ley de Educación para el asunto de las becas fue muy práctico, afirmó que favorecen a los estudiantes y abonan a la transparencia de los recursos destinados a las acciones educativas, por lo tanto, estuvo en contra de la existencia de becas mal habidas.
Desde el otro extremo, es decir, los beneficiarios de las becas, se supone que están obligados a mantener promedios por encima del 8.5 de promedio en las calificaciones y que, cuando queden por debajo de esa cifra, pierden la subvención, lo que puede ser terrible para sus familias, sobre todo si se trata de becas en instituciones educativas del sector privado, dado que allí, las colegiaturas son elevadísimas y cualquier apoyo que se tenga, ya sea del 20, 30 40 y hasta 50 por ciento de la beca, es cuantioso cuando lo tienen que pagar los padres de familia.
Ser un alumno de beca, era y debe de ser en la actualidad sinónimo de buen estudiante, se trata de jóvenes que destinan más tiempo del normal a preparar sus tareas, dar sus clases y estudiar a fondo para los exámenes, porque de otra manera, es difícil que sostengan los promedios requeridos.
Ahora bien, lo presupuestado para becas, estímulos educativos y apoyos, como quiera que se llame el instrumento con el cual se llega a los jóvenes, no es cualquier cosa, se trata de más de 500 millones de pesos, que, pensados en obras públicas, equivale casi terminar la obra negra de un nuevo Hospital, la construcción de más de cinco escuelas primarias o cubrir las necesidades de pavimentación y bacheo de la capital de Tamaulipas, que son buenas inversiones.
El asunto es que, si de mejor inversión se trata, de la tierra al cielo es la educación de miles de jóvenes que, con el apoyo de las becas, puede concluir sus estudios de cualquier nivel educativo.
Las becas cumplen un objetivo social y lo decimos con los pelos de la burra en la mano, porque sabemos de jóvenes que de pronto dejaron de ir a la escuela, en este una institución privada, y cuando supimos la razón, resulta que lo hicieron porque les quitaron la beca, entre otras razones por la calificación, aunque también lo hicieron porque les bajaron el porcentaje del apoyo y ya no la pudieron hacer.
Perdieron el semestre y tuvieron que esperar que iniciara el nuevo en alguna institución pública para tratar de salvar las materias que ya habían estudiado.
Conocimos el caso de una joven que, por la enfermedad de un familiar, tuvo que viajar a su ciudad de origen en varias ocasiones, lo que propició inasistencias a clases y malas calificaciones en exámenes, con ello bajó el promedio y le quitaron la beca, sin darle jamás la oportunidad de explicar la circunstancia familiar.
Ella dejó la escuela y debió de irse con su familia a buscar trabajo en una maquiladora, sin la menor posibilidad de continuar con sus estudios.
Respecto al uso de las becas, hay estudiantes que solo ven pasar el dinero de la subvención, porque se les entregan en momentos de grandes necesidades en los hogares y, como los padres de familia ya pagaron las necesidades de sus hijos durante el ciclo escolar, los recursos entran a la cuenta del hogar y se usan para otras cosas, en el entendido de que cumplieron con su cometido de respaldar la economía familiar.
Por aquello de las dudas que hay sobre la asignación de las becas, quizá los responsables de otorgarlas ahora, revisen con lupa cada a donde va a dar cada estímulo entregado a los alumnos, para que de esa manera se cumpla el objetivo de apoyar la educación, por tanto, los 500 millones de pesos además de ser una buena inversión, son sagrados para las familias, ya que, el futuro de miles de estudiantes depende una correcta aplicación de los dineros.
Sólo tengamos en cuenta que las becas contemplan se usan para pagos de matrículas, transporte, seguro médico, compra de libros de texto y materiales de enseñanza, para las tesis, viajes de estudios locales e inclusive vivienda.

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