Gaceta

Raúl Terrazas

24/11/16

Recuento del desempeño presidencial

Hasta hace dos años, en noviembre del 2013, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto gozó de la aprobación de los mexicanos porque arribita del 50 por ciento de los mexicanos encuestados por la empresa de Roy Campos, dijeron estar de acuerdo con el rumbo que tenía su administración.
De ese entonces para acá, creció el desacuerdo para llegar al máximo del 69 por ciento en la actualidad, en tanto que sólo el 24 por ciento están a su favor.
El estudio de opinión hace ver que entre febrero y agosto de 2014, comenzó la debacle del mexiquense y fue a partir de entonces como las críticas mostraron un lado de exacerbación, mediante el uso de las redes sociales en las que se ha visto de todo contra el jefe de las instituciones nacionales.
En noviembre de 2014, los que estaban de acuerdo con la forma de gobierno del presidente Peña Nieto eran sólo el 41 por ciento y los que no se brincaron hasta el 57 por ciento.
Este último porcentaje se mantuvo hasta mayo del 2015, aunque para esa fecha el 41 por ciento que estaba de acuerdo bajó en dos puntos porcentuales.
La brecha entre ambas apreciaciones creció hace un año, porque en noviembre de 2015, los que no estaban de acuerdo con eran el 65 por ciento, en febrero del 2016 bajo al 61 por ciento, en mayo subió un punto para quedar en 62 y en agosto volvió al 65, pero, en este mes de noviembre la cifra máxima llegó al 69 por ciento en desacuerdo y los que creen que el titular del Poder Ejecutivo hace bien las cosas, son apenas el 24 por ciento.
Desde luego, el caso presidencial no es único respecto a la caída de la aprobación, también sucede con los gobernadores de las entidades y los alcaldes, solo que, en menor cantidad, de manera que, son esto últimos quienes salen mejor librados.
El promedio de desacuerdo para los mandatarios estatales del 2013 a la fecha es del 63 al 40 por ciento, es decir, 23 puntos, mientras que, la de los alcaldes en ese mismo periodo fue del 54 al 41 por ciento, es decir, 13 puntos.
Ya habíamos dicho que el caso presidencial fue del 50 al 24 por ciento, es decir, casi los 26 puntos, muchos, pocos o nada, lo relevante en la política es que todo cuenta y que, los ciudadanos observan y deciden como usar su voto unos días antes de su cita con las casillas electorales.
El recuento de las cifras deja mucho que desear en el caso presidencial, sobre todo nos percatamos, que la caída comenzó desde la alternancia en Los Pinos del año dos mil, cuando llegó a despachar allí el guanajuatense Vicente Fox Quezada, porque el nivel e aprobación con el que llegó fue muy alto, sin embargo, al finalizar el sexenio se redujo a caso el 60 por ciento y se cayó 10 puntos, es decir, al cierre del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, lo dejó en un 50 por ciento.
El primer año de Enrique Peña Nieto fue el mejor, porque recuperó cinco puntos, respecto a su antecesor, el asunto es que no lo pudo mantener y conforme pasan los años la aprobación de la forma en que se trabaja en su administración roza ya en los 30 puntos.
Datos como los anteriores nos dejan bien claro que los partidos políticos tienen que remontar el fenómeno de la desaprobación para las administraciones en las tres instancias del ejercicio gubernamental y creemos que todo dependerá del tipo y la calidad de los candidatos que presenten para las elecciones federales del 2018.
Nadie quiere en México que por falta de prospectos bien identificados con la sociedad, vaya a ganar Andrés López Obrador, que se dice listo para su enésima candidatura presidencial, sólo que ahora desde su propio partido, algo que le hace diferente a quien acaba de ganar la elección en los Estados Unidos, Donald Trump, porque fue el abanderado de los republicanos.
Las izquierdas en México se encuentran debilitadas, dejaron de ser una corriente con seguidores en activo para convertirse en tribus que tratan de compaginar para aprovechar los beneficios que las Leyes Electorales otorgan a los partidos políticos ante el solo hecho de tener un registro INE, en especial dos cosas, las prerrogativas financieras para desarrollar precampañas y campañas y, desde luego el acceso a tiempos de radio y televisión gratuitos para hacerse presentes ante los ciudadanos.

Los otros
En Matamoros el Gobernador del Estado, Francisco García Cabeza de Vaca tuvo un inicio de semana productivo en dos aspectos de respuesta a una de las demandas más sentidas de los ciudadanos, la seguridad pública y otra sobre asuntos espirituales.
Trabajó con los sectores sociales y las autoridades del municipio que tiene a su cargo el priísta Jesús de la Garza Díaz del Guante, en la apertura de la mesa ciudadana para mejorar las acciones relacionadas con la seguridad, bajo la premisa de que es requerida la colaboración de todo mundo.
En lo espiritual, acompañado por su colega y amigo, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, estuvieron en el evento de presentación del nuevo obispo de Matamoros, Monseñor Eugenio Lira Rugarcía, que llega procedente de la capital poblana, de ahí la presencia de los dos mandatarios.
Desde luego, no fue un simple evento de presentación, porque estuvieron además la señora Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca, el Nuncio Apostólico de México, Monseñor Franco Coppola, es decir, el mero representante del Vaticano en nuestro país y la esposa del Gobernador y aspirante a la candidatura presidencial del PAN, señora Martha Erika Alonso de Moreno Valle.
El titular del Poder Ejecutivo hizo ver que la Iglesia Católica puede colaborar en la promoción de valores a través de su doctrina en Matamoros y ponderó el hecho de que la religión incida en la sociedad para hacer frente a la pérdida de valores.
A los líderes de la Iglesia Católica les dijo que en Tamaulipas se construye una gran alianza entre los sectores social y público para alcanzar el objetivo de lograr una mejor vida, en el entendido de que, los tamaulipecos quieren tranquilidad y reducir a su mínima expresión los riesgos de la inseguridad.
Hubo una misa solemne para la puesta en marcha del ministerio episcopal en las instalaciones del edifico Mundo Nuevo que fue oficiada por Monseñor Franco Coppola.

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