Raúl Terrazas
29/07/16
Ochoa Reza tras la verdad
Al margen de lo que quieran o deban hacer los del PRI, en lo primero que deben reparar es que son oposición y como tal, las cosas serán más difíciles de lo que pueda pensarse, en especial cuando se trate de recursos para las actividades normales del partido.
Luego de la reunión que tuvieron los dirigentes de los comités estatales que salieron mal en las elecciones de junio pasado, con el presidente del comité nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, queda claro que deben poner sobre la mesa los elementos necesarios para el análisis de las derrotas.
A la capital del país fueron el licenciado Rafael González Benavides, presidente del comité estatal tricolor y la diputada Aída Zulema Flores Peña, secretaria General, quienes estuvieron pendientes de la sesión, es más, hasta participativos, para después dialogar en lo personal con le nuevo líder nacional del PRI y con algunos de sus colaboradores, dado que, habrá estrategias específicas para cada entidad de las que perdieron elecciones estatales.
En el caso de Tamaulipas, creemos que la estrategia tiene que ser especialísima, es decir, demasiado bien elaborada, porque es de las entidades donde la alternancia apenas se dio, porque Francisco García, quien fuera candidato del PAN a la sucesión gubernamental, ganó de manera contundente en las urnas y fue declarado como Gobernador Electo hace varias semanas.
Tras la reunión de Ochoa Reza con los dirigentes de los comités estatales del PRI, de manera automática se establece que el relevo en comités como en del Tamaulipas tendrá que esperar un tiempo más, así que, tanto el Diputado Alejandro Guevara Cobos, considerado como el más viable para sacar adelante al tricolor o su compañero Edgardo Melhem Salinas, deben aguadar.
Igual sucederá con el Diputado Heriberto Ruiz Tijerina o el ingeniero Humberto Valdez Richaud, que han exteriorizado sus ganas de conducir al PRI para reposicionarlo y ganar en las siguientes elecciones locales y federales del 2018.
Respecto a los acuerdos de la primera reunión de trabajo con Ochoa Reza, está el hecho de que acudirá a las entidades que se perdieron frente al PAN, con la idea reunirse tanto con la estructura como con la militancia de quienes pretende escuchar puntos de vista que se tomarán en cuenta para fortalecer la estrategia de trabajo partidista con miras al futuro mediato.
Y es que, en lo inmediato los priístas tienen que asumir el rol de oposición y aceptar que la gente de todas las regiones de la entidad, no tuvo empacho en cambiar la intención del voto, porque ya no se sentían cómodos con la forma en que los priístas se condujeron.
Nosotros creemos que el nuevo presidente del comité nacional del PRI, debe ampliar la concepción de la derrota que el PAN le asestó en las urnas el primer domingo de junio pasado y por tanto, no prestar mucha atención a los primeros actores, más bien ir en busca de los líderes que manejan gente en el terreno operativo, para que sean ellos quienes le expliquen que fue lo que sucedió.
Esto en el entendido de que sí hubo miles de priístas que horas o días antes de la elección fueron convencidos por los competidores del PRI, para que se calaran como adversarios del PRI el día de la votación.
Una charla con los activistas del PRI será esencial, porque de ella se obtendrá muchas verdades respecto a la estrategia usada por los panistas ganar la elección, cuya tendencia desde los primeros conteos de las actas en los Comités Electorales quedó bien marcada, hasta establecer una diferencia que dejó mudos a los candidatos del PRI y sus operadores, a los dirigentes y sus delegados, pero, además a la ciudadanía, porque quienes votaron en contra del PRI con la idea de que no se notaría, al saber los resultados se asustaron de lo que protagonizaron.
Hay quienes creen que el PRI tiene que comenzar de ceros y, pudiera ser que sí, el asunto es que, como oposición tiene que dar con estrategias al estilo del doctor César Lozano, matonas, para que la militancia se percate de que las cosas se transformarán para dar forma al trabajo de partido y perfilar personas a los cargos de elección en el 2018, bien avalados por la población.
Sí Ochoa Reza va tras la verdad a las entidades que perdieron, tendrá que destinar horas enteras a escuchar a la gente y saltarse las barreras que quieran imponerle para que no hable con aquellos líderes priístas que puedan decirle cosas comprometedoras.
Buscar la verdad de la derrota del PRI es un buen inicio, porque le dejará beneficio colaterales al obtener información suficiente para moldear su discurso, ver que lo ideológico del PRI tiene que ponerse de nueva cuenta sobre el escenario, enterarse que los operadores de siempre son un riesgo porque equivalen a derrotas en las urnas y tendrá que aceptar que la simulación de los manejadores de la estructura fue una de las principales causas por las que, las campañas proselitistas de los candidatos perdedores no lograron amarrar el voto de las mayorías.
Ni siquiera debemos imaginar una reunión del dirigente nacional del PRI con Antonio Martínez Torres, Bladimir Martínez Ruiz, Óscar Luebbert Gutiérrez, Jesús Collado Martínez, Fernando Mancilla Bernal o cualquiera de los que trabajaron como operadores en los Municipios o Distritos de la entidad por parte del candidato a Gobernador y que, en automático chocaron con la estructura partidista y a la que trataron de desplazar.
Esto último bajo la premisa de que la gente que tenía responsabilidad en las distintas instancias del PRI, no aportaría votos a los candidato de ese partido, cuando en realidad, los que no lograron aportar nada, fueron ellos.
De que tienen mucho que hablar las dirigencias estatales del PRI con su dirigente nacional, claro que tienen, de ahí que celebremos su decisión de estar donde se perdieron las gubernaturas, la mayoría de los Congresos Estatales y muchas, muchas Presidencias Municipales.
Solo hay que ponerle día y hora o más bien días y hora de inicio a una charla muy necesaria desde hace muchos años entre ambos mandos del PRI.