Raúl Terrazas
28/07/16
Alcaldes, barbas a remojar
Si la mayoría de los alcaldes está en la mira de las autoridades que vienen, ya sea sus sucesores, los diputados locales que vienen o del Poder Ejecutivo, tienen mes y medio para poner todo en orden y evitar que de octubre en adelante deban de acudir ante la justicia mínimo para solicitar amparos.
Esto último por aquello de enterarse que se obsequiaron órdenes de aprehensión en su contra y lo peor, que pudieron ser evitables en todos los aspectos.
En el Poder Legislativo actual, se habla con determinación de la conclusión de todos los asuntos que tienen en agenda, incluidas las cuentas públicas de los Ayuntamientos que hayan sido dictaminadas como procedentes para someterlas al análisis del pleno de los diputados y determinar si cumplieron con la comprobación de todos los gastos que llevaron a cabo.
El diputado Ramiro Ramos Salinas, presidente de la Junta de Coordinación Política el Congreso de Tamaulipas, solicita casi a diario a las comisiones que los asuntos manejados en ese nivel que deban de pasar a pleno, tienen que ser enviados para la ejecución del dictamen e incluirlo en la agenda de trabajo.
Respecto a las cuentas de los alcaldes, el mes y medio que tienen para solventar las observaciones a que haya lugar, comienza a correr a partir del lunes, por tanto, ser estrictos con el tiempo que dediquen a cuidar los detalles de la conclusión de su chamba es tanto como pensar que se trata de horas muy bien invertidas para su futuro.
Solo aquellos alcaldes desordenados y que creen que por ser la primera autoridad en los municipios tienen solucionadas todas sus administrativas en automático, serán quienes luego pidan esquina y traten de convencer a los ciudadanos que gobernaron, a la opinión pública y hasta a sus familias, de que las imputaciones que existan en su contra son calumnias.
Tener presente que cuándo el río suena es que agua lleva y en estos tiempos de innovación legislativa sobre asuntos de transparencia y todo mundo en observación plena a través de las redes sociales, son razones suficientes para que los señores presidentes municipales pongan sus barbas a remojar.
Ni modo que la ex senadora y ex subsecretaria de Salud, Maki Ortiz Domínguez, no vaya a revisar con lupa los documentos de haber y deber relativos a la contabilidad del municipio de Reynosa que ella gobernará a partir de octubre, con todo y que la ciudadanía de esa frontera tenga la certeza de que el actual alcalde José Elías Leal hace bien las cosas.
Obvio, con motivo de la transparencia y las especulaciones que siempre se dan en las redes sociales, podría transitarse en solo un momento de la certeza a la duda, en especial si se trata de cuentas bancarias, bienes inmuebles de Reynosa o cualquier parte de la entidad, del país o del extranjero, también de vehículos o de sociedades empresariales con gente cercana o familiares.
A lo mejor en Matamoros las cosas serán tersas cuando se dé la sucesión municipal entre la alcaldesa panista Leticia Salazar Vázquez que se va y el ex diputado federal Jesús de la Garza Díaz del Guante, que llega.
Una situación así, solo podríamos atribuirla a dos cosas, que la alcaldesa tiene un buen nivel de aceptación entre los ciudadanos y que el alcalde electo, es un caballero y por tanto, no metería en líos de dudas sobre el manejo de los recursos a la dama, como tampoco dirá como otros que su objetivo sea meterla a la cárcel hasta que se aclaren cuentas y la transparencia haga ver que en efecto las cosas se hicieron bien.
Son dos casos al extremo, sin embargo, hay que ir a lo grueso, es decir a donde los alcaldes electos son del PAN y sí le darán hasta dónde tope contra los del PRI que concluyen su chamba el último día de septiembre.
Mante por ejemplo, quien ganó la elección, Juan Francisco Leal Guerra, no tiene razón para actuar con compasión hacía Pablo González León y su equipo de PRI, de manera que, los reclamos podrían convertirse hasta en venganza política.
Algo igual veremos en Altamira donde Ana Laura Amparan Cruz del PAN, analizará a detalle cada inversión realizada por el actual alcalde, Armando López Flores, aunque todo mundo sabe que éste último se ha dedicado a resolver demandas y problemas de la ciudadanía, cosa que los adversarios políticos no lo ven así.
Ni modo que en Madero, José Andrés Zorrilla Moreno, vaya a quedarse con los números que le deje el equipo de Mario Alberto Neri Castilla, porque fue algo así como una extensión del ex alcalde con licencia y diputado federal Esdras Romero Vega, a quien le atribuyen situaciones administrativas que quizá no pasen la transparencia.
En Tula, el pueblo mágico al que todos quieren ir, porque ha cambiado para bien y durante varios meses del año tiene eventos que llaman la atención de turistas y paseantes, se dará uno de esos relevos ásperos, porque el alcalde que sale, Juan Andrés Díaz Cruz, tuvo sus buenos pleitos con el que llega por el PAN, Antonio Leija Villarreal, dado que fueron compañeros en el PRI y hasta dejaron de hablarse.
Es seguro que el presidente municipal electo querrá saber en que se gastaron hasta lo del primer año de la administración y checar con lupa cada recurso que llegó durante el trienio mediante la cuenta de pueblo mágico, ya que, es mucho y malo lo que se dice allá en Tula, sobre la forma en que se manejó el dinero.
Cada responsable de municipio, tiene que ver por su futuro mediato o mejor dicho inmediato, si nos paramos en el mes de octubre venidero.
Obvio, eso de ver quiere decir cumplir con la comprobación de cada peso que se movió y tener demasiado cuidado con aquellas partidas que estaban etiquetadas para una acción y se usaron en otra, porque de inicio, eso da mala espina a cualquier persona, al no existir de por medio minuta de comité o de cabildo que haya autorizado usar el recurso destinado a una cosa en otra.
San Fernando, donde manda el doctor Mario de la Garza Garza, Güémez de Julio César López Wallle, Casas donde gobierna Santiago Ávalos Medina y González que tiene a su cargo Raúl García Vallejo, son de los municipios en los que se puede pensar en venganzas que podría dar mucho de qué hablar después de octubre, en el entendido de que no se dirá nada si alcaldes dejan todo bien clarito, porque así, de cualquier lado que le busquen jamás les encontrarán nada.
Solo hay que tener presente que echarle malas a las administraciones priístas, es algo que impactará en el futuro político del 2018, cuando se realicen otra vez las elecciones locales y federales.