Gaceta

Raúl Terrazas Barraza

03/04/2016

Mitos del cambio de horario

El horario de verano cumple 20 años. Se adoptó como una medida encaminada a aprovechar más la luz del sol y bajar los consumos de energía en todo tipo de unidades habitacionales, empresariales e instituciones.
En 1996, se emitió el decreto a través del cual se autorizó adelantar una hora el reloj, casi en todo el territorio nacional, porque la única entidad que tiene el mismo horario siempre es Sonora, en tanto que, en el resto de las entidades de la faja fronteriza norte que comprende 33 municipios, el establecimiento del horario de verano se hizo ya desde el 13 de marzo y durará hasta el seis de noviembre de este mismo año.
Hoy todos los victorenses y los tamaulipecos deben de adelantar una hora más su reloj, en el entendido de que, según los datos de las instituciones encargadas de medir los beneficios que deja esta medida, en el 2015, se evitó que 466 mil toneladas de bióxido de carbono fueran a parar al ambiente ya que 1.33 millones de barriles de petróleo se dejaron de usar para generar electricidad en el país.
También es preciso que los ciudadanos sepamos que, al margen de los comentarios y datos generados por los antagonistas de la medida usada para aprovechar más la luz solar, se ahorraron 1046 GWH de energía eléctrica, que equivale a mil 470 millones de pesos.
Cada quien podrá considerar el vaso medio lleno o medio vacío en, en este asunto del cambio de hora en verano, pero, de que funciona funciona, porque ya las ocho de la mañana son muy tarde en cuánto a horas luz, así que, si mucho cuestionar, ni reparar en el descontrol generado en las actividades diarias de todas las personas, debimos de adelantar el reloj para amanecer con la nueva, que, por cierto, servirá para que las campañas de los candidatos a gobernador de todos los partidos políticos se pongan en marcha, de acuerdo a lo previsto en la Legislación Estatal Electoral.
Hay quienes consideran que migrar de un horario a otro en esta época, tiene repercusiones en la salud y en el comportamiento de las personas, démoslo como válido, pero, habrá que decir que a la vuelta de una semana, las personas regularizarán sus hábitos sin problemas de ninguna naturaleza.
Lo más comentado es que se tienen problemas para conciliar el sueño, que hay cambio de humor, algunos cuadros de malestar estomacal, cansancio y alteraciones en los hábitos diarios, sin embargo, la curación se dará de manera normal después de la primer semana del horario de verano, con la recomendación de no dormir siesta para que en la noche se concilie el sueño en forma inmediata y no pensar en que se acuesta o se levanta con un horario diferente, esto es muy simple hacer lo todo sin pensar en el cambio de horario.
Especialistas en medicina hacen algunos análisis y dicen que en algunas personas el cambio de horario implica desajustes en el reloj biológico, de ahí que, aquellos que tiene este tipo de sensación, debieron de dormir y despertar media hora antes para que el cuerpo se acostumbre, en el entendido de que antes de una semana todo volverá a la normalidad.
Los que son más sensibles al cambio de horario pueden tener somnolencia, irritabilidad, dolores de cabeza, dificultades para concentrarse y conciliar el sueño. Obvio, esto tiene su explicación somática, ya que, al existir una diferencia en los cronotipos, es decir, que cada quien tiene definido su ritmo circadiano que represente el ciclo del sueño y la vigilia durante las 24 horas del día.
Ello porque las personas están hechas para funcionar en ese ritmo, lo que define el cronotipo, de manera que el cambio de horario implica que dificultad para completar el ciclo cuándo se terminan o empiezan las horas luz y se establece la diferencia con la hora que marcan los relojes.
Además, es cuestión de que el cerebro registre el nuevo horario para que adapte al cuerpo, en el entendido de que en las personas, el reloj biológico se ajusta a la luz, oscuridad, temperatura, que dan pie al establecimiento de actividades básicas como dormir, despertar, reposar, comer, hacer deporte y desde luego trabajar.
A 20 años de que funciona bien el horario de verano, los tamaulipecos no andarán con quejas de ninguna índole, sobre todo, porque el ahorro en el pago de energía eléctrica es una realidad que todos podemos observar, aunque, lo que falta es que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público autorice a la Comisión Federal de Electricidad para que la capital de Tamaulipas tenga una tarifa especial que sirva para lidiar con las altas temperaturas que se registran durante la temporada de Primavera-Verano.

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