Raúl Terrazas
30/01/16
El reto de Hinojosa Ochoa es político
La designación del candidato del PRI a la sucesión gubernamental de Tamaulipas más que de personas era de tiempo, ya que muchos suponen que la decisión a favor de Baltazar Hinojosa Ochoa estaba tomada desde hace varios días.
Cualquiera de los siete que aspiraban a esa posición está en condiciones de ganar a los adversarios que postulan los partidos de oposición.
El asunto es que, soltar el nombre era cuestión de los tiempos establecidos en la convocatoria que señala el procedimiento del Partido Revolucionario Institucional para cumplir de manera correcta su compromiso con las autoridades electorales.
Otros más creen que al interior del PRI hubo desacuerdos y que la negociación fue lo que hizo tardado el anuncio de quien competirá con Francisco García Cabeza de Vaca y Jorge Valdez Vargas, candidatos de los dos partidos que en votación le siguen al PRI en los procesos electorales.
Este sábado se lleva a cabo el registro del economista matamorense como precandidato al Gobierno de Tamaulipas, en un evento que corresponde a la Comisión de Procesos Internos del comité estatal que tiene a su cargo el contador, Jaime Amaro Castillo, quien recibirá la documentación y evaluará en un término de 24 horas que se cumpla con los documentos de rigor, para declararlo el domingo como precandidato priísta.
La condición de candidato la obtendrá después de que se hayan consumado los tiempos establecidos en el procedimiento, es decir, que durante casi un mes se mantenga sin actividad política, porque al ser candidato único de la coalición formada por el PRI, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido Nueva Alianza, deberá esperar la Convención de Delegados que se llevará a cabo el 28 de febrero y en la que le nombrarán candidato.
Antes de la Reforma Política del 2008, la figura de las precandidaturas al interior de todos los partidos era bien socorrida, incluso, llegó a considerarse como una competencia sin el piso parejo para todos los que buscaban un cargo de elección popular, de ahí que, en cuanto se pudo, se incorporó a la Legislación Electoral el período de precampañas, mismo que, por aquello de nuestra máxima de que vivimos en el mundo al revés nunca se ha usado.
Para ser concretos y claros, cuando las precampañas no eran legales, los aspirantes se daban hasta con la cubeta y ahora que lo son, resulta que para todos los puestos se logran candidaturas de unidad, por lo tanto el tiempo de precampañas previsto en la Ley, es un tiempo de cero actividad para los precandidatos comunes o únicos.
Por cierto, un día antes de que la decisión a favor de Hinojosa Ochoa se hiciera pública, corrió la versión de que este sábado podría registrarse ante la Comisión de Procesos Internos, más de un prospecto, sin embargo, a juzgar por la información que salió de palabras escritas por los aspirantes, todos se suman al proyecto.
Sobre ello, el presidente del comité estatal del PRI, Rafael González Benavides, dijo que la nominación es unánime de los sectores y organizaciones del partido que se da en el marco del acuerdo de unidad por el futuro de Tamaulipas que fue firmado por los siete aspirantes ante el líder nacional del PRI, Manlio Beltrones Rivera.
La característica general de las precandidaturas de todos los partidos que están acreditados para participar en la elección local de Tamaulipas, es que no tienen necesidad de competir con más prospectos, de ahí que el tiempo de las precampañas se usará para que acudan ante los grupos sociales y políticos sin hacer campañas abiertas, porque las autoridades electorales estarán muy pendientes de que la actividad no se pase de la raya.
Faltaba solo que se agregue al grupo de aspirantes el también matamorense, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, quien pediría licencia a la Cámara de Diputados mediante un oficio, para autopostularse como precandidato del Partido Movimiento Ciudadano, pues nadie cree que vaya a aparecer por acá el dirigente nacional, Dante Delgado Rannauro, en virtud de las diferencias que tuvo con Cárdenas Gutiérrez y que se dice tiene que ver con asuntos económicos, porque se negó a dar un porcentaje del salario que obtendría como legislador al comité nacional.
En relación a los de otros partidos, el perredista Valdez Vargas ya anda por muchas comunidades de Tamaulipas para pasear el color amarillo de su partido y demostrar a propios y extraños que es quien hace lo que se le antoja con el PRD, aunque los muy ideológicos del perredismo echen rayos y centellas.
El precandidato del PAN, Francisco García, tendrá que hacer un recorrido por la entidad y esperar los tiempos establecidos las autoridades electorales para llevar su documentación de candidato y por allá en el mes de marzo comenzar como todos la campaña oficial que durará hasta el día uno de junio, por aquello de que, unos días antes de las votaciones no debe existir actividad política y la propaganda que se haya colocado en las ciudades y en especial la que estuviese en las inmediaciones de las casillas electorales, tiene que ser retirada por candidatos, partidos y los ayuntamientos.
De vuelta al PRI y su recién nominado candidato, hemos de considerar que el reto de Baltazar Hinojosa Ochoa, además de ganar en las urnas el cinco de junio, es incorporar al ejercicio público el oficio político que según los priístas se quedó tirado desde hace muchos años en algún lugar y nadie se preocupó por buscarlo.
En sus primeras declaraciones habló de que la seguridad y la educación son la prioridad en la entidad, pero, creemos que el abanico tiene que abrirse a los elementos políticos, propios de una cadena de participantes que se ubican desde el beneficiario de las gestiones partidistas y el ejercicio político de sus gobernantes, con las aportaciones de líderes y organizadores que mantienen en operación la estructura sociopolítica del PRI.
Este sábado será de apoyo desbordado hacia el precandidato, es más, comenzó ya, porque personas, agrupaciones partidistas, sindicatos y hasta amas de casa están de acuerdo con que el PRI haya elegido a Baltazar Hinojosa Ochoa como en competidor que tendrá los adversarios en las urnas y, por demás está decir que los matamorenses se encuentran algarabiosos en todos los sentidos.
Se espera mucho del precandidato en lo político, bajo la premisa de que, mínimo, tiene que demostrar esa condición es parte de su formación, dado que aprendió entre gente de oficio en esos menesteres.