09/06/18.- Armados con palas y picos, familiares de los desaparecidos por la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala se adentraron en la comunidad San Miguel Los Lotes con la intención de encontrar más cuerpos de víctimas, que hasta el momento suman 110 muertos.
Los parientes se saltan los cordones de seguridad para llegar a la zona cero y cavan entre los escombros y toneladas de ceniza en busca de sus familiares en la comunidad sepultada, al sur del país.
«Nuestro deber es encontrarlos», dice Elder Vásquez, de 49 años, apoyado por socorristas voluntarios para sacar la ceniza sobre el área en la que está su casa.
Vásquez, vestido con una camiseta blanca, sucia por la mezcla de sudor y tierra, no tiene más remedio que excavar si quiere encontrar a su esposa y cinco hijos desaparecidos, ya que las autoridades mantienen desde el miércoles suspendidas las labores de búsqueda ante la inestabilidad del terreno y la constante actividad del volcán.
La autoridades argumentan que esas condiciones ponen en peligro a los cientos de socorristas, policías y soldados conscriptos, quienes han trabajado arduamente desde el domingo, cuando se registró la tragedia.
La desesperación por la cancelación de las autoridades llevó a los pobladores a internarse desde el jueves en la zona de la catástrofe, pese a las advertencias de riesgo.
«Uno por la familia da la vida», explica Vásquez, en claro desafío al volcán que sigue escupiendo ceniza.
El coloso, de 3 mil 763 metros de altura y situado a 35 km al suroeste de la capital, ha estado expulsando material piroclástico en los últimos días, según el instituto estatal de vulcanología de Guatemala.
Ese material, compuesto por gases tóxicos, piedras y materia volcánica y que puede alcanzar altas velocidades cuando desciende la montaña, fue el causante del desastre del domingo.
«El gobierno nos abandonó, nos dejó como basuras, pero nosotros por nuestra propia cuenta vamos a desenterrar los cuerpos», agrega Eufemia García, de 48 años, quien busca a tres hijos, su mamá, sobrinos y hermanos.
La mujer encabezaba una fila de vecinos que, sin importarles el riesgo, caminaba hacia el epicentro de la tragedia.
Agencias