En crisis la vigilancia con lanchas en el río Grande

25/06/2016 – El impedir que personas y drogas crucen ilegalmente hacia Estados Unidos requiere algo más que personal en tierra. El transitado corredor del Condado Starr en Texas, que es utilizado para contrabandear, también requiere el uso de lanchas para el patrullaje marítimo.

Vigilancia
Aunque se están destinando millones de dólares de recursos federales y estatales al Valle del Río Grande para aumentar la seguridad fronteriza, la Patrulla Fronteriza no realiza patrullajes durante todo el día en las 300 millas de costa que es protegida por la Estación Río Grande. Como resultado de esto, agentes de la Patrulla Fronteriza están acostumbrados a observar cuando se lleva a cabo el contrabando después que las lanchas dejan de vigilar el río. Es tan predecible que los agentes pueden planear sus comidas en torno a eso. “La razón por la que ellos no cruzan por aquí en este momento es porque las lanchas están allí”, comentó el veterano agente José Perales de la Patrulla Fronteriza durante un reciente recorrido por la frontera sur de Texas. “Muchos agentes toman un descanso para ir a comprar algo para comer o cualquier otra cosa porque una vez que las lanchas salen del agua, ellos saben que van a tener una tarde ajetreada”, agregó.

Falta personas
La explicación por la que las lanchas no pueden permanecer patrullando todo el día depende de a quién se le pregunte. Perales comentó que todo depende del nuevo personal. “No tenemos personal para vigilar todo el día. Otras estaciones que son más grandes tienen tres turnos, de esa manera, las lanchas pueden vigilar las 24 horas del día”, dijo. “Sin embargo, estamos en la Estación Río Grande y ésa es nuestra responsabilidad y no tenemos suficiente personal”, indicó. Aunque todo depende más del deseo de hacer las cosas, así lo considera el oficial Chris Cabrera de la Patrulla Fronteriza. La estación tiene más de 3 mil agentes, de acuerdo a estadísticas de la agencia, Cabrera comentó que existen los suficientes reclutas disponibles para hacer el patrullaje en las lanchas. “Por alguna razón -no sé cuál sea- tenemos lanchas que no se usan”, agregó Cabrera, quien es vicepresidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande. “Nadie quiere darnos el personal. En la estación hay oficiales pero ellos no quieren que salgan de allí y aborden las lanchas, aunque eso multiplicaría nuestra fuerza”.

Embarcaciones
Citando cuestiones de seguridad operativa, la agencia no dio a conocer cuántas lanchas tiene ni cuántos pilotos certificados hay para operarlas. A través de un correo electrónico, Marlene A. Castro, portavoz del CBP, sólo dijo que la agencia tiene “numerosos” equipos que están desplegados “día y noche”. Cuando le preguntaron si era posible tener embarcaciones patrullando en el agua durante todo el día, respondió que las unidades son asignadas para hacer tareas marítimas “de acuerdo a las tendencias e inteligencia”, y no proporcionó más detalles. Incrementar el patrullaje no es tan fácil como colocar a los agentes existentes en las lanchas disponibles, dijo, debido a que la Patrulla Fronteriza acata los estándares de seguridad de la Guardia Costera de Estados Unidos y tiene reglas para seleccionar a la tripulación y los capitanes. Los agentes necesitan haber desempeñado su puesto por lo menos durante dos años para ser considerados, dijo Castro. Primero tienen que ser certificados como tripulantes, lo cual requiere pasar una prueba de condición física, natación y rescate.

Limitantes
Un miembro de la tripulación puede enviar su solicitud para convertirse en comandante de la embarcación, haber asistido a un curso de cuatro semanas en aplicación de las leyes de la Marina en una academia de entrenamiento situada en Glynco, Georgia. Después, debe tomar un curso de 10 semanas para prepararse para una evaluación de su desempeño en el campo. Los nombres de los agentes que pasan la prueba son enviados al Centro Nacional de Entrenamiento de la Marina en Saint Augustine, Florida, en donde si son aceptados, son evaluados durante dos semanas más. El comandante de la lancha tiene que aprobar evaluaciones trimestrales y anuales, agregó Castro. Aún después de eso, hay ciertos obstáculos burocráticos adicionales. Castro comentó que los agentes sólo pueden pilotear una lancha durante 6 de 12 horas, seguido de por lo menos 10 horas de descanso, de acuerdo a los estándares de la Guardia Costera. Lo que no está claro es por qué razón la Patrulla Fronteriza está utilizando esos estándares -desarrollados por embarcaciones comerciales- para pilotos de lanchas de río.

Agencias

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