Ángel A. Guerra
08/02/18
Dice sí; el PRI se aferra a Serapio
Don ROBERTO cruzó una apuesta.
Miró la carátula de su reloj y recitó con solemnidad:
“Hoy, miércoles 7 de febrero del 2018, les anticipo que el candidato del PRI a la presidencia de la República, JOSÉ ANTONIO MEADE, ganará las elecciones del 1 de julio. Si no gana, búsquenme para pagarles una comida”.
Lo dijo en serio, sin titubeos.
Se veía contento, optimista.
Minutos antes de compartir un café con este espacio, desde otra mesa, había digitado un número en su celular. Intercambió unas palabras con el interlocutor al otro extremo de la línea y luego le pasó el aparato a su compañero de mesa.
Este lo tomó. Habló 20, 25 segundos y luego se lo devolvió.
Enseguida, don ROBERTO y su interlocutor departieron 15, 20 minutos más.
Al despedirse, después de tomar café y jugo de naranja, quedaron de verse otra vez, a las 12:00.
Don ROBERTO lucía jovial, jubiloso.
Hasta cuando explicó que lo único que justifica una obsesión es la mujer -y aquí se refirió reiteradamente a su esposa, «quien sigue siendo mi obsesión después de 48 años de matrimonio»-, para argumentar que “en política las obsesiones enferman” y exponer su caso particular como ejemplo de que “en política, cuando te toca, aunque te quites; y cuando no te toca, aunque te pongas”.
5 veces fallido precandidato del PRI a la presidencia municipal de Tampico, don ROBERTO narró que la primera vez que quiso ser alcalde del puerto, en el primer trienio de ENRIQUE CÁRDENAS GONZÁLEZ, “me partió la madre el ensayo de la ‘democracia transparente’, que implementó en el país CARLOS SANSORES PÉREZ tras la muerte de CARLOS ALBERTO MADRAZO”.
Después fue excluido en el sexenio de EMILIO MARTÍNEZ MANAUTOU: “por una u otra razón, siempre me hicieron a un lado”, recuerda.
Cita que cuando JESÚS REYES HEROLES despachaba en la Secretaría de Gobernación, el Ministro de Bucareli le dijo en su cara que buscara otro partido y lo ayudaba, porque por el PRI no podía”.
“Yo le dije que no y don JESÚS se enojó:
¡¿Qué no me oyó?!… ¡¿está usted sordo?!, le increpó, y enseguida firmó su renuncia a la precandidatura.
“Hasta le dije que dónde ponía mi huella digital”, recuerda, divertido, al señalar que REYES HEROLES, el más grande ideólogo del Partido de la Revolución en sus últimas décadas, fue un hombre de carácter fuerte.
Luego, en el sexenio de AMÉRICO VILLARREAL, don JOAQUÍN HERNÁNDEZ GALICIA -el ex líder petrolero encarcelado por CARLOS SALINAS DE GORTARI, a quien visitó cuatro o cinco veces durante su reclusión-, le dijo que se hiciera a un lado.
“Y no fui, otra vez”.
Suspira y confiesa:
“Ya ahora perdí todo interés en la candidatura. Se me fue el tiempo; soy un hombre de 73 años que superó el cáncer y cuya esposa también superó una caída que le causó un daño que la mantuvo tres meses en silla de ruedas”.
Y expresa:
“A mí me pasó lo que a «NETO» ROBINSON, pero al revés”.
Y se explica:
“NETO tenía todos los consensos del PRI a favor, pero renunció a su oportunidad, aunque debo decir que oficialmente no ha renunciado al partido; al menos no ante mí, que soy el presidente de la Comisión de Justicia Partidaria.
“Yo tuve la simpatía y el respaldo de los obreros y los empresarios, pero de arriba me dijeron que no iba. Y no fui”, recuerda.
Y reitera:
“Pero en política, cuando te toca, aunque te quites; y cuando no te toca, aunque te pongas”.
Y se remite a otra anécdota:
“Una vez me llevaron en short y patas de gallo a Victoria, para registrarme como candidato a diputado federal, después de que me dijeron que me aplacara, porque yo no iba a ninguna candidatura”.
Desempolva la memoria, y recuerda:
“Ya me habían pedido que guardara mis documentos, porque el partido no me iba a postular a ningún cargo. Y me resigné: me fui a casa y preparé mis instrumentos de pesca, para acampar. Yo tenía entonces radios de comunicación para estar pendiente de la familia. Y en una llamada, me dijo mi hija «papá, acaban de decir en la televisión que mañana te registras como candidato a diputado federal».
“Yo le contesté:
“No hijita, seguramente es una confusión, yo no voy a ningún cargo”.
Y me contestó:
“No papá, no hay ninguna confusión. Nos acaban de hablar por teléfono y nos pidieron que te localizáramos, para que te presentes mañana a tu registro”.
“No hijita -les reafirmé- yo no voy a ninguna candidatura”.
Pero me repitió:
“Sí, papá. Ya preparamos tu maleta, porque nos dijeron que ahí vienen por ti”.
“Fue cuando sin esperar la candidatura, me designaron y fui candidato a diputado federal. Y así me fui al Hotel Everest, en Victoria: en short y patas de gallo. Y al día siguiente me registré, y gané la elección con números que me ubicaban en el primer lugar, porque gané con el 62 por ciento de la lista nominal”.
SU INTERLOCUTOR
El interlocutor de don ROBERTO apuró un trago de café, se puso de pie y se despidió con un abrazo y un saludo de mano que selló el compromiso.
Esa era la razón del regocijo del delegado especial del PRI en Reynosa, ROBERTO GONZÁLEZ BARBA:
El Dr. SERAPIO CANTÚ BARRAGÁN acababa de aceptar la candidatura del PRI para contender como candidato a la presidencia municipal de Reynosa el 1 de julio.
Seguramente GONZÁLEZ BARBA quiso “amarrar” el compromiso entablando una comunicación telefónica entre el presidente del Comité Directivo estatal del PRI, SERGIO GUAJARDO MALDONADO y el ex alcalde SERAPIO CANTÚ BARRAGÁN.
De ahí que marcara el número en su celular, y lo comunicara con SERAPIO.
Por eso, cuando GONZÁLEZ BARBA ocupó un espacio en la mesa del comentarista, venía cargado de endorfinas, pues SERGIO GUAJARDO venía en carretera y se preparaba conferencia de prensa para anunciar la postulación de CANTÚ BARRAGÁN.
DIJO SÍ
Autocrítico -“yo siempre dije que hay que correr del partido a los sinvergüenzas y bandidos”-, GONZÁLEZ BARBA expresó de entrada que en su exposición de motivos para invitar a SERAPIO a aceptar la candidatura, admitió que el PRI no está en su mejor momento, pero que precisamente por eso requiere de sus mejores hombres.
Por hoy es todo, nos leemos mañana.