Madrid,28/09/16.- El Atlético de Madrid, sensacional en todo, en ataque y en defensa, y un gol del belga Yannick Carrasco desbordaron este miércoles al Bayern Múnich, doblegado sin matices por el conjunto rojiblanco, casi impenetrable con 1-0 y ganador imponente e incontestable en un partido de mucha altura.
Por pegada, muchos momentos por juego y ocasiones, también por esfuerzo, por táctica y por su funcionamiento como bloque lo mereció el Atlético, un equipo con mayúsculas, por encima de todo, capaz de sumar otro triunfo concluyente, con un penalti fallado incluido por el francés Antoine Griezmann, y dejar sin nada al club alemán.
Un partido grande. Desde las alineaciones de los entrenadores, que no se guardaron nada; desde el ambiente del Vicente Calderón, abarrotado; desde la actitud y la competitividad del Atlético, un incuestionable favorito a lo máximo esta temporada; y desde la intensidad y el ritmo tan alto que manejaron ambos conjuntos.
Ni siquiera una cita tan temprana, apenas la segunda jornada de un grupo en el que uno y otro acaparan los pronósticos para avanzar a los octavos de final, restó magnitud a la indudable envergadura del encuentro, la reedición de la semifinal de hace cinco meses, un duelo potente en la actualidad sea cual sea la ronda y el escenario.
Y un choque trepidante desde el principio. Ante tal velocidad en el juego, para defender y para atacar, se necesita mucha destreza con la pelota. La tuvo el Bayern, pero también el Atlético, de inicio el primero y aún más el segundo, con ambición, preparado para romper el partido, para demostrar todo su nivel.
Da igual quién esté enfrente, nadie compite como este Atlético, con sus mecanismos tan afinados para cada registro que requiera cada minuto, como este miércoles, cuando defendió con solidaridad y una precisión táctica milimétrica, sólo alterada en todo el primer tiempo por un pase sensacional de Thiago y una volea de Thomas Müller a la que se interpuso, enorme para el rematador, Jan Oblak.
También cuando presionó, cuando movió la pelota, muy bien durante un rato largo en el que, desde la posesión, con movilidad y fútbol, arrinconó a su adversario, y cuando atacó, con un derechazo de Yannick Carrasco, con un testarazo al poste de Fernando Torres, con otra acción del madrileño… Aún solo con media hora disputada.
Al minuto 35, golpeó con determinación, la que tuvieron Griezmann, para combinar, y un inalcanzable Yannick Carrasco hacia la portería de Manuel Neuer por velocidad y por disparo: un zurdazo que primero pegó al poste y luego fue para adentro. Era ya mejor el Atlético, mucho mejor que el Bayern, minimizado, superado, por debajo como equipo y hombre por hombre del rotundo juego rojiblanco.
Jan Oblak, Juanfran Torres, Stefan Savic, Diego Godín, Filipe Luis, Saúl Ñíguez, Koke Resurrección, Gabi Fernández, Yannick Carrasco, Fernando Torres y Antoine Griezmann. Todos implicados en el esfuerzo, en el ataque, en el juego, en la defensa de la renta, en los contragolpes… Todos superiores a su par y todos con la convicción que necesita un partido de tal complejidad como este.
No sólo ganó al intermedio en el marcador, sino también en cada sector del campo y en cada aspecto del partido. El único matiz era el tiempo. Aún 45 minutos, un mundo por delante cuando enfrente está la colección de futbolistas de la que dispone Carlo Ancelotti en el Bayern, capaces de cambiar un partido en un instante, en cualquiera.
Le permitió muy poco el Atlético, apenas un cabezazo de Muller en un saque de esquina, un ‘punterazo’ de Alaba o un testarazo de Lewandowski. Mientras, en la otra portería, Neuer se estiró para repeler un intento de Carrasco y vio como un penalti de Griezmann se estrelló en el larguero. Ni eso pudo hoy con un enorme Atlético.
Agencias