14/12/2016 – Washington.- Donald Trump despotricó contra los efectos de un dólar demasiado fuerte durante la campaña electoral y advirtió sobre el daño que le causó a la competitividad de las empresas estadunidenses.
Desafortunadamente para el presidente electo, su propia victoria del 8 de noviembre resultó ser un catalizador para una moneda estadunidense aun más cara, en parte por los planes de estímulo que busca Trump.
La creciente interrogante del dólar fuerte que tiene Estados Unidos plantea una amenaza para la promesa que hizo Trump de reducir el déficit comercial. Algunos analistas destacados temen que el elevado valor de la moneda puede llevar a que la administración entrante despliegue medidas proteccionistas en su intento por demostrar que lucha a favor de los intereses de los exportadores estadunidenses y China, probablemente, será el punto focal de los primeros enfrentamientos. “Me parece como que un choque de trenes en cámara lenta”, dijo David Dollar, ex funcionario del Tesoro de EU en China, quien ahora trabaja en Brookings.
Probablemente, los planes de Trump para recortar impuestos y aumentar el gasto en infraestructura reciban la ayuda tanto de un aumento en las tasas de interés como del dólar y esto provoque que el déficit comercial de EU continúe expandiéndose, dijo. “No estoy seguro de que sea racional establecer la reducción del déficit comercial de EU como un objetivo, pero si lo haces, entonces el paquete de políticas no parece llevarnos a una situación comercial más equilibrada”.
Desde la elección, el dólar ponderado subió alrededor de 3.3 por ciento. La administración entrante promueve políticas que aumentarán el déficit presupuestario, algo que puede llevar a que la Reserva Federal acelere sus planes para elevar las tasas, dicen los analistas, entre ellos William Cline, miembro senior del Instituto Peterson de Economía Internacional, quien considera que en breve habrá nuevas ganancias de la moneda. Estima, en un nuevo informe de investigación, que hasta mediados de noviembre el dólar tenía una sobrevaluación de alrededor de 11 por ciento, y argumenta que con el estímulo fiscal y los incrementos en las tasas de interés asociadas se corre el riesgo de nuevos aumentos en el valor del dólar.
El déficit de cuenta corriente de EU está en camino de aumentar de 2.7 por ciento del producto interno bruto este año a casi 4 por ciento para 2021.
Las promesas de detener el déficit comercial fueron un tema central de la campaña de Trump: en un informe de septiembre de los asesores Peter Navarro y Wilbur Ross, su candidato a ser secretario de comercio, afirmaron que eliminar el déficit llevará a un aumento en el crecimiento, una idea muy criticada por los economistas.
Trump advirtió sobre el daño que causa una alta paridad: “Suena bueno decir que ‘tenemos un dólar fuerte’. Pero allí es donde termina”, dijo en un momento. Algunos funcionarios temen que con su estímulo y el aumento del valor del dólar, Trump comience a crear fluctuaciones en los tipos de cambio que lo lleven a culpar a los socios comerciales como China o la Unión Europea, lo que aumentará la tentación de recurrir a medidas proteccionistas.
Estados Unidos puede sortear la fortaleza de la moneda de mejor manera que muchas otras economías importantes gracias al papel relativamente pequeño que tienen las exportaciones en la economía. Pero eso no cambia el hecho de que un dólar fuerte puede hacer que el objetivo que declaró Trump de atraer empleos de fabricación a EU sea más difícil de cumplir y perjudique la competitividad de EU. “La principal preocupación que tienen muchas personas debe centrarse en que se podría tener el comienzo de una guerra comercial con el aumento del dólar”, dijo un alto funcionario comercial europeo. Las relaciones con China ofrecen una primera prueba. Después de que dijo que va a etiquetar al país como un manipulador de la moneda poco después de que asuma la presidencia, este mes Trump acusó a China de perjudicar a EU con una “devaluación”. Sin embargo, si bien el yuan se depreció en su paridad con el dólar desde principios de este año, las autoridades chinas recientemente comenzaron a intervenir para evitar mayores caídas en su moneda. China enfrenta “fuertes presiones de debilidad a medida de que salen los capitales”, dijo Matthew Goodman, asesor senior de economía asiática del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Etiquetar al país como un manipulador de la moneda “no cambiará materialmente la trayectoria del dólar”, dijo. “Como mucha gente dijo, esto no significa mucho en términos prácticos o legales”.
Esa medida sería difícil bajo el actual criterio que estableció el Tesoro de EU: un superávit comercial bilateral con EU con un valor superior a 20 mil millones de dólares, un superávit comercial de cuenta corriente de más de 3 por ciento del PIB y la intervención constante de sus autoridades en una dirección en los mercados de divisas.
China ahora solo cumple con los dos criterios. Dicho eso, “estos no son criterios por la gracia de dios”, dijo Eswar Prasad, ex funcionario del FMI experto en China y actualmente en la Universidad de Cornell. “Si el presidente Trump dice que China manipula su moneda, entonces esa es una política oficial de su administración y la manera más sencilla de cuadrar ese círculo podría ser que el Tesoro descarte su tercer criterio y se enfoque únicamente en los dos primeros”. Trump tiene una serie de opciones si quiere ir tras China.
Agencias