Disputan Texas y N.M. el agua del río Bravo
En los mapas, el poderoso Bravo recorre 3 mil 57 kilómetros (mil 900 millas), desde el sur de las montañas San Juan en Colorado hasta el Golfo de México.
Agencias 14/04/15.-Los peligros de la sequía son diversos a lo largo del río Bravo (Grande en Estados Unidos), donde un incremento de la sed por el líquido ha puesto a prueba a agricultores, impulsando batallas ambientales por la reducción en la producción pesquera y provocado disputas por los derechos en el uso de agua que han llevado a Texas y Nuevo México a la Suprema Corte federal.
Disputa interna
En los mapas, el poderoso Bravo recorre 3 mil 57 kilómetros (mil 900 millas), desde el sur de las montañas San Juan en Colorado hasta el Golfo de México. Pero en su superficie, campos de cultivo y ciudades consumen todo antes de que un hilo de agua llegue al canal que irriga la granja de Bobby Skov en las afueras de El Paso, Texas, a cientos de kilómetros del Golfo.
A comienzos del siglo XX, Texas y Nuevo México acordaron hacer una división del 57-43 por ciento de la reserva de agua, en la que Texas recibe la cantidad más pequeña. Sin embargo, los agricultores neomexiquenses hicieron pozos a lo largo de los 161 kilómetros del río hasta Texas, extrayendo agua subterránea para sus cultivos que habían fortalecido el flujo del Bravo. Texas se quejó amargamente durante años. Cuando la sequía empezó a afectarlo, amenazó con ir ante la Corte y ambas partes llegaron a un acuerdo en el 2008, que efectivamente le dio a Texas más acceso al agua.
Demanda
Sin embargo, el procurador general de Nuevo México entabló una demanda para bloquear el acuerdo, por lo que Texas llevó la disputa hasta la Suprema Corte de Estados Unidos en el 2013. Muchos observadores consideran que Texas podría ganar y Nuevo México podría terminar con menos agua cuando más la necesite. Expertos aseguran que los usuarios de agua deberían dejar de pelear y empezar a prepararse juntos para un futuro más seco. “Individualmente, la cultura que tienen los estadounidenses de usar toda el agua que deseen tiene que terminar”, comentó Pat Mulroy, un veterano regulador de agua de Nevada quien es un miembro de alta jerarquía de la Institución Brookings.
Un respiro húmedo
Ahora, marchito por una histórica sequía que ha consumido a California y a la mayor parte del suroeste estadounidense, el hilo en que se había transformado el río Bravo es ahora un respiro húmedo. “Ha empeorado progresivamente” a partir de 2000, asegura Bobby Skov durante un recorrido en su camioneta pickup por sus campos de Fabens la semana pasada, aunque mencionó que su granja saldrá adelante –si la tendencia no continúa. “El jurado está deliberando”, dijo. La sequía en California se lleva todos los titulares. Pero desde Texas a Arizona hasta Colorado, el oeste entero se encuentra en riesgo por el cambio en los patrones climáticos que ha reducido las nevadas, elevando las temperaturas, generando evaporación y aminorado las reservas a mínimos históricos. En una región que ha rediseñado sistemas fluviales para construir ciudades y campos de cultivo que no se habrían desarrollado de otro modo, la sequía es un reto histórico y quizá uno insistente. Varios científicos señalan que éste es el indicador de un oeste permanentemente más seco y caliente, uno que el calentamiento global ha generado en este siglo. De ser así, el mandato de racionar de agua emitido este mes por el gobernador Jerry Brown de California podría ser una mera señal de escenarios venideros. Arizona, que comparte agua del río Colorado con otros 6 estados, ya está adoptando su primera reducción de suministro dentro de un par de años en caso de que la reserva principal del río, el Lago Mead, continúe descendiendo por debajo de sus mínimos históricos.