1/02/2016 – México – La deuda interna del sector público federal representó 29.9 por ciento —casi una tercera parte— del valor de bienes y servicios finales producidos en 2015 en México, el porcentaje más alto en el histórico de las Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda, lo que representó 5 billones 379 mil 857 millones de pesos.
Al cierre de 2012 la deuda se ubicó en 3 billones 770 mil millones de pesos, por lo que aumentó 43 por ciento en la primera mitad del sexenio, a pesar del recorte presupuestal que Hacienda aplicó el año pasado como medida contingente ante el desplome de los precios del petróleo.
El gobierno indicó que la deuda pública cumplió con los techos establecidos por el Congreso de la Unión, y los requerimientos financieros conservan una tendencia a la baja.
“En contexto, la medida que tenemos de los requerimientos financieros del sector público, que este año es de 4.1 por ciento y representa una reducción de 0.5 puntos porcentuales en términos del producto interno bruto (PIB), yo creo que eso es la mejor medida”, indicó Luis Madrazo, jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda, en la presentación del Informe de la Situación Económica y las Finanzas Públicas al cuarto trimestre de 2015.
Este sexenio experimentó un significativo retroceso en los ingresos petroleros, que llegaron a conformar más de la tercera parte del presupuesto federal en la administración pasada, a la par de los recursos destinados al pago de la deuda federal, según datos de Hacienda.
En 2015 el ingreso por la venta de petróleo cayó casi 33 por ciento en comparación con 2014, para ubicarse en 841 mil 518 millones de pesos, lo que representó 4.6 por ciento del PIB, su nivel más bajo desde 2002. En tanto, el costo financiero de la deuda creció casi 15 por ciento anual en 2015, para ubicarse en 407 mil 894 millones de pesos, equivalente a 2.2 por ciento del PIB, el porcentaje más alto desde 2009, año de la crisis financiera global.
En ese escenario, la fuente de financiamiento que registró el mayor repunte fue la emisión de valores gubernamentales, que alcanzó, en 2015, 5 billones 103 mil millones de pesos —27 por ciento del PIB—, lo que representó un crecimiento real de poco más de 9 por ciento en comparación con 2014.
Ante ese incremento de la deuda, principalmente proveniente de una mayor emisión de valores gubernamentales, se añade el crecimiento sostenido del gasto público.
El gasto neto del sector público alcanzó su máximo histórico en 2015, al alcanzar 27 por ciento del valor de los bienes y servicios finales del país, al ubicarse en 4 billones 892 mil millones de pesos, a una tasa de crecimiento anual de poco más de 5 por ciento.
Esa cantidad representó un ejercicio de recursos superior en 4.2 por ciento en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, para el cual se aprobaron 4 billones 695 mil millones de pesos. Este aumento del gasto provocó uno de los mayores déficits presupuestales observados.
La diferencia entre ingreso y gasto público alcanzó su máximo histórico, al ubicarse en 3.3 del PIB; es decir, 638 mil millones de pesos, un crecimiento real de más de 14 por ciento.
Tanto el gasto programable como el no programable aumentó en 2015, a pesar de la contención al gasto público de la Secretaría de Hacienda, que a principios de 2015 anunció un recorte de 124 mil millones de pesos. El gasto programable registró un aumento real superior a 4 por ciento, con un aumento en servicios personales de 2.8 por ciento.
El gasto no programable registró un repunte de más de 9 por ciento, impulsado principalmente por un mayor costo financiero, pero además por un repunte en los Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores (Adefa).
Ese gasto no programable ascendió a un billón 66 millones de pesos, de los cuales los Adefa contribuyeron en 28 mil 831 millones de pesos, un crecimiento real de 45 por ciento respecto al año inmediato anterior, mientras que las participaciones a estados y municipios crecieron 4.7 por ciento anual, y se ubicaron en 629 mil 85 millones de pesos.
Otro apartado que impulsó el gasto y se ubicó en su máximo histórico fue la erogación en pensiones, que alcanzó 3.2 por ciento del PIB, equivalente a 588 mil 950 millones de pesos, cifra que representó un crecimiento anual real de 9.1 por ciento en 2015.
“Hay que recordar que enfrentaremos presiones por el crecimiento en el gasto de pensiones durante todavía muchos años”, indicó Madrazo en conferencia de prensa sobre el tema de las jubilaciones.
Ese déficit presupuestal, así como los menores ingresos del petróleo, fueron atenuados por una mayor recaudación de impuestos, producto de la reforma fiscal implantada en 2014, y continuó generando mayores recursos para el gobierno en 2015.
Los ingresos tributarios alcanzaron 13 por ciento del PIB, su máximo histórico según el registro de Hacienda. Asimismo, la recaudación del impuesto sobre la renta, el IVA y el impuesto especial sobre producción y servicios también alcanzaron el nivel más alto respecto al PIB.
Sin embargo, la propia Secretaría de Hacienda admitió en 2015 que el repunte en la recaudación por la reforma fiscal no será de carácter recurrente en ejercicios posteriores.
Agencias