Opinión
Desafío
*Volver a la Política
*Un Gabinete Desfasado
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6/12/2018 – Aseguran los economistas que jalan las carretas de las empresas “intocables”, hasta ahora, una perspectiva poca sana para los próximos meses y adjudican a las acciones de la nueva administración federal, durante el largo periodo de transición en específico, las inconsistencias en la Bolsa Mexicana de Valores, a la baja, y los vaivenes cotidianos en la depreciación del peso ante el dólar. Ni la ridícula presea entregada al yerno de Trump en el último día de gobierno del execrable señor peña redujo las tensiones; al contrario, al parecer desató más bien las ambiciones del poderoso vecino del norte.
Por cierto, fue curioso que quienes más han descalificado al señor peña, primero Trump y después Justin Trudeau quien dijo que el gobierno mexicano se afana “a propósito” por empobrecer a sus ciudadanos, accedieran a reunirse con el ex mandatario mexicano para atestiguar la firma del nuevo tratado, llamado TMEC en un arranque de imaginación, en Buenos Aires de donde salió el representante oficioso de nuestro país por piernas con tal de llegar a la capital de nuestro país justo para entregar la comandancia suprema de las fuerzas armadas al presidente López Obrador.
Lo demás es historia pero no es sencilla de digerir; todo lo contrario. Pese a las tantas sonrisas y abrazos del nuevo mandatario no puede ocultarse el rencor engendrado por los años de miseria política, de desencuentros inútiles y radicalismos partidistas –la partidocracia-, que impiden desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, una puesta de acuerdo seria y razonable para las grandes decisiones muchas de ellas empantanadas. El desgarre del Legislativo frente a los titulares del Ejecutivo soberbios y empeñosos en defender fueros que no tiene ha sido, por decir lo menos, desastroso.
Por desgracia los signos no cambiaron el pasado primero de diciembre en donde el chantaje se convirtió en intolerancia ante el presidente con mayor legitimidad democrática desde la institucionalización de la Revolución en 1910. Esto es, la cuestión del fuero que enfrentó a Morena con todas las oposiciones puede ser el espejo de una correlación entre los poderes de la Unión inoculada por el mismo virus del radicalismo mortal.
Y todo como consecuencia de una demagogia superlativa: insistir en la supresión del fuero constitucional a cambio de inventarse la figura de la “inmunidad procesal” que cubre las espaldas de los altos funcionarios, desde el Primer Magistrado, asegurándoles que bajo la tutela de la nueva legislación no podrán ser llevados a juicio… como si tuvieran fuero. Un descarriarte hasta para los tontos.
De lo anterior nace el imperativo de hacer política, de volver a ella; si las iniciativas para las reformas constitucionales pretendidas deben obtener el respaldo de las dos terceras partes de los miembros de sendas Cámaras y de cuando menos diecisiete legislaturas locales –la mitad más una-, no habrá consensos si los bloques de MORENA no se bajan de las nubes con todo y su mayoría y aprenden a negociar con las fuerzas adversarias para alcanzar andares claros para la vida de la República. Recuérdese: las minorías en nuestra gran nación también están conformadas por mexicanos.
De seguir como vamos, y parafraseando al mandatario en curso, estaremos “empantanados” por minucias.
La Anécdota
Lo presentimos desde hace meses con las primeras designaciones de los miembros del gabinete actual que no fueron jamás consensuadas por la ciudadanía. En torno al mandatario Andrés Manuel todos vigilan cada una de sus palabras con acento desigual y con énfasis medido para actuar en consecuencia. No puede haber pluralidad cuando la mafia del poder infectó al cuadro gobernante del presente.
Da la impresión, tras estos primeros días, que el gabinete de López Obrador está desfasado, fuera de tiempo, limitado y al pendiente de cuanto diga el patrón y sin iniciativas propias para orientarlo en temas sensibles como la economía de la que poco entiende a diferencia de la mayor parte de sus predecesores en capilla hasta el 21 de marzo, esto es cuando ya estén listos para librar los procesos que demandará la opinión pública.
Un gabinete, por desgracia, aún adherido al viejo presidencialismo.