Opinión
Desafío
*Casi todo es Pobreza
*Incubadora Infantil
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31/05/2018 – Cuando escucho, una y otra vez, al Conan del Norte, Jaime Rodríguez Calderón, que los programas asistenciales reducen la capacidad de producción y fomentan el ocio, me pregunto cuántas veces el hipócrita ha sentado a su mesa a las servidoras domésticas o a sus choferes y guaruras, los caballerangos incluidos, para compartir los alimentos; también si ha recorrido las zonas marginadas, por ejemplo en Oaxaca en donde existen quinientos setenta municipios, algunos de los cuales regidos por el concepto de “usos y costumbres” para evitar alterar la paz comunitaria.
Quien conoce México sabe muy bien que la tremenda desigualdad de clases, corregida y aumentada por el neoliberalismo mal llamado social, obliga a amortiguar los efectos de los posibles estallidos, de los gritos de batalla de los infamados, no es una quimera ni una mera ocurrencia –como la siniestra estupidez de mochar manos a los corruptos cuando no ha sido capaz de amarrarle los pies, como prometió, al fugado Rodrigo Medina de la Cruz, su predecesor a quien sólo detuvo unas horas para luego culpar a los jueces de dejarle las puertas abiertas y deslindarse del asunto. Claro, cómo ha estado solo en el gobierno de Nuevo León, sin diputados de su corriente ni alcaldes de procedencia cercana, le resulta muy sencillo lavarse las manos con la esencia de Poncio Pilatos acaso recogida por las tierras de Israel.
La realidad es que, por encima del factor de la violencia –gravísimo, desde luego-, debe situarse el de la miseria colectiva, donde se encierra buena parte de los mexicanos sin otra salida que la búsqueda diaria de la supervivencia –no hablamos de Venezuela, hipócritamente-, bien disimulada por otro bárbaro, éste del Bajío, vicente el de Martita, quien redujo ceros para aducir que con dos dólares al día de ingresos era suficiente para dejar la pobreza extrema; y de un carpetazo, los marginados pasaron a ser menos en la escala nacional erigiéndose como “rescatista” falsario de la sociedad. ¡Qué grave es cuando los demagogos ignorantes ganan el voto popular a golpe de chascarrillos, apodos, comparaciones y supuestas vivezas!
En 1976, casi al final de su campaña presidencial, lópez portillo gritó en una casa redonda de Salamanca, Guanajuato, a la vista de la chatarra ferroviaria, resultado del maridaje entre el abandono oficial y el saqueo del “líder” Víctor Flores Morales, un auténtico gángster jamás castigado por sus excesos:
–¡Nos habíamos olvidado de los ferrocarriles!
Todos pensamos que tal era un mensaje para rehabilitarlos, pero no fue así. Hoy, todos, en conjunto, podemos señalar a la clase política y lanzarle a la cara un solo grito:
–¡Se han olvidado de la pobreza!
Entonces, sin remedio, bajarían la cara avergonzados. Siquiera eso si un poco de pudor les queda.
La Anécdota
Jabnel Carmona está amenazada de muerte. Vive en Cuernavaca con sus dos hijas. Fue violada por su padrastro, Leonardo Domínguez, desde que tenía diez años; le decía que, como su madre no podía tener hijos por su edad, ella sería la incubadora. Y así fue cómo la embarazó. Hace unos meses logró liberarse del sujeto que tiene una inmensa heredad en donde cría caballos y construyó la plaza de toros que da festejos cada cierto tiempo con figuras como Pablo Hermoso de Mendoza. Al fin, ella decidió denunciarlo al observar como «Don Leo», como se le conoce, forcejeaba y amenazaba con un arma a una nueva amante, de escasa edad, frente a ella. Todos vivían en cabañas separadas. Durante meses, el exfiscal Javier Pérez Durón y su asistente, Eduardo Mancera, pusieron infinidad de trabas para documentar las agresiones. Finalmente, hace poco más de una semana, Leo fue aprehendido; pero el dinero pesa y algún juez trinquetero y miserable, sentenció que los hechos no eran vinculantes. El tipo está por salir y Jabnel ya recibió dos amenazas de muerte por parte de los esbirros del ricachón.
Cualquier cosa de más que suceda tendrá como único responsable al réprobo gobernador Graco Ramírez, incapaz de poner en cintura a los caciques, narcos, secuestradores y todo tipo de delincuentes.
¿Cuál de los candidatos presidenciales se atreve a entrarle al toro?