Desafío

*Ejército sin Ley
*Negocio con Trump

26/04/2018 – Hasta los legisladores temen que la iniciativa de ley “de seguridad interior”, misma que faculta a las fuerzas armadas a realizar tareas policíacas y de espionaje bajo el falaz argumento de que sólo así podrá detenerse la oleada de violencia generada por la guerra de plazas atizada por los cárteles con enorme influencia, habida cuenta de que el descontrol actual y las perspectivas futuras –los comicios cercanos en cuatro entidades del país y las presidenciales del año próximo-, facilitan las condiciones para una arribazón militar con el auxilio de la Casa Blanca –la de Washington-. Sobre todo si los comicios se salen de cauce.
De esta manera, considerando que el señor peña nieto –el del chile que no embona, según él dijo- no detenta el verdadero control sobre nuestras fuerzas armadas y, cada día, como sucedió en el sexenio de calderón, parece más atrapado en su madriguera, discursando sandeces y reduciendo su propia agenda para evitar a las multitudes cada vez más irascibles, la presencia de los mílites en los calles carece de sustento jurídico y moral; esto es, de existir un estado de derecho en nuestro país estarían de vuelta en los cuarteles y no amenazando, con su presencia, a quienes ocupan los territorios en donde habrá de determinarse el destino de sus gobiernos estatales con un fuerte y explicable rencor contra el mandatario federal.
Le llaman el “efecto peña” y éste es contrario a las ilusiones de los priistas tuertos, incapaces de tomar una sola radiografía a la realidad nacional; por el contrario, apuestan a los votos del miedo, como en 1994 tras el magnicidio perpetrado contra Luis Donaldo Colosio, con la soldadesca desbordada y exigiendo, cada vez más, los consiguientes botines de “guerra” humillando y robando a la población civil. De allí, igualmente, el sesgo de las matanzas no aclaradas, como la de Tlatlaya o Tanhuato, que van pasando del discurso infamante al archivo oscuro de los secretos de Estado. No podemos dejarlos allí.
El caso es que, a medida que se violentan las normas superiores, el general Salvador Cienfuegos Zepeda queda en una posición más comprometedora. Por una parte, se clama por su destitución al calor de los excesos propios y de sus tropas; por la otra, se le intenta proteger con el calado de las mafias dominantes de por medio. Un punto extremadamente molesto, e infecundo, con olor y sabor a chantaje. Pero no ha perdido el poder de fuego.
Ni el señor peña ni el general Cienfuegos son personajes con capacidad de liderazgo. Por ello esconden sus humanidades en todos los actos públicos y eluden la posibilidad de confrontar al pueblo herido, maltratado, ultrajado.
La Anécdota
El “anaranjado” de la residencia oficial en la Avenida Pensilvania, está por romper el Tratado de Libre Comercio de América del Norte al que jamás debió sumarse nuestro país, visto como el patio trasero de las potencias del norte.
Una y otra vez, los líderes latinoamericanos insistieron, ante los traidores miguel de la madrid y carlos salinas, en que el gobierno mexicano mirara hacia el sur para formar un bloque, y luego un club, para enfrentar al agio desmedido de los acreedores provenientes de Wall Street. No lo hicieron y su entreguismo patético nos arrebató el único oxígeno que podría aliviarnos.

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