Desafío

Rafael Loret de Mola

29/05/15

*Las Culpas de FCH
*Amnesia Productiva
*Gustos de Cinéfilo

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Sin duda alguna, el sexenio anterior será recordado como el de la violencia. Nunca, en tiempos de supuesta paz, se había dado el número de muertos, por vendettas diversas, ni de víctimas inocentes y agobiadas en sus respectivas localidades. Y ello, más allá de un juicio superficial y de rutina, merece ciertas consideraciones del orden legal para fincar, ahora mismo y no cuando el ex mandatario calderón –siempre con minúsculas-, sea un anciano que merezca el favor de ser sólo arraigado en su domicilio, luego de los setenta años de edad. Quizá por ello escribió a sus hijos, en “El Hijo Desobediente” –Grijalbo, 2006-, cómo veía su perspectiva triunfalista en 2025. Como nació en 1962, llegará a los setenta, si tiene esa suerte, en 1932, apenas un pequeño margen entre una fecha y otra. Debe estar tranquilo porque la mayor parte de nuestros ex mandatarios se caracterizan por su longevidad. Luis Echeverría, nacido en 1922, ya tiene noventa y un años.
Hace unos días, por casualidad, me encontré en una de las cafeterías del señor Carlos Slim –suele decirse que siete de cada diez pesos de nuestros ingresos van a parar a alguna de las empresas de este mexicano triunfador-, a Noé Ramírez Mandujano, ex director del SIEDO recientemente liberado en abril pasado luego de cuatro años de permanencia en el penal “El Rincón” de Nayarit acusado por la entonces procuradora, la novata Marisela Morales Ibáñez, colocada allí bajo presiones del gobierno de Washington quien desconfiaba hasta de la sombra d calderón o así lo hacía sentir para mantener a éste siempre bajo presión, de tener nexos con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva cuyo jefe, Arturo, fue abatido en Cuernavaca, Morelos, precisamente el 16 de diciembre de 2009, por elementos de la Marina en el primer operativo encargada a esta institución fuera de los lindes de nuestras costas y mares territoriales. Con ello, claro, se rompió no sólo la línea de mando sino la jurisdicción de las Fuerzas Armadas en contra de los límites constitucionales; se puso un cerco, para decirlo sin eufemismos, al estado de derecho.
Ramírez Mandujano sostiene que, aunque no es rencoroso, “no tengo mala memoria” y no puede olvidarse de que, durante el lapso de su detención no fue sino sólo el número mil cuatrocientos treinta y ocho y como tal fue tratado, como una estadística más y no en su condición de ser humano, con escasas posibilidades de defenderse ante una consigna superior. Si está afuera ahora es porque, sin duda, se determinaron no sólo errores procesales –como los que permitieron la polémica excarcelación de la francesa Florence Cassez, sin ser considerada inocente cabe aclarar- sino además interpretaciones sesgadas con la intención de socavar el prestigio y la influencia del ex funcionario luego de que la señora Morales le solicitó su renuncia si darle mayores explicaciones; precisamente por eso permaneció en México: por la seguridad de no deber nada a la justicia, según dice.
En la misma condición se encuentra el general Tomás Ángeles Dauahare, a quien le fue un poco mejor que al alnterior: fue detenido precisamente el 15 de may de 2012 y permaneció recluido once meses sin que se le dictara sentencia hasta que el 23 de enero del corriente año, la Procuraduría General “admitió”, ya con otro titular –esto es Jesús Murillo Karam y no Marisela-, que no se habían llevado a cabo las diligencias de manera adecuada para sostener las acusaciones contra éste y otros militares encarcelados. Ello, claro, es una tremenda responsabilidad por la cual alguien debe pagar si, de verdad, el derecho impera sobre las consignas.
Todos estos casos, desde luego, implican, de modo muy claro, a tres personajes: calderón, genaro garcía luna, ex secretario de Seguridad Pública y rey de los “montajes” televisados, y Marisela Morales, la ex procuradora atemorizada que sólo sabía seguir líneas sin emitir mayores explicaciones acerca de sus decisiones, muchas de ellas armadas sobre los pies o productos de insolencias de borrachos en Los Pinos, cuando la noche caía y el poder presidencial se envalentonaba. ¿Sigue estando prohibido hablar de ello como pretenden algunos mercenarios de los diarios obviamente comprometidos con la superioridad política, esto es con calderón y sus esbirros? De no ser así, ¿entonces qué se espera para proceder en forma con quienes fueron capaces de inventarse expedientes, testigos falsos –como el tal Jennifer quien resultó ser muy cercano a ciertos generales de alto mando-, y procedimientos anárquicos que significaron, en buena medida, dl desprestigio de nuestro sistema judicial, no sólo en México sino ante la vista del mundo entero No hay quien dude que somos, sencillamente, una nación bananera. ¿A esto nos llevaron calderón y sus amigos?
Como si fuera una caricatura de un mal gobierno, la administración anterior ocultó crímenes, pretendió convertir en accidentes los atentados contra algunos relevantes miembros del gabinete –Juan Camilo Mouriño Terrazo y Francisco Blake Mora, entre otros-, brindó tolerancia y apoyos soterrados al cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera –cuando “cayó” Ignacio “Nacho” Coronel, éste estaba en fase de escisión y listo a formar su propio0 grupo lo que traicionaba el proyecto de unificar a los narcotraficantes bajo un mando superior, el del “Chapo” naturalmente-, lo que dio como consecuencia probable sendas caídas desde el aire de las aeronaves que transportaban a dos de los secretarios de Gobernación del sexenio de la violencia. ¿De todo ello jamás responderán calderón, García Luna y la atildada mujercita Marisela Morales, quien parecía no poder romper ni un plato? En la misma línea podemos situar a quien fue vicepresidenta de facto por dos años, Paty Flores Elizondo, multimillonaria ahora, quien llenó de vergüenza a su tío, el ex secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo Torres, quien optó por renunciar antes de prestarse a los enjuagues íntimos de la casona presidencial aunque él tenía lo suyo en este entramado vergonzoso.
Insisto, ¿todo esto quedará sin las indagatorias necesarias para encontrar a los responsables de los desaguisados y ponerlos detrás de las rejas, con las consiguientes solicitudes de extradición al gobierno de los Estados Unidos, refugio de algunos de estos rufianes?¿O los tratados son sólo de arriba para abajo, del norte al sur, como prueba de la hegemonía estadounidense? Esto es: desde Washington se pueden inventar hasta actas de nacimiento falsas, como en el caso de Juan García Ábrego en 1996, para asegurar la extradición del buscado personaje, pero en México estamos fritos: si los delincuentes rebasan la línea fronteriza se convierten en fantasmas. Muy justo el trato, diríamos.
Y así podemos seguir con los cargamentos de drogas que, una vez cruzados el Bravo y las mojoneras, se convierten en polvo, esto es protegido por los grandes “padrinos” con infiltraciones en el Capitolio y aun en la Casa Blanca en donde no todos los funcionarios son leales al presidente del país; hay demasiados juegos de espías, muy por arriba de lo que muestran algunas series de acción estadounidenses. Lo que sí es el colmo, vuelvo sobre ello, es que las “prestigiadas” universidades anglosajonas, como la de Harvard, acaben siendo la mejor inversión para lavar dinero de los narcotraficantes o resguardar a ex presidentes que no han sido debidamente enjuiciados en su país.

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