Rafael Loret de Mola
27/09/17
*PERDIMOS Y GANAMOS
*Coca-Cola Gobierna
– – – – – – – – –
Si tanto es el afán de la llamada Asociación de Política Exterior de Estados Unidos –una de esas organizaciones que parecen rimbombantes y sólo sirven para reunirse en eventos de la “high life” para entretenerse otorgando preseas-, por considerar a peña nieto como un estadista por sus “cambios estructurales” –acaso porque en Chiapas los maestros volvieron a las aulas para privilegiar su posición como mentores responsables ante un gobierno federal manejado por ineptos-, que se lo lleven a Nueva York, de nuevo, sólo para estar ciertos de cuánto duraría bajo su dirección Wall Street. ¿Una o dos semanas?
La soledad del mandatario, personal y política, se hace cada vez más patente; todavía peor después de las tragedias de septiembre en la que sus apariciones públicas fueron detonantes más que estimulantes.
Ni él ni la mayor parte de los gobernadores pudieron evitar los abucheos, en las zonas de desastre y durante las fiestas patrias que precisamente, debieran culminar hoy al recordarse el 195 aniversario de la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, pasando bajo el balcón de la célebre “Güera” Rodríguez –amante de Simón Bolívar y después del enajenado Iturbide quien se creyó emperador y lo fue por menos de un año en un sueño lúdico que atrapa, sin remedio, a quienes alcanzan la gloria del mando absoluto en nuestro país-, para significar con ello la importancia de las damas casquivanas en nuestra historia. Pregunten, si lo dudan, por el beso que exalta el escudo de Aguascalientes.
Desde entonces, el breve asiento del imperio –que luego serviría de precedente, más bien de pretexto, al enajenado barbudo de Miramar-, se canalizó hacia el presidencialismo más atroz por el cual no son los mandatarios quienes se convierten en dictadores sino el sistema que los alienta, mantiene y protege hasta la ignominia. De existir entre nosotros una democracia cuando menos la mitad de los ex mandatarios estaría en la cárcel y la otra parte habría sufrido la confiscación de sus bienes materiales como tributo penal para librar las rejas; incluyendo, claro, al nonagenario luis echeverría –algunos creen que, como ateo, Dios se olvidó de él y no quiere llevárselo-, quien se libró del cargo de genocida pero no de haber sido el primer ex mandatario procesado y condenado a prisión domiciliaria por casi dos años. No fue poca cosa, para él, pero sí ninguna para una nación agraviada.
El señor peña ha perdido todos sus juegos aunque algunos, debe decirse, confundieran la demagogia bajo las luces de las cámaras o blindándose en las regiones más afectadas, con un apoyo honesto y oportuno; los recientes sismos lo pusieron a prueba y se atrasó, sobrevolando en helicóptero la capital antes de dar las órdenes urgentes como la implementación de los planes DN-E y MX para “coordinar” a todas las dependencias cuando la sociedad heroica ya lo había hecho y luego fue expulsada por los “expertos” de la Marina y sus escáneres térmicos. En los hechos, la popularidad de peña no aumentó, al contrario; bajó hasta el más alto nivel con más de nueve ciudadanos, de cada diez claro, lo rechazan y condenan no pocos con altisonancias que revientan el antiguo respeto a la institución presidencial. Y él lo sabe.
La Anécdota
El cotidiano consumidor de Coca-Cola, “light” por cierto, habló de que su intención era trabajar para conseguir que los mexicanos lograran una “alimentación balanceada” que los separara de males tales como la obesidad y la diabetes –la enfermedad asesina y silenciosa que es una de las principales causas de muerte en el país-… haciéndose consumidor de lo que mi padre calificaba como “las aguas negras del imperialismo”. ¡Si hubiera visto a un presidente alardeando de ser cliente asiduo de la bebida más enfermiza del mundo!
Tal exhibe dos cosas:
1.- El evidente compromiso de peña con los empresarios de las mayores multinacionales, acaso proveedores de los dineros sucios para su campaña política y sus complicidades posteriores, que igualmente se disputan las paraestatales, digamos PEMEX, desahuciada ya como institución generadora de ingresos para el gobierno. Empobrecida, desmantelada y con el petróleo a bajos costos, fluctuando dramáticamente, la mezcla mexicana de crudo se convirtió en el último cabús de la administración peñista cuando siempre fue la máquina que arrastraba al ferrocarril.
2.- La entusiasta afiliación de peña al consorcio cocalero, sorprendente hasta para los socios del mismo que no evitaron sonrisas burlonas en público, es reflejo del evidente daño cerebral que padece como consecuencia de las constantes quimioterapias, por el cáncer que le atormenta, practicadas cada quince días, con total discreción, en el Hospital Militar en donde, al parecer, han logrado controlar el mal de origen pero no sus secuelas.