Rafael Loret de Mola
14/08/17
*Mineros Esclavos
*Priistas Burlones
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Las tres más grandes fortunas de México, reconocidas a nivel mundial por el célebre semanario Forbes, especializado en la materia, provienen de grupos y empresas en los que la minería tiene un importante papel aunque no sea el único de sus rubros especuladores. Carlos Slum Helú tiene acreditados 54 mil 500 millones de dólares; Germán Larrea (Diarrea) Mota-Velasco, del Grupo México, 13 mil 800 mdd; y Alberto Baillères González, 10 mil 800 mdd. Todos ellos han hincado el diente a la industria referida aunque no en el alto nivel del segundo quien, además, financia la propaganda del ejército en los cines y la televisión. ¿Una “mordida” con olor a morfina?
Pues bien, los sonorenses no soportan más las infamias; si en el pasado el hoy encarcelado panista Guillermo Padrés Elías, llegó al extremo de arrebatarle el agua a miles de campesinos construyendo una presa particular en su rancho, su sucesora, Claudia Pavlovich Arellano, hija de Alicia Arellano Tapia –quien junto a la campechana María Lavalle Urbina, fueron las primeras mujeres senadoras de nuestra historia-, se deja guiar por Manlio Fabio Beltrones, bajo sospecha desde el magnicidio de 1994 en Lomas Taurinas por más que proclamó su amistad con Luis Donaldo Colosio –quien pudo modificar algunas de las reglas no escritas del priismo contaminado-, en beneficio de los grandes cómplices del mismo… como el miserable señor Larrea, responsable igualmente por las explosiones en Pasta de Conchos el 19 de febrero de 2006 con saldo de 65 obreros muertos y jamás rescatados. ¡Qué diferencia con lo sucedido en Chile meses después!
Hoy se acusa al Grupo México de verter, hacia el río Sonora y a lo largo de doscientos cincuenta kilómetros, ¡cuarenta mil metros cúbicos de sustancias tóxicas!, desde el municipio de Cananea –emblemático también en nuestra historia por haber sido una de las primeras chispas revolucionarias-, dejando a 22 mil pobladores en la indigencia por la falta de agua. Esto es: continuamos en las mismas condiciones que en 1906 cuando la huelga en Cananea contra la empresa Consolidated Cooper Company, del estadounidense William C. Green, propició la invasión de los Rangers texanos dispuestos a masacrar a los obreros mexicanos con la complacencia de la dictadura de Porfirio Díaz. La diferencia es que hoy es un mexicano Larrea (dia en vez de la), quien explota, inmisericorde, a los mineros. Luego vendría el cauce en la textilera de Río Blanco, en Veracruz.
La memoria es trascendente para medir en donde estamos parados cuando algunos se desviven por intentar lograr alianzas, con fines electorales, tan engañosas como fatales. Ninguno de los representantes partidistas se atreven a hablar de casos como éste y optan por las acusaciones viscerales –hoy la comparativa con Venezuela surca todos los vientos-, con tal de aparentar lo que no son. Por eso la partidocracia se coloca al lado del presidencialismo como los peores males del sistema.
La Anécdota
Los priistas hablan de renovación, realizan actos de contrición y dicen prepararse para asegurar la continuidad de su repelente partido en la Presidencia; y, para ello, hacen reaparecer a figuras tan notables como el barbaján Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero señalado, pero jamás castigado, por el genocidio de Aguas Blancas, el 28 de junio de 1995, cuando la policía estatal, bajo su mando, disparó a mansalva contra un grupo de la llamada Organización Campesina de la Tierra del Sur con el saldo sangriento de diecisiete muertos y 22 heridos.
Ahora, muy orondo, vuelve Figueroa, hija del mayor cacique guerrerense de la historia si bien humillado por Lucio Cabañas y sus guerrilleros quienes le obligaban a limpiar letrinas a patadas y vestido de mujer. Esta es la gloria que busca ahora el PRI… y si pudiera vindicaría a Duarte de Ochoa para exaltarlo como la riqueza del “nuevo PRI” tan anunciado por el farsante peña; o a cualquiera de sus sucesores, incluyendo al actual mandatario, Héctor Astudillo Flores, resguardo de Ángel Aguirre Rivero, el priista convertido al perredismo por cooptación de Andrés, y sobre quien debió caer el yugo luego de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014. Pura impunidad para renovar al PRI. Si no fuera tan dramático resultaría grotesco.