Rafael Loret de Mola
02/08/2017
*Luchas Pírricas
*Decepcionantes
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La profesora, ésta sí de verdad, Delfina Gómez Álvarez, aunque no lo declare, debe haber sentido vergüenza del inmovilismo poselectoral su partido, MORENA, luego del atraco que sufrió en Estado de México a manos de los órganos electorales estatales y del gobierno federal mismo, empeñados en imponer al nuevo usurpador por antonomasia, el junior Alfredito del Mazo Maza. Contra el establishment es casi un imposible pretender vencer en solitario o con un apretado grupo de seguidores. Y me revuelve el estómago la pasividad del millón ochocientos mil mexiquenses, cuando menos, cansados, dicen, del prolongado proceso posterior al escandaloso fraude comicial.
No es que Delfina camine, con su protesta a cuestas a manera de crucifijo –ni en la Basílica le dejaron pernoctar en un inmenso acto de simulación política y social-, sino que la población olvida y asimila las afrentas a la misma velocidad con la que los ladrones de la voluntad popular dan forma a las peores estrategias destinadas a violentarla, cada día, con mayor cinismo y más sofisticados ardides. ¿Quién iba a pensar que Andrés se mostrara tan débil arguyendo el imperativo de superar el estigma de violento endilgado por el propio establishment dispuesto, de nuevo, a arrebatarle cada sufragio a su favor, como en 2006 y 2012? ¿Cómo creer en quien no muestra alternativas para romper con la cerca de las reglas del juego que impiden, desde hace lustros, el libre pronunciamiento de la soberanía popular? ¿Le habrá aconsejado el pillastre Bartlett, el mal nacido, que espere para ver si puede alterar el sistema de cómputo como lo hizo en 1988 sirviendo al PRI, a salinas y a su entonces jefe miguel de la madrid?
Mientras tanto, son los hijos de Andrés, José Ramón –llamado así para recordar al hermano que cayó baleado por el propio líder morenista-, y Andy, quienes salen al paso y se muestran cercanos a Delfina, uno, o sirven para medir o tranquilizar, el otro, a los aspirantes a la candidatura de MORENA –que prevén ganadora-, en la Ciudad de México. Apoyaron de esta manera, alegan, las justas vacaciones de su padre quien, como es evidente, ha debido reducir su agenda por recomendación de sus cardiólogos, preocupados por las cardiopatías del icono. ¿Éste factor no cuenta a la hora de mirar hacia el futuro?
En la medida en que el tiempo se acorta para llegar a septiembre, al 15 emblemático, el fraude mexiquense se exalta sin llegar a constituir uno de los más graves atentados no sólo contra una entidad federativa sino en agravio del país entero tan castigado por los genocidios, latrocinios, escándalos, violencia, migración mutiladora, corrupción ingente e impunidad agigantada. Lo del Estado de México, según dicen los miembros de la cúpula del poder, es ya historia vieja y todo se centra en la visión de 2018, mirando hacia atrás y no adelante.
Total: los mexicanos somos amnésicos y olvidamos pronto.
La Anécdota
Díganme, con toda honestidad, cuál de los dirigentes partidistas se salva de la quema, sin caer en vanas actitudes incondicionales ni en los típicos lugares comunes:
1.- Enrique Ochoa Reza, priista, hecho líder con los desechos sólidos del gobierno federal.
2.- Ricardo Anaya Cortés, panista, quien es capaz de colocar al mismo diablo en una gubernatura –como el sujeto ese Yunes o Carlos Joaquín-, con tal de ganarla y presumirla.
3.- Alejandra Barrales Magdaleno, perredista quien, desorientada, carece de bases ideológicas y tranza con los enemigos históricos de la izquierda.
4.- Andrés Manuel, morenista, capaz de sonsacar a una militante para luego usarla y dejarla a su aire, como sucedió con Delfina, y asegurar que él sí podrá superar las mismas reglas del juego que dos veces lo dejaron con la miel en la boca de los encuestadores.
Díganme ustedes, amigos lectores.