RAFAEL LORET DE MOLA
30/05/17
*El mal Humor Social
*¿Quién tira el Lodo?
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Es necesario, con responsabilidad y criterio, responder a no pocas de las interrogantes planteadas por el titular del Ejecutivo federal en diversos medios de comunicación; por principio de cuentas, al igual que sus predecesores cuando entraron en la espiral de la crisis política, recurre a los órganos con fama de ser más “independientes” –con las apreturas del término-, para expresar sentires, percepciones y ofrecer un adelantado de sus conclusiones cuando nos acercamos a la batalla por su sucesión, en 2018, y los termómetros de la popularidad marcan una fiebre altísima de repulsa ciudadana.
Es lo que explica peña como “mal humor social” sin analizar los perjuicios, mentiras, genocidios, negligencias, altos de alta corrupción en todos los niveles de gobierno –también entre la mayor parte de los gobernadores que siguen el mal ejemplo casi con euforia a sabiendas de la extendida impunidad-, persecuciones y asesinatos contra periodistas en plena bancarrota de la libertad de expresión. Pues bien, hagamos el esfuerzo de contestarle al mandatario.
En primer lugar el “mal social” no surgió de la chistera de algún practicante de la magia negra no puede atribuirse a las campaña negativas de los opositores que miden sus límites, muy bien por cierto, para seguir andando entre las aguas de una disidencia mentirosa –las alianzas entre el PAN y el PRD lo corroboran-, y la complacencia soterrada con el establishment, el sistema, que triunfa en cada nueva escalada dejando sin remover a las piezas claves de la corrupción.
El “mal humor” NO es gratuito, señor peña. Luego de la masacre de Tlatelolco también lo tuvimos hasta que percibimos cómo se habían cortados las alas de una juventud crítica y rebelde por varias generaciones. La “sangría” brutal confirmó que vivíamos bajo una dictadura, en forma, con una milicia sin criterio que olvidando sus pobres orígenes reprimía a sus iguales bajo el pretexto de que la lealtad se medía en sueldos y patrañas y no por alguna convicción “revolucionaria” como exaltaba el priísmo de aquella época también oscura.
Si hay “mal humor” social, señor peña, es porque el gobierno no ha respondido a las exigencias del mandante, esto es la ciudadanía en conjunto, para ofrecer decisiones honestas al fracaso de las reformas implementadas con saldos profundamente negativos como la caída del precio del petróleo –con el que se abarató PEMEX hasta los límites de que la producción del crudo era más cara que el valor impuesto al mismo-, y la reiterada oposición de los maestros a ser tratados como los obreros de Leningrado antes del estallido revolucionario que culminó con la caída de los zares y la instalación de los bolcheviques precisamente en 1917 cuando en México comenzaba a discutirse las entrañas de una nueva y vanguardista Constitución.
La Anécdota
Hay entidades, digamos Baja California, en donde es iniciativa reprimir y castigar a quienes osen “insultar” o “faltarle el respeto” al presidente o a las instituciones cuando debiera ser al revés: quienes ofendan al pueblo con actitudes pueriles deberían ser cesados y sancionados en la medida de sus faltas porque ellos, los mandatarios, son quienes supuestamente nos sirven y obedecen de acuerdo a la justa definición de los términos.
Seguimos, el señor peña subraya que las campañas electorales, a lo largo de 2017, están “cargadas de mucho lodo y basura”. Como si el lodo no lo proveyera el PRI, su partido, como se ha denunciado con pruebas ineludibles, y la basura no la conformaran quienes pretenden controlar los procesos siguiendo los dictados del crimen organizado en distintas entidades.