Rafael Loret de Mola
23/03/17
*Paraderos Criminales
*Contrabandista Feliz
*¿Andrés se Suicida?
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Pasaron ya veintitrés años de aquel 23 de marzo terrible. Nadie podía dar crédito al hecho de que había sido asesinado “el futuro presidente” de acuerdo a las entonces reglas no escritas del establishment. Quienes voltearon hacia Los Pinos con sospechosas miradas jamás fueron considerados ni atendidos pese a brindar suficientes elementos para señalar como culpables al siniestro consejero Joseph-Marie Córdova Montoya y a su patrón, el señor carlos salinas quien permanece como el gran mafioso del sistema mientras la tumba de Luis Donaldo va siendo, poco a poco, abandonada. Sobra hablar de los beneficiarios, el primero, sin duda, ernesto zedillo, quien ocupó el lugar de la víctima usufructuando un periodo presidencial.
Para desviar dudas, o más bien con el propósito de proteger al poderoso jefe de la oficina de la Presidencia, nacido Joseph-Marie en La Ciotat, Francia, e hijo de padres españoles –una fusión de alto voltaje sin duda-, el 30 de marzo, una semana después del magnicidio, éste fue puesto como representante de México en el Banco Interamericano de Desarrollo para esperar, desde allí, una vindicación que nunca llegó pese a que su favorito, zedillo, fue colocado en la Presidencia al amparo de los votos del miedo –la nación entera no salía de su asombro y del colapso-, y del beneplácito de la Casa Blanca que, curiosamente, dio al lapso zedillista cariz de largo paréntesis para preparar la alternancia y calmar así –creyeron- la espiral de violencia.
Luego vendría, en septiembre 28 del mismo año, a la salida del hotel Casa Blanca de la Ciudad de México, el asesinato de Francisco Ruiz Massieu atribuido a la mancuerna formada por Carlos Hank González, entonces secretario de Agricultura y Ganadería, y Raúl Salinas, el hermano fatídico, como una suerte de reacción a las insistencias de ligar al nuevo gobierno con el narcotráfico… lo que después se daría con mayor “discreción”. Por supuesto, la mano de Joseph-Marie no fue ajena a esa conjura como tampoco estuvo fuera de la que llevó a Colosio a su tumba en Magdalena de Kino.
Córdova, incluso, fue asediado, durante meses, por la dirigencia del PRD –entonces formada por el núcleo Cárdenas-Muñoz Ledo-, hasta que en 1997 –tres años después de los crímenes de Estado apuntados-, Joseph-Marie respondió y amenazó con denunciar a los perredistas si no presentaban pruebas definitivas; por supuesto, la advertencia incluía a Cuauhtémoc Cárdenas en vía de ser electo jefe de gobierno del Distrito Federal. Y el PRD, de manera por demás vergonzosa y cobarde, reculó para evitar el contrapunteo judicial en ayuno de elementos suficientes para llevar sus denuncias adelante sin recibir la menor respuesta sobre la participación de Córdova en los hechos.
Fue entonces cuando las comisiones de sendas Cámaras del Legislativo señaladas para conocer los casos d referencia, citaron a este columnista con el único fin de amedrentarme. Acabé exigiendo que si me obligaban a comparecer, cuando menos debía ser escuchado por el mayor número de diputados que conformaban el colegiado en la materia porque sólo se había presentado el presidente del mismo. Esperamos y llegaron algunos más, citados con premura, suficientes para que diera mi versión sucinta:
–Mientras esté en la Presidencia el mayor beneficiario del crimen alegué-, será imposible indagar lo conducente.
No hubo eco a tal declaración que implicaba al mandatario en ejercicio entonces, zedillo, por la innegable complicidad del Legislativo y el Judicial que aún, como hoy, se supeditan al Ejecutivo con el mayor descaro y sin poner ni quitar ni una sola coma a sus iniciativas, como sucedió con las infames reformas de 2013 que nos llevaron, tres años y meses después, a la inercia política y social del presente. Cuando los fracasos se acumulan, como hace veintitrés años y hoy en día, suele hablarse de los vientos externos y de factores incontrolables, como las reacciones violentas de los cuadros guerrilleros, para justificar los desvíos del gobierno y el amafiamiento de la clase política.
Desde luego, en el crimen contra Ruiz Massieu, cuyas secuelas políticas se viven aún con la presencia de su hija, Claudita, en el mismo sitio que ocupaba la víctima a la hora de su asesinato, la secretaría general del manchado priísmo, existen cuestiones verdaderamente vergonzosas que exhiben la podredumbre estructural del continuismo gobernante –lo de las alternancias de 2000 y 2012 son un mal chiste repetitivo-. La peor de ellas, sin duda, es la ridícula persecución de quien fuera diputado por Tamaulipas –el primero de los narco-estados por cierto-, Manuel Muñoz Rocha, quien desempeñaba la presidencia de la Comisión de Agricultura en la Cámara baja y, por ende, tenía conexión diaria con Hank González, abuelo del exitoso banquero e hijo de Carlos Hank Rhon, frustrado precandidato a la gubernatura del Estado de México quien cedió su sitio al desconocido enrique peña nieto, con sello presidenciable desde su nacimiento político a la sombra del mafioso Arturo Montiel Rojas.
En fin, es el caso de que Muñoz Rocha fue visto y reconocido en San Antonio, Texas, en compañía del abogado Enrique Fuentes León quien fue detenido por agentes federales de Estados Unidos dejando al primero libre porque, dijeron, no lo habían identificado a simple vista. Luego el cónsul en esa ciudad, Humberto Hernández Haddad, presentó pruebas suficientes sobre el sujeto y no hubo eco en medio de documentos “Top Secret” y de una indiscutible complicidad entre dos gobiernos y dos fiscalías.
Hace algunos meses, en Ciudad Victoria, varios ciudadanos de la capital tamaulipeca, e incluso funcionarios, me confirmaron, uno a uno, que Muñoz Rocha vive en los alrededores de la urbe e incluso “baja” al centro, para realizar operaciones financieras en varios bancos, una vez por semana por lo menos. Se lo comenté a Hernández Haddad y éste me dijo:
–Por desgracia, ya nada pueden hacerle. Ha sido exonerado e incluso, en principio, fue dado por muerto para que su mujer, Marcia Cano, pudiera hacerse de las propiedades del supuesto difunto cerrado así el expediente y la búsqueda.
Un círculo cerrado que demuestra, en todo su esplendor, la rutinaria acción de las procuradurías falsarias para ampliar el mayor cártel de México: el del Paraíso, en donde recalan los peores personajes del país supuestamente fallecidos pero con franquicia de vida que los convierte en intocables. Tal el caso, también, de Amado Carrillo Fuentes y Heriberto Lazcano, El Lazca, cuyo cadáver fue robado acaso para que pudiera rehabilitarse dentro de su pandilla, al estilo del Romeo de Skakespeare.
Casi un cuarto de siglo después, los beneficiarios de los magnicidios permanecen en el poder.
Debate
Los ingresos ilícitos de no pocos miembros de la clase política no se circunscriben al narcotráfico ni mucho menos. Uno de los negocios florecientes es el mercado de armas que, desde aquí, son distribuidas hacia Asia y África para simular que no salieron del país que ahora mantiene conflictos bélicos con las naciones que se pertrecharon. Esta triangulación es posible por la complicidad entre los mandatarios que han sido, y el actual, con el poderoso empresario, mil veces citado en estas columnas, Jaime Camil Garza, oriundo de Torreón y padre del conocido actorcito.