Rafael Loret de Mola
22/02/17
*Bipartidismo de Derechas
*Procuraduría y Noticias
*Cardenales y Subversión
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¿Cómo se llega al nivel de precandidato presidencial? ¿A golpes de reflectores y micrófonos que difunden declaraciones sin sustento y absolutamente irreales? Tal es la fórmula encontrada por la derecha para intentar desterrar a la izquierda –que aglutinó el 34 por ciento de los votos emitidos hace poco más de dos años y medio-, aprovechando el revoltijo que impera en un PRD desvencijado, las dudas del Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, y la urgencia de cooptar figuras políticas, aunque sean deleznables como el cobarde represor manuel bartlett, por parte de la MORENA de Andrés Manuel.
Pero, ¿acaso no cabe que el desfondo del instituto que abanderó a la mayor parte de los socialistas y comunistas mexicanos, el PRD –que surgió cuando el PSUM le cedió el registro en un acto de emocionante lealtad del ingeniero Heberto Castillo, excepcional luchador social-, sólo sirva para construir un puente hacia otra opción política sin perder la perspectiva? Por ejemplo, en el Distrito Federal es posible que MORENA desplace al PRD de algunas delegaciones, salvo las muy arraigadas en materia de intereses oscuros, al tiempo que otras opciones, posiblemente el PAN y en algún caso el PRI aprovechen la confusión y la consiguiente pulverización de las izquierdas, en plural como suele subrayar el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano al reconocer las diferencias y deformaciones de los diversos grupos confluyentes.
Tal, desde luego, NO significa de modo alguno, como insinuó el despistado ex presidente panista, Gustavo Madero Muñoz –quien le queda muy pequeño a su apellido-, para apostar por el tan ansiado bipartidismo, a la manera de la seudo democracia estadounidense en donde el clandestinaje de los señalados como “comunistas” exhibe las limitaciones políticas del mayor imperio capitalista. Más allá del Río Bravo, sin duda, los desencuentros retóricos entre “republicanos” y “demócratas” suelen ser un pulso permanente, acaso un contrapeso, con miras a dominar los escenarios de la Casa Blanca y el Capitolio más allá de intereses, controversias y emergencias planteadas. Por eso, claro, la pretendida ley migratoria de Obama fue detenida por la mayoría opositora sólo para estorbar las medidas humanitarias básicas. Y ahora, Trump. No importan los costos si las intenciones se enredan por minucias. Así piensan en Washington.
No olvidemos que, por antigua tradición, los mandatarios norteamericanos de origen republicano se acomodan más cerca del priísmo y los demócratas simpatizan con descaro con los panistas. Barack Obama, por ejemplo, se entendió mejor con calderón que como lo hace con peña nieto quien, en principio, se resistió a avalar la ilegal intromisión de los marines estadounidenses entre los marinos mexicanos y con ellos pudo realizar operativos, a muchos kilómetros de las costas y el mar, para publicitar las capturas de algunos capos en apariencia relevantes… cuando ya habían perdido poder o, de plano, tras las traiciones de sus propias células y sus respectivas negociaciones. Tal fue evidente con la ejecución, en Cuernavaca, de Arturo Leyva Beltrán, el 19 de diciembre de 2009.
Y luego se siguieron hasta Zapopan en donde dieron muerte, en apariencia, a Nacho Coronel Villarreal, uno de quienes comenzaban a separarse del cártel de Sinaloa, el 29 de julio de 2010. Hay versiones que insisten en la posibilidad de una simulación considerando que el ADN del cadáver presentado nunca coincidió con el resguardado en el Banco de tejidos y sangre en el búnker de la ahora Comisión Nacional de Seguridad bajo los valores de la antigua Dirección Federal de Seguridad. A más de dos años de la asunción peñista la jefatura sobre el organismo policiaco del gobierno central, éste no ha sido debidamente corregido en el organigrama general de la administración; y la propuesta Gendarmería Nacional, con acciones dispersas, no ha servido para maldita la cosa. ¿Es ésta la forma cómo se cumplen las “promesas” y “decisiones presidenciales” de peña? Uno más de los grandes fracasos del régimen.
Ante esta realidad, ¿acaso no sería terrible reducir las opciones políticas reales? Fíjense que hablo de las fuerzas auténticas no de aquellas convertidas en negocios familiares o evidenciadas como prolongación de las sectas religiosas estadounidenses que lograron cubrir los requisitos electorales a la sombra, sin asambleas conocidas –quizá se realizaron en algunos templos caracterizados por su capacidad de cooptación-, y con prerrogativas mayores a las obtenidas por la MORENA de López Obrador quien pasó apuros para integrar los expedientes para acceder al reconocimiento del INE al que ahora, en una contradicción flagrante, desprecia.
Es el cuento de nunca acabar: si no le merecen confianza las instituciones electorales, ¿nos está anunciando la continuidad de la cultura del fraude? De ser así ya no necesita un partido político que quede atrapada en la maraña construida por empresarios-ejército-marina-presidencia sino, más bien, un destacamento con reclutas y autodefensas dispuestos a ser apoyados por los subversivos de Guerrero y Chiapas en donde tantos meses ha pasado. ¿No lo habían notado?
En realidad, de quedarse el PRI y el PAN alternándose como “republicanos” y “demócratas” en la Casa Blanca y el Congreso norteamericano, no se haría sino reducir la conducción de México a una sola línea. Ya lo hemos medido con la sorprendente reacción del empresariado, que no se ha deslindado de una sola línea de su discurso, al definir su privilegiado sitio ante los mandos militares y el almirantazgo proponiendo “que no permitirá” la apertura de cuarteles como si en ellos se escondiera y resguardara el tesoro de la nación y no sólo los vestigios de los hornos crematorios supuestamente destinados a incinerar caballos viejos. Debieran asomarse por allí, digo, los estimulados animalistas a quienes no les gusta el circo pero se deleitan colgando cabezas de bisontes y colmillos de elefantes en su salas de estar.
Esta alianza entre la oligarquía y los mandos castrenses es, sin duda, y lo repito para no dejar dudas, el primer síntoma de una hipotética dictadura militar apoyada por el gran capital y ante la evidencia de los vacíos de poder regados por todos los niveles del gobierno como efecto de la enfermedad de peña nieto y la torpeza de un gabinete tan siniestro como inútil.
Tomemos el reciente caso sobre el crimen contra el mexicano Antonio Zambrano Montes, el 10 de febrero de 2015, en Pasco, estado de Washington: las filmaciones no dejan lugar a dudas sobre el acribillamiento prepotente de tres policías estadounidenses pese a que el perseguido estaba sin armas y rendido, con las manos en alto. Lo mataron, sí, porque era mexicano y no compatriota suyo; habrían procedido igual si se hubiese tratado de un hombre de otra raza aun cuando el entonces presidente Obama lo sea también pese a su alma de blanco listo a proceder como tal ante los grandes intereses corporativos que incluyen a la Casa Blanca.