Rafael Loret de Mola
24/11/16
*Faltan los más
*Afrentas en EU
*La Mala Imagen
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La corrupción ya es parte de la genética de los miembros de la clase política mexicana. En Nuevo León, los Media, padre e hijo, han sido señalados por su compulsiva tendencia a comprar inmuebles desviando una millonada desde el erario público; en Jalisco, lo mismo con los Sandoval haciendo de las suyas con el mayor descaro; en Quintana Roo, los Borge, igualmente progenitor y entenado, negociaron con miles de hectáreas, a través del territorio de la entidad, para ofertarlos a consorcios extranjeros; en Sonora, los Padrés, padre e hijo, fueron perseguidos por lavado de dinero y están en la cárcel, el junior en la de alta seguridad de Almoloya. Largas y brutales historia de familia.
No paran ahí las cosas. En Coahuila, la madre de los Moreira, Evangelina Valdés, cree de firme que es su obligación perpetuar en el poder a su descendencia por derecho de sangre, como en las monarquías más autoritarias del planea, a santo y seña de Isabel II y su Reina Madre, fallecida a los 102 años de edad. Los males suelen durar ya más de una centuria. Y como ella, otras progenitoras, detrás de sus hijos, hacen y deshacen a su antojo como ha venido sucediendo hasta en Argentina con “Mamá Fernández”, la de Cristinita. El nepotismo se extiende por Latinoamérica.
No hay partido político más gregario que el PAN en donde los relevos generacionales tienen, más bien, sabor a herencia, bajo la teoría del derecho divino de los reyes. Ahora, el PRI, impulsado por ello, también se ha decantado por lo mismo y mantiene en primera fila a juniors malolientes como Pablito Gamboa Miner quien, en un despropósito ofensivo, pretende la gubernatura de Yucatán que su padre, emilio el cobarde, desechó con tal de no enfrentarse al cacicazgo del extinto víctor cervera. Así se escribió la historia de la ilegitimidad que alcanza en nuestros días a la modelo de las pijamas, Ivonne Ortega Pacheco, quien se cree bellísima porque adelgazó y posa, sin recato, con las prendas de noche.
Mientras se consuma el affaire jurídico de Javier Duarte de Ochoa, entre todos los malos el peor de los gobernadores de la República en los últimos cincuenta años, a punto está de arribar a la gubernatura de Veracruz, el perverso y engreído Miguel Ángel Yunes Linares, sospechoso del “accidente” de quien fuera su patrón, Ramón Martín Huerta, en el trance final de los fox cuando Los Pinos, la residencia oficial, acabó por ser una enorme sala de fiestas, infantiles y de cualquier género, a cargo del erario y sin indagatorias posteriores. Todo se mueve y puede bajo la influencia presidencial.
¡Ah! Y no nos olvidemos de la izquierda. Allá por Zacatecas nadie olvida a los caciques de Fresnillo, los Monreal, cuya cabeza de playa llegó a la gubernatura lanzado por un PRD al que detestó, como senador priísta, con incendiarios mensajes contra el mesianismo de Andrés Manuel hasta que éste le ofreció una “salida digna” para converger hacia el Palacio de Gobierno. Luego seguirían sus sucesores, Amalia García y Miguel Alonso Reyes, obligados a transar con los poderosos cárteles tras que la primera fue, literalmente, rapada por miembros del crimen organizado que la comprometieron hasta el final de su malhadado mandato.
Allí, bajo el Cerro de la Bufa, nicho de revolucionarios, las cuentas no cuadran; habría que preguntarle a Pancho Villa si dejó o no remanentes para que se aprovecharan de ellas los falsarios de los tiempos modernos. El hecho es que las desviaciones fueron tremendas y hasta descaradamente visibles como la privatización de la Gruta del Edén, y del antro que funciona dentro de ella, a favor de los Monreal.
Y podemos decir lo mismo de los mandatarios de Tabasco, Arturo Núñez, y los de Guerrero, Zeferino Torreblanca –surgido de la patronal de Acapulco y desmedido ladrón-, y Ángel Aguirre Rivero, el compadre de peña nieto, exaltado por su grotesca participación intelectual en el genocidio de Ayotzinapa y todavía sin el menor castigo salvo el político, a medias.
No olvidemos al michoacano, Leonel Godoy Rangel, perredista y alfil de Andrés Manuel durante largo tiempo, quien se entregó a los grandes “capos”, entre ellos el líder de “La Familia”, Servando Gómez “La Tuta”, utilizando como emisario a su primogénito. Un caso bastante similar al de los Padrés si bien éste sin indagatorias ni castigos a pesar de las evidencias que hunden al medio hermano del ex mandatario, Julio César Godoy Toscano, quien asumió una diputación federal vadeando a los agentes federales y con el inolvidable respaldo de Rubén Moreira, priísta y coaligado con las redes del crimen, actual mandatario de los negligentes coahuilenses; los de verdad, los bien nacidos, no permitirán que prosiga la influencia de esta familia de hampones.
Porque, además, el auge del narcotráfico en Michoacán se dio mientras pastoreaba por la Casa de Gobierno, Lazarito Cárdenas Batel, a quien su abuelo hubiese desheredado sin duda, al amparo de su padre Cuauhtémoc, bajo el extraño sino gregario que ha exaltado a cuatro miembros de la familia para situarlos en la gubernatura con los alfileres de los controles políticos poco sanos. No importan los partidos, desde el PNR hasta el PRD pasando por el PRI, ni las ideologías: sólo el poder hilado finamente con las agujas del nepotismo.
Y de priístas, ni hablar. Las excepciones se cuentan con los dedos –esto es los mandatarios que salieron con las manos limpias, como uno de Yucatán, Don Carlos, que es orgullo de nuestra estirpe periodística-, y confirman la regla: cuando se rompen las líneas de la corrupción se pretende arrasar a quienes lo hacen, destruirlos moralmente y perseguirlos hasta la muerte. Lo sé porque lo sufrí en carne propia ante los miserables engendros encabezados por miguel de la madrid y el traumado manuel bartlett –su padre salió huyendo, vestido de mujer, de Tabasco por un reclamo estudiantil menor-, reyes de la represión contra los periodistas que no se cernieron a sus bajezas.
Porque, ahora mismo, la lista de ex gobernadores priístas quienes labraron sus lugares en las cárceles y no han sido siquiera perseguidos, llena media plana, es necesario considerar atroz al régimen peñista en curso y a punto de cumplir cuatro años. ¿Vamos a permitir que se retiren los sinvergüenzas sin el menor rubor a disfrutar de cuanto le robaron a los mexicanos? ¿Creen estos rabiosos manipuladores que la sociedad seguirá pidiéndoles “selfies” a enrique y su gaviota, la estrellita convertida en bruja al revés de los cuentos de hadas?
La indignación es tal que no tiene reversa alguna. Más valdría un tiempo de gracia para reconciliar a la sociedad antes de que el linchamiento sea la única salida posible.
Debate
Cada día tengo noticias, más alarmantes, del maltrato a mexicanos en los Estados Unidos. En algunas cafeterías, por ejemplo, manadas de racistas increpan a los turistas mexicanos, ya no sólo a quienes suponen “indocumentados” como si tal fuera una condición para bestias de carga sin el menor humanismo –digamos que la filosofía verde bajo la versión de los trompudos de Trump-, los afrentan y los persiguen.
Sólo algunos, como una valiente dama, responden y ponen en su sitio a los xenófobos (as) envalentonados bajo el cobijo de las políticas discriminatorias del “pato” Trump y sus secuaces a quienes, por fortuna, no siguen los alcaldes de Nueva York, Chicago y Los Ángeles, quienes sí saben la utilidad del trabajo de los emigrantes mexicanos y el ahorro que les provee el mismo, más barato que ninguno otro y suficiente para convertir a las remesas, desde allá, en la fuente de ingresos más importante para México desde el exterior.