Rafael Loret de Mola
30/08/16
*Imposible Confiar
*“Diálogos” de peña
*Hacedores de Tesis
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Lo dicen en todas las regiones del mundo: México tiene un presiente “pequeño” y no se trata simplemente de estaturas físicas sino morales. Sólo un personaje de estas dimensiones, atrapado en un cargo que no sabe ejercer –dudo incluso si es legítimo su mandato porque se equivocó al protestar modificando el texto constitucional y omitiendo una línea del mismo-, y por el cual ha sido rebasado, además, atenaceado por las ambiciones de su mujer –quien, me dicen, “podría contar muchas cosas”-, y de sus demás familiares para quienes el mandatario tiene la obligación de hacerlos multimillonarios e intocables… aunque es tradición que uno, cuando menos, sea llevado a la piedra de los sacrificios en cumplimiento del rito de Huchilobos. Sangre o muerte política. Optamos por lo segundo.
Insisto: el rencor creciente contra el señor peña nieto no se resuelve con perdones, como él ha indicado, repetidos por sus colaboradores alevosos, digamos el impresentable Alfonso Castillo Cervantes, un verdadero acaparador de fracasos desde que desempeñó el cargo de procurador en el Estado de México y ocultó evidencias sobre el penoso caso “Paulette” –Gebara Farah-, para cubrirle las espaldas a Alberto Bazbaz Sacal, su predecesor en esa función y actualmente responsable de la Unidad de Inteligencia Financiera, desde donde se determinan las conexiones para el lavado de dinero… ¡cuando no es capaz de encontrar a una niña al pie de su cama!
Luis Donaldo Colosio, cuyo crimen modificó el perfil político del país definitivamente con el sello indiscutible de la mancuerna fatal salinas-córdova, solía decir que lo importante para un hombre público capaz de aglutinar el favor de las mayorías era saber rodearse de personajes con solvencia moral y capacidad para actuar en sus respectivas áreas. Esto es: un presidente mediocre, inculto y torpe, reacio a la lectura y al conocimiento, podría hacer incluso un papel decoroso de contar con un gabinete ilustre, destacado y, por mucho, encaminado a cubrir los vacíos mentales del mal llamado “jefe de las instituciones nacionales”. Un hecho incontrovertible.
peña, en cambio, bajo la doctrina de Álvaro Obregón, si es que leyó o siquiera oteó su ya célebre tesis plagiada, concibió a la presidencia como una cúspide en la cual sólo una voluntad está encaminada a tomar las decisiones aun cuando éstas sean hijas de la ignorancia. Sí, es necesario que una sola cabeza pronuncie la última palabra pero no sin los consensos necesarios para avalarla, como sucedió con las reformas, tan repudiadas por casi todos, en medio de bataholas que van y vienen en torno suyo.
Y lo peor de ello es la intolerancia, cauce de la soberbia de quien se siente superior, para aplicar la antidemocracia más feroz bajo la percepción de que está, el mandatario, situado por encima de los demás cuando es lo contrario: es la ciudadanía, el pueblo, de acuerdo a la Carta Magna, quien ejerce el papel de mandante –quien ordena- sobre el mandatario –quien obedece-.
Perdida esta perspectiva las posturas oficiales se extravían en el desierto de lo inútil. Insistir en dialogar a partir de que la contraparte se someta, como lo ha hecho Aurelio Nuño Mayer –o Noño para efectos de memes insaciables-, el pobre político quien se creyó culto para ocupar la Secretaría de Educación con los arrestos presidenciales de por medio, sólo éstos, y el propio señor peña, es sencillamente un barbarismo antidemocrático que exhibe, por sí, el verdadero rostro de los farsantes.
Quien dialoga debe estar dispuesto, lo expreso nuevamente, a ceder. De otra manera no tiene sentido alguno sentarse a la mesa de negociaciones si se trata tan solo de imponer el criterio de una de las partes sobre leyes que jamás fueron consultadas a la ciudadanía ni propuestas, siquiera, como parte fundamental de las tareas a cumplir desde la campaña por la Presidencia. Esto es: las reformas peñistas jamás han tenido el aval de los mandantes y sostenerlas es, en sí, una aberración política por cuanto sólo una pequeña elite las sostiene.
Claro, la mejor propaganda es la manipulación. Y con ello insisto en la permanente llamarada de ciertos medios al seguirle los pasos a peña y pretender así distorsionar los hechos sobre los incómodos plantones –les aseguro que son bastante peor para quienes los realizan-, y las marchas que causan infinidad de molestias y retrasos, acusando a quienes no aceptan poner en juego su dignidad y su libertad.
El gestor de la trampa contra México no ha sido sino el gobierno por su obcecación extremo por controlar al gremio magisterial, deshaciéndose de los mentores con criterios y valores, para colocar en sus sitios a sumisos profesores dispuestos incluso a realizar cuanta tarea sucia –digamos la electoral-, les ordene el patrón-gobierno. Caramba, ¡abran los ojos y escarben un poquito para encontrar la siniestra maniobra de los peñistas!
¿Hay todavía quien pueda creer en las falacias del señor peña tras haber sido señalado como plagiario, mentiroso y ruin? ¿Están dispuestos a perdonar a un sujeto que se escuda en las faldas de las mujeres –primero “su” Angélica y después su pariente Carolina Monroy del Mazo, prima preferida-, para defenderse de sus mayores actos de corrupción, desde su juventud hasta la actualidad? ¿Bastan veinticinco años de mentiras contumaces, desde su recepción ignominiosa como abogado, para escalar la Presidencia dejándose llevar por sus tíos mafiosos?
Todo ha sido un monumental engaño. Su “aparición” como precandidato priísta al gobierno del Estado de México en 2005 fue sorprendente: casi de la nada surgió su nombre para dejar atrás a dos docenas de personajes con mayor raigambre y capacidad financiera, con Jorge Hank Rhon al frente, y se encaramó a una candidatura pero no de cualquier manera; desde ese momento comenzó a difundirse que él sería un buen prospecto, acaso por su galanura y su juventud un tanto exagerada, para arrebatarle a la derecha el dulce presidencial de la boca tras doce años de parálisis que confluyeron a la guerra absurda de calderón, cada día con más bajas –hasta sumar cien mil- y menos resultados –en ni un solo gramo de drogas se redujo la exportación de drogas hacia el norte-.
Luego fue sumando propaganda, no realizaciones, con rostros bonitos proporcionados por Televisa; primero, la casadera “Gaviota” y después la guapa “Lucero” quien hizo hasta lo imposible por quedarse con el filón mayor pero ya estaba bien afianzado en el inexpugnable refugio de Angélica con quien, por fin, se casó, en la Catedral de Toluca en donde yace el cuerpo de la primera esposa de enrique, Mónica Pretelini Sáenz, cuya muerte ha comenzado a elevar las sospechas sobre un posible asesinato por negligencia o algo peor. A un mentiroso contumaz se le responde con dudas interminables.
Durante su lapso como gobernador, poco a poco, fue convirtiéndose en “el futuro presidente” y con este trato escaló jerarquías sobre sus colegas gobernadores que aceptaron el papel de meros esbirros. Y así, en campaña presidencial, siguió falseando hechos y posturas, escondiendo otros o desdeñando represiones como en San Salvador Atenco, en donde, en una jornada ominosa de 2006, las fuerzas policiacas de Edamex cometieron tropelías indignas como la muerte de dos civiles, las violaciones a una veintena de mujeres, algunas extranjeras y aprehendieron a doscientas cuarenta y siete personas, dibujando así el verdadero rostro del gobernante. ¡Si hubieran entendido tantos a tiempo!