Rafael Loret de Mola
5/07/16
*Destino sin Escalafón
*De Recursos Ciudadanos
*Los Lujos Electorales
– – – – – – – – – – – – – – – –
Las interrogantes recalan en el mismo malecón: ¿por qué los rubros de educación y salud serán los más “recortados” para sortear los efectos del Brexit británico que, según el presidente peña nieto, no debe preocuparnos? El propio mandatario, durante su reciente periplo por Canadá y Chile, reiteró no sólo que la reforma educativa no está sujeta a negociación –desestimando con ello el ordenamiento constitucional sobre la soberanía popular, marginada siempre al eludirse cualquier línea consensual-, sino además que las interrelaciones mercantiles con Gran Bretaña apenas afectan al uno por ciento del total de nuestras exportaciones. ¿Todos felices?
La incongruencia salta a la vista y denota, con claridad meridiana, que nuestro gobierno está a salto de mata bajo la guía de un Ejecutivo zigzagueante, temeroso y torpe. Por ello, claro, la imprevisión se consuma cuando los “tsunamis” financieros –así los bautizó ernesto zedillo-, recalan en México y calan hondamente a la población no adherida a las altas complicidades de Estado. Ninguno de los multimillonarios a gran escala se quejó por las pérdidas –en el caso de Carlos Slim Helú en el nivel de dos mil setecientos millones de dólares-, sino más bien delinearon sus propios objetivos para recuperar lo perdido a corto plazo promoviendo, debajo del agua, un nuevo referéndum en Gran Bretaña.
La pregunta está en pie sobre el destino primordial de los “recortes” presupuestarios en un momento coyuntural en el cual el sector educativa se haya bajo la mayor presión de la historia y en cuanto a la salud pública no se diga: los médicos afiliados a la seguridad social han salido a las calles también para reclamar por la escasez de insumos, incluyendo gasas y jeringas. Desde el frente gubernamental se “filtró”, en el colmo de las falacias, que su protesta derivaba de la facilidad con la cual se robaban cuanto podían de los hospitales sin control, desestimando la labor profesional de los mismos.
Esto es: el gobierno no da respuestas pero sí infama a quienes alzan las voces en cualquier perspectiva, lo mismo si se trata de electricistas, empleados de Mexicana, mineros, padres de familia victimizados, organizaciones civiles infamadas, autodefensas michoacanas que surgieron de la violencia sobre ellos ejercida por las mafias, maestros, médicos y, por supuesto, críticos que enarbolan su libertad contra la marea de los mercenarios; y, claro, siguen acumulándose cadáveres.
(Por allí me reclaman que clamé, en el Ángel de la Independencia, en julio pasado, porque no permitiríamos un asesinato más en el gremio periodístico: “sacaremos a peña en calzones de Los Pinos si es necesario”, grité con toda la fuerza de mi voz; a partir de ello, han caído media docena de colegas más y peña sigue en el poder; sólo que debemos ver cómo está, arrinconado y sin autoridad moral. Y, desde luego, a la ciudadanía, a todos los mexicanos bien nacidos, toca proceder contra el peor presidente de la posrevolución desde “El Chacal” Victoriano Huerta Márquez; no es sólo mío el deber sino de quienes hagan causa común con una demanda inaplazable).
En materia de educación, la minuta laboral más bien destinada a mantener a los maestros sujetos a las riendas del gobierno, sin derechos sindicales ni posibilidad de réplica para salvaguardarse de la oleada de evaluaciones constantes con preguntas capciosas, no se acerca siquiera a una transformación estructural que favoreciera a los alumnos y la mejoría de sus entornos escolares construidos sobre terrenos baratos porque por debajo pasan los ductos de PEMEX. De esto no se habla pero representa el punto neurálgico de los reclamos.
Y también es cierto que para poder proceder, en materia financiera sobre todo, asegurándoles mayores ganancias a los poderosos, es necesario exaltar la ignorancia y la marginación como elementos centrales para extender medidas macro tendientes a la sumisión intelectual. De hecho, la “reforma” en este sector tiene tintes neoliberales que favorecen los criterios del dominante Fondo Monetario Internacional (FMI), en cuanto al ahorro que deviene de asfixiar al colectivo dejando grandes espacios para la especulación. A menos entendedores, mayores transacciones. Esto es inhumano y fascista.
Y en cuanto a la salud surgen, sin duda, otros imperativos. La demagogia del Seguro Popular duró tan poco como poca es la vergüenza de felipe calderón quien lo implementó sin preocuparse de mantener y mejorar al IMSS y éste, por desgracia, ha sido cobijo de miserables –desde emilio gamboa hasta Juan Molinar Horcasitas, ya extinto-, quienes usaron el andamiaje para hacer negocios tan “redituables” como habilitar almacenes con techo y paredes de láminas como guarderías infantiles cerca de espacios inflamables o de alto riesgo.
Nada de esto importa –ni siquiera los niños quemados en Hermosillo o los bebés abandonados en Comitán por negligencia del sátrapa, Pablo Salazar Mendiguchía, ahora falderillo de Andrés Manuel, ni los chicos muertos en Sinaloa igualmente por abandono-, mientras no se interrumpa la servidumbre nauseabunda hacia el FMI o Wall Street cuyos lineamientos infelices nos llevan al infierno social si bien salvaguardan las miserables figuras de quienes habilitan las decisiones financieras desde el poder.
Y el gran disfraz de todo ello es, sin duda, el narcotráfico al que dice combatirse cuando, desde la cárcel, el dos veces aprehendido –en este sexenio-, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, dirige la contraofensiva contra el verdadero rey de la otrora llamada “Confederación de Sinaloa”, Ismael “El Mayo” Zambada García, quien fue el más cercano al primero hasta producirse la ruptura de manera por demás violenta y consumada con la entrega, tal fue, del propio “Chapo” a los marinos infiltrados por marines en febrero de 2014. Luego vendría la parodia conocida por todos.
Los engaños de la cúpula del poder nos llevan al mismo punto: si no se ha perseguido a los genocidas de Tlatlaya, Tanhuato, Iguala, Apatzingán, San Salvador Atenco y un largo etcétera, es porque la confabulación es enorme y las complicidades se enredan tanto como las elecciones y sus cauces deformados y vergonzosos.
Los hechos hablan por sí solo. Dentro del territorio nacional se alarma a la población al grado tal de que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, presidenciable y ambicioso, anuncia medidas de emergencia ante la incierta dirección del huracán británico y las dificultades que entraña, para él, sostener con inyecciones del Banco de México la estabilidad cambiaria. Si, como alega el presidente peña, no nos afecta el célebre Brexit, ¿debe entenderse entonces que los vientos de fuera sirven como pretexto para devaluar a nuestro pobre peso al antojo de los especuladores estadounidenses, españoles sobre todo y demás europeos? No existe otra explicación.